Incondicionalmente - Changlix - Stray kids

"Tu eres más importante."

Presente
Jueves, 12:03 p.m.

Estaba en frente de la puerta de Felix.

Tocó tres veces.

Al otro lado de la puerta, se asomó un rubio con aspecto demacrado. Ni siquiera se tomó la molestia de levantar la mirada para ver quién estaba delante suyo, parecía demasiado cansado para eso.
Tenía los ojos y la nariz rojos, unas ojeras gigantes y el cabello despeinado.

Tosió repetidas veces antes de hablar. -¿Quién es?- Preguntó, sin levantar la mirada aún. Su voz revelaba una gran congestión en su nariz.

-Si me miraras, tal vez sabrías quién soy.- Contestó el de cabello oscuro, burlándose.

Al reconocer la voz del mayor, el rubio abrió los ojos como platos y se sonrojó.

-Uh, Ho-Hola.- Tartamudeó, algo incómodo. La última vez que le dijo algo, no fue precisamente lo que uno llamaría "normal".

-Hola.- Dijo sonriente, pero su expresión cambió al notar el estado del menor.- Estás enfermo, debiste haberme dicho, debe ser algún tipo de virus ¿Dónde están tus padres? ¿Quién te está cuidando?.-

-Mis padres están en un viaje de negocios, vuelven pasado mañana. Nadie me está cuidando... Yo puedo solo.- Respondió, queriendo parecer seguro.

-Tu aspecto no dice lo mismo, quería hablar contigo de algo especial, pero tu salud es más importante, luego hablaremos. Yo te voy a cuidar.- Dijo, quitándose el abrigo que traía y entrando al hogar ajeno.

-¿No deberías estar en la escuela?- Preguntó Felix, tosiendo entre sus palabras.

-Tu eres más importante que la escuela.- Musitó, apenado, mientras buscaba ingredientes para cocinar. Su voz fue demasiado baja como para que el menor pudiera escucharlo.

-¿Qué dijiste?-

Dudó por un momento.
No era la gran cosa, pero aún así, le daba vergüenza decir cosas así.

Aclarándose la garganta e intentando hablar sin que sus palabras se enredaran, repitió: -Tu eres más importante.- Se miraron, Changbin trataba de decir algo con su expresión pero Felix no la entendía del todo.

El silencio se apoderó del lugar.

-Uhm, este... voy a preparar algo, tú solo ve y recuéstate, duerme si puedes ¿Vale?- Añadió, al darse cuenta de que el rubio no pillaba la indirecta.

-Ah, si... si. Gracias, Hyung.- Replicó, dirigiéndose a su habitación, inseguro de lo que acababa de suceder.

-~-~-~

Changbin optó por preparar una sopa caliente, era una vieja receta que su madre le había enseñado de pequeño. Cuando él se enfermaba, esa receta siempre lo hacía sentir mejor.

Terminada la sopa, el mayor se dirigió al cuarto donde se encontraba Felix.
Casi se le cayó al ver al pobre muchacho lleno de sudor frío y temblando, tratando de conciliar el sueño.

Dejó la sopa encima de la mesita de noche y tocó la frente del chico, suavemente.-Dios, estás hirviendo, ya vuelvo.- Dijo, yendo a la cocina.

Volvió con un pañuelo empapado de agua fría y lo posó, delicadamente, en la frente del menor.

-Felix, tenemos que ir al hospital, sólo mírate.- Sugirió.

Él no era muy amante de los hospitales. Para ser exactos, los odiaba con su alma, sin ninguna razón aparente.

-¡No! No voy a ir.-

-Pero...-

-Dije que no. Quiero quedarme aquí contigo, hyung.- Felix ya no parecía estar en sus 5 sentidos, Changbin... bueno, lo de siempre, corazón latiendo a mil y su rostro cambiando de color a un rojo vivo.

Prefirió no tomar las palabras dichas en cuenta, pues el chico no se encontraba del todo consciente.

Tomó una silla del escritorio de Felix, quién se sentó en la cama para recibir la comida que le comenzó a dar su hyung, cuál padre.

-~-~-~

Después de que Felix se quedara dormido, o por lo menos eso parecía,
Changbin se levantó de la silla. Quería lavar el plato de sopa, ya terminado, más una mano tomó su camiseta.

-Hyung, no te vayas.- Pidió el rubio. Se podía ver que estaba entre dormido y despierto.

Changbin lo ignoró y siguió su propósito, pero el agarre del menor era fuerte.

-Hyung... Hyung, quédate, por favor.- Su rostro parecía ¿Triste? Como si su vida dependiera de Changbin.

Se dio por vencido y suspiró.

Alzó las cobijas y se acurrucó junto a Felix, atrapándolo en un suave y cálido abrazo.

-No te voy a dejar, bebé llorón.- Susurró, sonriendo.

Sensual capítulo.
Lo tuve ahí listo como por dos días y se me olvidó publicarlo.