Departamento Bennet

91 6 1
                                    

—Es un gusto señora Bennet.

—Oh, cariño, dime Isabelle, me haces sentir vieja. —le sonrío a la madre de mi amiga y saludo al padre de Emma, que no sabría descifrar si es más severo que su madre.

Ingresamos al auto para dar por inicio a un viaje que espero no sea tan largo.

°°°°°°°°°°°°°°°

No pasó más de media hora cuando llegamos. La ciudad era enorme y cada día me daba cuenta de ello. Nosotros en este momento estamos en el sector con más edificios vistos en toda mi vida y tiene sentido porque había vivido en el campo hasta ahora.

—Wow... —me aproximo a la entrada de un edificio con altura intimidante para cualquiera que no hubiese visto algo tan majestuoso.

Sus paredes parecen estar hechas de cristal, la entrada tiene enormes ventanales perfectamente limpios y desde donde estoy puedo ver lo elegante que se ve la entrada. Incluso juraría que es un hotel.

—¿Has vivido acá toda tu vida? —le pregunto en un susurro consternado y sorprendido a mi amiga mientras que ella se limita a asentir.

—Bienvenida a la casa en que ha pasado la mayor parte de mi vida. Bueno, casa o departamento. Como prefieras llamarlo.

Ingresamos al edificio. Las plantas verdes llaman mi atención junto con el joven hombre que atiende la recepción.

—Lucas, ella es mi invitada de hoy. Regístrala por favor y una vez listo envíala a nuestro departamento. —Matthew le dice al recepcionista y este asiente— Yo estaré cerca, debo de hacer una llamada. Pero si cuando termines aún yo no he finalizado, puedes ir al nuestro departamento, allá te estará esperando mi esposa.

Asiento dando aprobación a las palabras del señor Bennet. Mientras que mi amiga se hace a mi lado.

—Yo me quedaré contigo mientras te registras.

—Bien.

Lucas, el recepcionista, me pasa una hoja. Siendo sincera no me siento registrada como invitada, sino más bien como un huésped en un hotel. Y no es que sea incómodo, sino que nunca había visto que hicieran eso, siento que hay que hacer muchas cosas sólo para quedarme un fin de semana.

Luego de lo que fueron para mí unos tres minutos, ya me encontraba registrada en la lista de visitantes de los padres de mi amiga. Ella, por su parte, no se tuvo que registrar porque todo el mundo acá la conoce.

Subimos al departamento por el ascensor, que se detiene en el piso 20.

—Bien, te cuento que mis padres pueden querer demostrar un poco de apariencia, pero en el fondo ambos son buenos. No veo necesario que vayas a usar las reglas de ética, porque no vamos a ir a ninguna cena formal y... Mamá es menos aterradora de lo que parece. Al igual que papá.

Bueno, no les negaré que Isabelle tenía ese tipo de aire extraño que tienen las personas a las que te gustaría caerles bien. Pero tampoco negaré que me rehúso a criticar a alguien por como se ve o por como actúa. A veces lo que pasa es que nuestros padres nos crían de ciertas maneras, con ciertas reglas y compromisos, con algunas metas que no siempre se cumplen, pero al final del día, terminarás siendo como tus padres decidieron criarte.

Nuestras mentes se adaptan al igual que nuestros cuerpos a los cambios y a las diferencias. Y yo soy consciente que mis padres vivieron en un lugar de conflicto constante, así que las peleas, momentos incómodos, silencios ensordecedores y el ambiente pesado no me son tan extrañas o molestas porque estoy acostumbrada a estar en medio de todo eso. Por otro lado, Emma debe de estar acostumbrada al autocontrol y serenidad de su madre, a las apariencias que sus padres quieren demostrar, a los silencios tensos y a todas las cosas que conlleva estar en su mundo.

Caminamos por el pasillo hasta llegar a una puerta color vino tinto cuyo número no puedo apreciar bien.

Emma abre la puerta dándome paso a entrar a lo que es el departamento de sus padres y ¡vaya! Jamás había visto algo similar.

Sí, yo sabía que Emma contaba con buenos recursos, pero no era consciente que quizá su vida era más lujosa de lo esperado.

La puerta daba a una sala enorme, decorada con colores oscuros y claros, tiene una pantalla plasma de no sé cuántas pulgadas, una alfombra enorme bajo el sofá color blanco. Algunas plantas llenan de color la sala de colores opacos. Hay un ventanal enorme justo en frente del comedor, cuya superficie es enteramente de cristal, a un costado del comedor hay una biblioteca y cerca de ésta cuadros familiares de diferentes tamaños, con cada miembro de la familia. Y por último, mirando al frente y a los costados, hay 5 puertas diferentes.

—Bien, esta es la sala, por allí queda el comedor y ¿esas puertas? Bueno, las últimas tres de tu izquierda son habitaciones, la primera del frente es la cocina y la segunda es el baño para los invitados, pero tú puedes usar el mío si así lo prefieres.

—¿Tienes baño propio?

—Sí. Mi habitación es la primera del costado izquierdo. Tú izquierda, claro está. La otra es la de mi hermano mayor que en este momento no está, y la última es la de mis padres.

—Yo sólo quiero descargar mi maleta ¿dónde puedo hacerlo?

—Puedes hacerlo en mi habitación. Acá no tenemos cuarto de huéspedes porque no tenemos muchos generalmente.

Avanzo hasta el cuarto de Emma que con gusto abre la puerta.

¿Esta casa no tiene fin?

—Creo que me dieron ganas de estudiar más. —observo todo asombrada. Aunque disimulando un poco.

Mi amiga me mira —Piensas en estudiar estando descansando, de verdad que no tienes remedio. Puedes poner tu mochila allí —señala un perchero azul pastel.

Dejo la mochila en el perchero mientras que mi amiga se sienta en su cama.

—Bien, ¿qué quieres hacer?

—No sé dime tú.

—Podemos ir al Mall, comprar ingredientes, algunas palomitas para hacer, dulces, helado y venir a ver una película en la sala.

—No sé... No traje mucho diner—

—¿Y tú te preocupas por eso? Los anfitriones invitan.

—No me sentiría cómoda...

—Vámonos antes de que se haga tarde.

Emma me toma de la muñeca llevándome entre quejas hacia la salida de su departamento.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Apr 28, 2018 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Enamorando a CupidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora