1. Wild at heart

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Al igual que cada mañana, Jaebeom tomaba su desayuno mientras ojeaba el periódico, intentando olvidarse del permanente dolor de cabeza que le afecta desde hace unos días, no era resaca, estaba seguro, no había salido a beber estos días por culpa del trabajo, su amigo Jackson le decía que era estrés por abarcar tanto trabajo de repente. Como no hacerlo si su asistente era prácticamente incompetente, olvidaba sus pedidos e incluso no hacía bien su trabajo.

Dio el último trago a su café antes de salir de casa tomando sus llaves, necesitaba llegar pronto a la reunión con los inversionistas, pero antes necesitaba los papeles para presentar el proyecto. Suspiró largamente antes de encender su vehículo frotando su cien, tal vez era hora de ir a visitar a un especialista.

Estacionó su auto una vez llego a la empresa, saludando a la chica de recepción y a quien se topase en el camino solamente con un asentimiento de cabeza. Al momento en que las puertas del ascensor se abrieron avanzó raudo a su lugar de trabajo.

—¿Tienes los papeles que necesito? —cuestionó al chico que le miraba con duda -Te los mande por corre

—Puedo imprimirlos ahora —murmuró el joven casi estático por la fría mirada de su jefe.

—Olvídalo, puedo hacerlo yo —frunció el ceño tomando asiento para revisar la documentación y enviarla a imprimir, aún tenía tiempo para la junta, y todo parecía en orden.

Jaebeom bufó levantándose hasta la impresora para recoger las hojas, frunciendo el ceño ante una nueva punzada en su cabeza, frotando su frente una vez más. Volvió a su escritorio, dejando las hojas para organizarlas mientras buscaba la engrapadora, el trabajo estaba casi completo cuando de repente un fuerte estruendo y el café caliente caía sobre él y los papeles, alzando la vista de inmediato.

—¡¿podrías una vez en tu vida dejar de ser un inútil!? —terminó por explotar haciendo que el joven chico temblara comenzando a llorar, mientras la mandíbula del castaño se tensaba.

Jaebeom Caminó furioso hasta el baño quitándose la camisa para lavar la mancha de café, había dolido la quemadura, pero su sangre hirviendo de ira disipó todo el dolor.

Por más que restregaba, la mancha no salía de la prenda, de seguro gracias al jabón barato que mantenía la empresa, dio una patada al papeleo bajo el secador de mano, ya no podía con tanta presión.

—Jackson, necesito tu camisa, tengo una reunión en una hora y mi ropa esta arruinada.

¿qué ocurrió, JB? —respondió al otro lado de la línea el menor.

—El inútil del asistente arruinó todo, una vez más, puedes apuntarte y traer algo, la cabeza me está matando.

Dime donde estás.

—en los baños del octavo piso.

El castaño colgó sin más, por lo menos tendría una solución a su problema con la reunión. Apoyándose en el lavabo mientras esperaba, pensó que era la primera vez que explotaba de aquel modo, pero ya no aguantaba más, el chico llevaba meses actuando de aquel modo, como si lo hiciera con la intención de arruinar el humor del castaño.

Su amigo entró a los minutos, preocupado tras oír un par de rumores en torno a la oficina.

—No pensé que sería tan mal.

—Ese idiota lo hizo apropósito.

—No tienes como saber eso, es solo un chico.

—Me odia porque hace mal su trabajo.

—Olvídalo y concéntrate en la reunión. —suspiró Jackson quitándose la camisa para entregársela al mayor.

—Gracias, te debo una cerveza.

—Que quede pendiente, ¿sí?, Mark vuelve hoy de Los Ángeles, debo tener la cena lista.

—Para la próxima será —suspiró fundando la camisa dentro de su pantalón. —Realmente gracias Jackson, salvaste mi vida. —terminó por decir, agradeciendo que su amigo llevara una sudadera bajo la camisa, evitando que terminara desnudo como lo estaba él, abrazó al chico para luego salir.

En los pasillos invadió el silencio al momento que apareció tras la puerta, el asistente ya no estaba, y un par de compañeros más habían desaparecido junto a él, volviendo a su puesto para reprimir los documentos y todo lo necesario, mientras escuchaba los murmullos de sus compañeros "realmente es malvado", "¿cómo puede tratar a un chico así?", ignorando todo bebió las pastillas entregadas por su amigo mientras volvía a imprimir los papeles.

La reunión fue un éxito, los inversionistas quedaron contentos con la propuesta, aceptando una próxima junta para comenzar el proyecto.

—Jaebeom, vamos a mi oficina. —habló el gerente, avanzando junto al castaño al despacho. —¿Qué fue lo que ocurrió esta mañana?

—Nada grabe, un arrebato solamente.

—Sabes que no puedes tratar de ese modo a tu equipo.

—Ese chico arruinó mi ropa y los papeles.

—No justifiques tus falencias. —suspiró el hombre apoyando sus codos sobre la mesa y recargando su barbilla en su mentón por un minuto. —No quiero tener que desligarte del proyecto por algo tan mínimo, pero se que no es la primera vez que menosprecias el trabajo de tu asistente. Creo que deberías ir a un departamento diferente, unirte a un equipo con el que puedas llevarte mejor y aprender la lección de tratar adecuadamente a tus compañeros.

El castaño únicamente asintió, saliendo de la oficina con una reverencia, su cabeza le estaba matando, salió a la terraza, encendiendo un cigarrillo para relajarse apoyado en la baranda, mientras el cielo oscuro era llenado de nubes grises que anunciaban una próxima lluvia.

La hora de salida llegó, conduciendo directo a su hogar, beber una cerveza mientras veía su programa de televisión favorito sería el mejor panorama para apaciguar el duro día que tendría la próxima mañana.

Al momento de bajar la lluvia era fuerte, el sonido que emitía al golpear los techo y las hojas de los árboles, Jaebeom apuro su paso, siendo completamente mojado, pero al momento de ingresar una extraña caja llamó su atención, acercándose para comprobar que tenia en su interior. Conocía las políticas del edificio, la basura no podía dejarse en la entrada. Con cierto temor alzo una de las tapas, asombrándose con el contenido, un chico notoriamente menor, temblando por el frío, sus ropas manchadas con sangre y su rostro herido. El castaño no dudo en empujar la caja al interior del edificio, no podía abandonar a un chico en su estado, si llamaba a la policía podía verse involucrado en algún problema, siendo la misma situación con una ambulancia.

Cargó al menor en sus brazos, dejándolo sobre el sofá, cuidando de él, bajando la fiebre con los parches de temperatura aliviado que el gorro que él utilizaba dejaba su frente al descubierto. Mientras cuidaba las heridas en el cuerpo del menor, cocinó algo liviano para alimentar al desconocido. Jaebeom aliviado descansó sobre la alfombra al momento en que la fiebre disminuyo notoriamente, pudiendo al fin dormir sin percatarse sobre el incomodo piso de la sala.

Por la mañana despertó sin aquella incomodidad en su cabeza, tampoco le afecto el duro piso que usó como cama, su cuerpo se encontraba relajado como en mucho tiempo, sonriendo mientras estiraba sus brazos y veía el cuerpo del menor descansando aun sobre su sofá. Llevó su mirada al reloj de su muñeca, comprobando lo tarde que se le hacía, preparo algo de comida para el pelinegro escribiendo una nota y dejando un poco de dinero junto a ella.

"Espero que te encuentres mejor, utiliza el dinero para volver a tu hogar, ten cuidado con las palizas"

Tomó un baño rápido vistiéndose mientras acomodaba su ropa para salir del apartamento confiando que al volver el desconocido no estuviera, aunque se sentía aliviado de que el dolor de su cabeza desapareciera.

きみはペット(adapt) [JJ Project/Bnior]Where stories live. Discover now