Lo conocí hace algunos meses, es más grande que yo, es guapo, imponente y muy lindo, me encantaba verlo sonreír, su sonrisa tan expresiva, tan llena de felicidad, tan perfecta; su forma de hablar es muy linda, es dura, pero linda, te dice las cosas de la misma forma en la que tu padre lo haría, sin tapujos, llenas de verdad y de una forma rígida par que te las tomes en serio, pero con un dejo de amor que te hace pensar "lo hace por mi bien" me enamoré perdidamente de él, y su mirada ¡Carajo! Esa mirada me mata, sus pupilas dilatadas color café miel, con ese brillo tan hermoso, esa luz, ese amor que se refleja en ellas, esa pasión, ese todo! *suspiro* Ese todo que no era para mí, ese amor que no era para mí, esa mirada que no era para mí.
A veces lo observo a ojos de todo el mundo y él actúa como si no se diera cuenta, se que no le importa lo que yo siento por él pero... Me lastima tanto su indiferencia; aun recuerdo el día aquel en el que tomó su guitarra y comenzó a tocar y a cantar, solo estábamos los dos, y lo pude admirar, lo tuve para mi durante dos horas, lo pude abrazar, lo pude besar, lo pude escuchar, lo pude sentir! Lo pude mirar... Pude ver fijamente sus ojos, esos ojos que me matan pero nunca me verán con amor
