Nunca me arrepentiré de haberte amado
Ni de haberte querido
Ya que ahora entiendo el castigo
De que no desearas mi abrigo
Te quise tanto que ni Lorca lo entendería
Que como dijo Bécquer, eres poesía
Ya que como ella fuiste mi salvación
Pero con el paso del tiempo te convertiste en perdición
Y es que tu llegada fue como la de un ciclón
Revolucionando desde el primer momento mi vida
Mas dejaste con tu partida
Un seísmo en mi corazón
El final me llevó a lo más profundo
Yendo bar tras bar, botella tras botella como un vagabundo
Pero pese a todo el dolor resurgí como un fénix de sus cenizas
Levantándome y reconstruyéndome esquivando tus grietas malditas.