Mi padre tiene algunas dudas acerca de dejar la casa y la huerta sola por varios días, no esta seguro del tiempo que dure el viaje, siente miedo a las tormentas que se puedan librar en el mar, aun siente ese miedo desde el día que mama y Diacono nos dejaron. Se suman mas malas noticias, la abuela Agatha tampoco quiere emprender el viaje, ya estoy fastidiado, parece que el destino no quiere que viaje.
El señor Erasmus asegura con claridad que su barco es muy fuerte, que ni siquiera el dios poseidón podría hundirlo, suena algo exagerado verdad?
Después de varios minutos de conversación con mi padre junto con el señor Erasmus y la abuela llegamos al acuerdo de ir, pero la abuela no ira, ella se quedara a cuidar los cultivos y la casa con la ayuda de la esposa del señor Erasmus.
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Después de terminar nuestras tareas del día comenzamos a empacar, mi cuerpo esta a punto de explotar de la emoción, mis manos están sudadas, mis ganas de ya estar en el mar crecen junto con mis dudas del mundo exterior. La abuela Agatha me ha regañado, dice que estoy haciendo las cosas muy apurado, que tengo que calmar mis ansias, todo a su tiempo.
Esta bien, tiene razón.
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