C a p a z. ❤️

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¿De verdad esperaría que Tae viniera por mi? ¿Donde había quedado mi actitud fuerte y demandante? Recobré mi postura, observé con el ceño notoriamente fruncido a Aarón y alce la voz.

—No tengo miedo, Aarón. Vete de aquí.

El de la forma más burlesca sonrió. Parecía que bromeaba, pero no. Ningún chico lograría asustarme. Como era de esperar cogió mi brazo con cierta, un pequeño grito escapó de mis labios, no por dolor, sino por el impacto que él provocaba en mi persona. Se escucharon pasos acelerados, respire profundo pensando que era Tae. Pero no, no era el.

—¡Jamás vuelvas a ponerle un dedo encima!

Se escuchó una voz masculina por detrás de Aarón además de que después la misma persona jalo de él, al tanto que tuvo que soltar mi brazo y apartarse de mi. No era Tae, era Sehun. Acaso ¿Sigo sin perderlo? Después de que Aarón me observara con todo el odio del mundo se retiró del lugar. Ver a Sehun frente a mi, provoco que mi vista se nublara. Quería ser lo suficiente fuerte para defenderme sola pero era mi Sehun. Me tiré a sus brazos sin pensarlo dos veces, me refugié en el espacio que quedaba entre su cuello y hombro. Sentía aquel aroma tan familiar, tan acogedor. Cerré varios minutos mis ojos, parecía que él tampoco deseaba separarse de mi.

—Deberíamos irnos de aquí.

Su voz activó todos mis sentidos nuevamente, estaba tan cansada lo único que deseaba era dormir, y dormir y más tiempo para dormir. Sehun tomo mi mano, pero no de forma romántica, más bien era para guiarme puesto que estaba por poco dormida.

El horario de clases había finalizado, Sehun me acompañaría a casa, probablemente hablaríamos de cómo nos había ido durante la semana, como buenos mejores amigos que éramos. Tenía miedo, por un lado estaba Tae quien solía ser dulce conmigo, pero la costumbre de estar con Hunnie comenzaba a volverme algo loca.

Narra Sehun.

Ya que Lez me invitó a pasar la noche en su casa, más bien la tarde, acepte sin dudarlo, quería ponerme al día sobre sus aventuras, me gustaba escucharla. Al llegar sus padres no estaban, era una lastima, siempre tuve una relación magnífica con ellos, me hubiese gustado saludarles. Subimos a su habitación, le di un pequeño empujón para que quedara atrás, mientras caminaba en dirección a la cama reía de forma leve, me recosté en lo largo de la cama, mis brazos se situaron bajo mi nuca y observé el techo con atención. No pensé jamás que Lez iba a recostarse a mi lado, menos abrazar mi torso pero así fue. Sentía que ella pasaba por cosas que la atormentaban por así decirlo. Un pequeño sonrojo apareció en mis mejillas. Pasaron los minutos y ninguno abría la boca, observé a Lez por la comisura de mi ojo, y me encontré con que estaba profundamente dormida, apoyé la cabeza sobre la de ella, y también cerré los ojos.

Recuerdo haberme dormido por unos veinte a treinta minutos, pero un fuerte ruido había espumado todas las ganas de dormir que traía, alguien escalaba por la ventana, solo alce con levedad el rostro, tratando de deducir de quien era que se trataba.

Este personaje lucia una capucha por lo que no pude ver su rostro hasta que entró por completo a la habitación, y se quitó aquella prenda que cubría su rostro. Se trataba de el, mi mayor competencia.

. . .

Yo no te temo, Taehyung.Where stories live. Discover now