Sábado supuestamente normal

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Normalmente no peleamos ni discutimos, pero en situaciones como estas es difícil doblar el brazo y darle la razón, estamos uno frente al otro, con el ceño fruncido, en cosas como estas Akemi es muy parecida a mí. Cuando era aun mas enana solía hacer puchero, y aunque nada le quito lo tierno, me mira bastante enfadada, ¿Porqué?, fácil, no pienso cumplirle los caprichos.
Esta fastidiada, no deja de golpear el piso con el pie, incluso tiene los brazos cruzados.
Lo único en lo que jamas podremos ser una familia unida sera dentro de una tienda.
Lugar donde lo único que quiero comprar es la comida para el mes, pero no, ella quiere ese nuevo cereal hiper dulce solo porque viene una figurita de Deku, mas razón para no llevarlo.
Bufo ante su cómica mirada, pero en vez de seguir discutiendo con la mirada, tomo el cereal que se me encanta y camino tranquilo hacia el mostrador. Volteo solo para ver como esta roja de la irá, luego parece calmarse y apenada al ver que esta vez no conseguirá lo que quiere.

Poco sabe ella que en realidad, cuando le dije que valla a buscar una leche al refrigerador, yo tome uno de esos empalagosos cereales.
Me gusta ver sus ojos llenos de emoción.

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10 años

Un sábado común y corriente en la casa Bakugou, la temperatura es agradable y es bastante temprano. La pequeña Akemi se siente mal y con dolores estomacales desde la noche del día anterior. Este sábado comenzó muy tranquilo para Katsuki, se había levantado solo él, por lo que preparo un desayuno liviano para Akemi, un té acompañado de unas tostadas; él en cambio se preparo solo un café. Ella aparentemente seguía dormida.
Al comenzar a cambiarse para salir a correr escucha como Akemi se parece levantar, cinco segundos después ella parece volverse a acostar, el ruido del colchón siendo aplastado con la madera es bastante fuerte.
Una vez alistado esta por salir de su casa, estira su mano para tomar sus llaves del pequeño llavero, cuando un fuerte portazo lo alerta, Akemi había entrado al baño. Esto para él ya es normal pues siempre que su hija se levanta tarde posee un humor de mil demonios.
Abre la puerta y pone un pie fuera de la casa, un grito desgarrador aturde sus sentidos durante unos segundos y ya por inercia corre hasta la puerta del baño, la cual esta cerrada con llave.
Golpea con algo de impaciencia y lo único que logra escuchar son fuertes sollozos.
Akemi del otro lado usa su quirk para abrir la puerta, elevando y utilizando la llave que tiene en su bolsillo.  Katsuki entra alarmado y está lo mira asustada, le tiemblan las piernas y se encuentra algo pálida.

— H-hay s-sa-sangre. Menciona de forma lenta y tortuosa, Katsuki no parece entender lo que quiere decir por lo que se agacha y pregunta — ¿Dónde?.
Akemi baja la cabeza con vergüenza mientras cierra las piernas entre temblores. Katsuki abre los ojos con sorpresa y se le escapa una sonrisa. Mientras se levanta del suelo le dice que se tranquilice y en ese mismo instante llamó a su madre, lo que recibió como respuesta de la anciana mujer al contarle sobre lo que acontece Akemi fue un grito de alegría y un — ¡ya estoy saliendo!.
Katsuki la dejo sola unos instantes para buscarle un cambio de ropa interior. Al volver Akemi se había calmado un poco y buscaba alguna respuesta con la mirada, focalizando sus llameantes ojos rojos en los de su padre. — Tu abuela ya viene, ella te dirá todo lo que quieras saber… no soy bueno con estas cosas. Akemi asiente y le pide en un susurro a su padre que la deje sola.
Él obedece y le da su espacio a la señorita de la casa.
Camina hacia la cocina para servirse un poco de agua, le picaban los dedos, los ojos le ardían y le estaba costando mucho no sonreír. No podía tener una hija y no saber nada sobre la menstruación, estaba feliz pero sabia que tenía que darle vergüenza hablar de estos temas con sus papás, cosa que lo decepcionó un poco y le hizo recordar que él no hablaba de nada con su madre.

— ¿Así que así se siente, eh?, es una mierda.

Segundos después sonó el timbre y al abrir la puerta su madre salio corriendo hacia al baño junto a una bonita bolsa azul, su padre se puso a su lado y espero a que Katsuki cierre la puerta para darle unas palmaditas en la espalda y posteriormente abrazarlo con todo el cariño que su cuerpo le permitía.
Akemi salio del baño junto a su abuela Mitsuki, la mas pequeña al ver a su padre salio corriendo a abrazarlo y luego estiro su brazo intentando llegar a su abuelo, Masaru se acercó y le devolvió el abrazo a su nieta.

— Akemi ya no eres una niña. Le regaño Katsuki al ver que no quería bajar, para colmo su padre se le había pegado para poder acariciarle el cabello a la mona que tenia por hija.
El sonido de una cámara alarmó a la distraída Akemi. Su abuela les había tomado una fotografía para segundos después acercarse a ellos y abrazarlos bruscamente, tirando hacia delante a Katsuki, que lógicamente se había vuelto mas alto que ella.
Aquella mañana de sábado cambiaría para siempre la vida de la pequeña familia Bakugo, que ahora era más que consiente que Akemi se estaba acercando a la adolecencia, etapa para la que se estaba preparando muy fuertemente.

Creciendo junto a papáWhere stories live. Discover now