Epílogo

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–¡Preparad al resto, estamos a punto de marcharnos! – ordenó a gritos

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–¡Preparad al resto, estamos a punto de marcharnos! – ordenó a gritos.

El exterior era un verdadero caos, apenas podía ver más allá de tres metros por toda la gente que estaba peleando junto a él. Los soldados se habían levantado contra la gente y los estaban masacrando. La munición era escasa para ellos y la pelea estaba siendo desigual. Los recursos de aquellos soldados superaban con creces los suyos. Súbitamente, dejaron de disparar. Nadie se movió mientras esperaban una reacción.

–¿Quién era ese? –preguntó un guardia a su compañero.

–No era la voz del embajador... ¿Crees que alguien...? – dijo, sin saber que Alex había dado la orden.

–¡Acabad con todos! – profirió el embajador por el pinganillo que llevaban–. Que aprendan a respetar la ley y esto les sirva como ejemplo.

Cuando vio que el soldado volvía a colocar el dedo en el gatillo, actuó veloz y le disparó directamente en la cabeza. El disparo sirvió para que el resto lo siguieran y volvieron a la carga.

–¡James! – le alertaron del mismo modo por sus propios receptores–. Creo que no ha conseguido sobrevivir.

Sintió que perdía el equilibrio cuando recibió la noticia. Aquello no estaba dentro de sus planes. No dudo en dejar la pelea y colarse en la embajada por la puerta de acceso complementaria. Corrió escaleras arriba, no tenía tiempo de esperar al ascensor, y subió hasta la última planta. A su paso vio que había un soldado inconsciente en el pasillo, otro en la puerta de entrada a la sala de mando y dos personas tendidas en el suelo junto al monitor. Ella y Alex. Ambos estaban con los ojos cerrados sobre un charco de sangre. La sala estaba destrozada y manchada de rojo. Se acercó veloz al chico y buscó su pulso en su cuello. Apenas era perceptible.

Golpeó el monitor con rabia y sintió sus nudillos hiriéndose. Las lágrimas se abrieron paso y sintió como le ardían los ojos. Alex no debía morir y menos a manos de aquel ser al que odiaba más que a nadie. Lo tumbó sobre él con cautela y se abrazó a su cuerpo, con la esperanza de que permaneciera vivo.

–¡James, debemos salir de aquí! – su compañero se quedó quieto al ver lo que estaba ocurriendo.

–Debemos sacarlo de aquí.

Su compañero se encargó de romper las patas de la mesa mientras él continuaba sosteniendo a Alex entre sus brazos. No imaginaba lo duro que debía haber sido enfrentarse a Collins. El castaño tenía el rostro plagado de golpes, un cuchillo aún clavado en su hombro y toda la ropa llena de sangre por el orificio de su abdomen. Nunca podría borrar de su mente aquella horrible imagen.

Entre los dos lo colocaron sobre una mesa y lo cargaron como si se tratara de una camilla. Bajaron hasta la entrada de la embajada y la gente, incrédula, hizo un pasillo para que pudieran pasar. Incluso el hombre que había intentado ayudarlo a colarse en el edificio se santiguó y bajó la mirada al suelo. Los rodearon para abrirles paso hacia los soldados, que aún seguían matando gente por orden del embajador McAllen. Todos eran testigos de aquellos vídeos y conocían lo que los embajadores habían hecho, estaban más que dispuestos a luchas y hacer justicia. Caminaron hacia el gran agujero de salida y lo atravesaron, matando a todos los que se interpusieron en su camino. Después de más de once años, volvían a pisar la Tierra y a respirar aire fresco.

–¿Cómo se lo contarás a la comandante Sanders?

–Tendrá que verlo ella misma. Estará orgullosa de saber que su hijo lucho como un héroe.

–¿Y el resto de sus amigos?

–No los encontramos, se separaron durante el revuelvo. Hasta que descubramos como hacer que MIA cure a Alex tendrán que seguir viviendo ahí dentro, él es el único que puede acabar con todo esto. Sólo espero que sobrevivan el tiempo suficiente, porque las represarías del embajador serán devastadoras. Esta guerra aún no ha acabado, apenas está empezando.

James extrajo un pequeño aparato de un bolsillo de su chaqueta y lo conectó al implante de Alex, aún tenían un viaje de cinco días por delante y, con suerte, eso les daría tiempo para conseguir curarlo al llegar, si es que era posible.

No era el final que había imaginado cuando todo empezó, pero por ahora debía conformarse. Estaba dispuesto a vengar la muerte de su hermano sobre todas las cosas, iban a pagar por lo que habían hecho.                  

FIN DEL PRIMER LIBRO


***
Aquí acaba esta aventura... Por ahora.

"Sueños de Metal- El nuevo mundo" está en camino. Espero que lo hayáis disfrutado tanto como yo y que os haya gustado la aventura de Alex.

A partir de ahora estaré corrigiendos los capítulos y dándole los últimos retoques.

Estoy muy agradecida por toda la acogida que ha tenido y el cariño que habéis mostrado siempre. Muchísimas gracias.

Hasta pronto!! 

Hasta pronto!! 

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Sueños de Metal- El Despertar  (#Libro 1)Where stories live. Discover now