¿Anato?

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Narrador:

Todo parecía ir de maravilla~... eso significa que algo va a pasar y ese algo no es nada bueno, tal vez.

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¿Realmente va a creerle a Bills?... la respuesta es un rotundo y contundente...

¡No!

¿Por qué?, bueno porque para Bills era fácil decir que cambiaría pero de que cumpliera eso sí que no. Porque vamos, alguien cambiando así, siendo Bills, solamente con las super esperas del dragón puede cumplirse.

Eso es tenerle poca confianza a Bills.

O al menos eso cree Shin luego de su reunión con Bills ya cuando regresó al planeta supremo.

—Creer que vas a cambiar, ¡ja!—dijo sarcástico.—¿Cómo confiar en tus palabras cuando nunca muestras signos de querer cambiar el ser como eres, cómo voy a saber si es verdad lo que me dijiste?, alguien como tú jamás cambia—se dijo así mismo.

Eso crees tú

—¿Eh?—volteó a todas direcciones.—... Que raro, creí escuchar al... ¡no por favor, no quiero descubrir que me volveré igual de loco que Zamasu!—se alteró.

Jaja, tran-qui-lo~

—Esto... no... estoy perdido—y bueno Shin.

Shin acabó desmayándose cayendo de cara al piso. Y los días que faltan... pobre.

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~Al día siguiente~

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Al despertar no tan abruptamente, y alterado cómo no, se levantó de manera rápida y alterada decidió ir así como estaba al universo 1. ¿La razón?, pues no la sabe pero estando alterado y con una posible voz en su cabeza que lo volverá igual de loco que Zamasu pues prefirió ir antes de tan siquiera saber si eso fue producto de algo o alguien jugando con su mente.

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Y bueno, en el planeta supremo del universo 1, se encontraba Anato sentado observando los planetas de manera relajada—algo que caracteriza a los Kaioshin—, viendo lo que fue la razón por la cual su universo fue de los pocos que se salvaron de participar en el torneo del poder. Tenía una pequeña sonrisa en el rostro que estaba ahí por razones algo obvias.

—Llegaste muy temprano, Shin—volteó la vista hacia detrás suyo para ver al más bajo, demasiado agitado.—¿Qué te pasó, por qué estás tan agitado?—le preguntó preocupado.

—Es sólo que... que... ¡nada, no es nada!

Bien, a Shin deberían darle algún premio por la peor actuación de los universos—si es que eso existía—, y Anato hizo de todo menos creerle.

—Bueno, dejando de lado el hecho de que se nota tú mentira, que incluso hasta tú universo se vería la mentira. Vamos hasta el templo para prepararte un té que pueda calmarte, o al menos intentar hacer que te relajes—vio al más bajo intentar protestar.—Ni siquiera pienses en protestar, porque si lo haces te cargaré hasta el lugar no importa si te quejas, o si te vas... iré por ti y te traeré de nuevo aquí las veces que sean necesarias éste día.

¡Cómo No Enojarme! [Corrigiendo]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora