Capítulo 8: "III. Solipsismo"

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Aquel lunes se levantó tarde por la mañana.

Perdió su primera clase del día y un par de llamadas que reflejaban en la pantalla de su celular cuando lo tomó para ver la hora. "Elijah" y "Neal". Por un momento su corazón saltó por la llamada perdida de la mano derecha del Amo Jung, no obstante, si fuera algo urgente de parte de él; Él probablemente no habría desistido hasta que Matthew respondiera el teléfono.

Se frotó los ojos con pereza desistiendo antes de comenzar a correr por llegar temprano a la universidad, a esa hora ya estarían a mitad de la segunda hora por lo que no podría pasar más allá de la puerta del aula tomando en cuenta la bruja que tenía por profesora los lunes temprano.

Bostezó y tras un estiramiento donde todos sus huesos agradecieron el movimiento, volvió la mirada a su teléfono. Había descuidado las facturas entre atender las necesidades nada básicas y sencillas de Víctor y sus deberes en la universidad. Por lo que ingresó rápidamente a la página del arrendatario para pagar su cuota del mes. Una vez generada su factura, ingresó en la App de delivery de un restaurant que se había vuelto en poco tiempo su favorito.

Le ahorraba el tener que cocinar y no volvía su estómago un órgano inservible a largo plazo.

Pidió un desayuno generoso y luego chequeó su cuenta bancaria, considerando que tal vez le alcanzaría hasta que Víctor le pasara una nueva quincena.

No obstante, sus ojos casi se salieron de su rostro cuento entró a su cuenta y observó la cantidad de dinero que figuraba allí.

— ¡¿Qué caraj...?! — casi se golpeó con el cabezal de la cama por levantarse tan rápido. En ese momento, un mensaje ingresó a su bandeja de entrada.

"Le pedí a Elijah que te llamara y te preguntara cuánto necesitabas para cubrir tu mes, como no respondiste, le pedí que te depositara tres millones. Avísame si necesitas más - Víctor J."

— ¿Que si me alcanza? — se dijo a sí mismo. — Con esto podría vivir el año completamente sin necesitar más nada... — musitó mirando la cuenta nuevamente. Luego dejó caer la mano que sostenía el aparato a un lado. — Casi más nada. — completó corrigiéndose antes de sacudir la cabeza, dejar su teléfono sobre la cama e ir a tomar una ducha matutina.

Mirar a Neal comer jamás había sido tan extraño para él. O al menos, no hasta que descubrió que su amigo tenía un plato para perros con su nombre impreso en él.

— ¿Notaste que tiene diamantes? — bromeó Neal cuando Matthew expresó lo raro que era eso. — Asier es un exagerado. — rió y siguió comiendo su almuerzo como si nada. Si había alguien a quién no le afectaban las cosas tan fácilmente; Ese era Neal.

— Por cierto... — continuó Matthew. — ¿Qué sabes de la relación entre Nikolai y Asier?

Neal lo miró.

— Ellos no tienen nada. — dijo enseguida. — Asier molesta a Víctor por algo que sólo ellos conocen. Y dónde más le duele a Víctor es en sus babys... y en Nikolai.

Matthew bebió un sorbo de su sprite tratando de no pensar de más.

— ¿Y no te molesta? — preguntó entonces. — Lo que hizo esa noche... conmigo, y luego en la carrera con Nikolai. ¿No te afecta que Asier les preste atención a otros?

Neal miró a su amigo con una ceja enarcada y una sonrisa extraña. Negó con la cabeza.

— ¿Por qué debería molestarme? — Se encogió de hombros — Él no me pertenece. No debe molestarme nada de lo que él haga y que no me perjudique. Contigo estaba jugando, intentando que cayeras: Cosa que hiciste. Y con Nikolai... No es la primera vez, pero jamás ha pasado a más.

Nueve Pecados©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora