Después de un año separados, Apo y Waii están juntos nuevamente, su relación aun no ha sido formalizada, pero sus deseos carnales los han dejado llegar donde parejas de años no han llegado.
¿sera que podrán formalizar su relación o serán consumidos...
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Mi mente se encontraba enfocada en un solo objetivo, hacer mío al chico que tengo por novio y que en este momento se encuentra justo frente a mí, dispuesto a hacer todo lo que yo quisiera.
+ Achi...
Retire en un solo momento la ultima prenda que cubría su blanca y casta piel, como no podía quedarme atrás, también me saque la ropa interior, ahora estábamos completamente desnudos, desnudos sobre su cama, la idea de hacerlo mío en su casa, en su cuarto, en su cama, todo era demasiado estimulante.
- Kluay...
Achi pronuncio mi nombre, enredó sus brazos alrededor de mi cuello jalandome hacia él para besarme con fuerza, aunque él había crecido un poco desde que comenzamos a salir, la diferencia de tamaño aun era evidente, aun asi deseaba continuar, me moví de tal forma que quede enmedio de sus piernas mientras el seguía aferrado a mi cuello; tomé uno de mis dedos y con un poco de saliva lo introduje por la puerta trasera de Achi.
- aaa...
Un evidente quejido fue liberado por sus labios, pero no le preste atención, no quise prestarle atención, me encontraba demasiado excitado que no me fijaba en lo que estaba haciendo, sin pensar mas, tome mi miembro completamente duro y lo puse en su entrada, estaba perdido en otro mundo y sin dudarlo nisiquiera un segundo, trate de meterselo.
- AAA...
Este segundo grito me regreso a la realidad, cuando me di cuenta de lo que estaba haciendo, me sentí fatal, el rostro de mi Achi estaba cubierto de lagrimas debido a la estúpida forma en la que trate de hacerlo mío, soy de lo peor.
+ A... + Ach... + Achi...
+ yo... + yo lo... + lo siento...
No tenía el valor de mirarlo a los ojos, me había dejado llevar por mis impulsos y estuve al borde de abusar de él, soy el peor novio de todos.
- esta bien...
Su voz acompañada de sus manos levantando mi rostro me llenaron de una hermosa calidez.
+ pero yo...
- esta bien... - fui yo quien te provocó... - ademas estoy bien... - no tienes porque sentirte mal...
Achi me abrazo fuertemente, sin duda alguna tengo al mejor novio de todos.
+ supongo que esto es lo mas lejos que podemos llegar...
Me acerque a su rostro y bese sus hermosos ojos limpiando las lagrimas que había derramado por mi culpa.
+ quizás... + debería recompensarte...
Despues de haberlo lastimado, lo único que se me ocurría para dejar de sentirme culpable, era recompensarlo por ser el mejor novio de todos.
- a que te refieres con recompensar...
+ ya lo veras...
Bese suavemente sus labios mientras jugaba con mi mano alrededor de su cuerpo, mis caricias tenían un solo objetivo, excitarlo; los besos y caricias continuaron durante algunos minutos, poco despues comencé a bajar besando su cuello, su pecho, su abdomen, iba suave pero seguro, hasta que llegue donde quería estar.
- Kluay... - no lo hag-as...
- aaahhh...
Era la primera ves que me atrevía a hacer algo asi, pero estaba seguro de que Achi lo disfrutaría, asi que de un solo golpe me metí todo su miembro en mi boca, su voz tímida y atrofiada debido a los gemidos que soltaba eran la clave para saber que lo estaba disfrutando, sinceramente no me resulto nada desagradable, a pesar de estar totalmente duro, la punta era blanda como goma de mascar.
Utilizando mi mano en la base de su miembro, realizaba pequeños masajes mientras la parte superior entraba y salía de mi boca, comencé a jugar utilizando mi lengua, Achi trataba de hablar, pero sus gemidos eran mas fuertes a cada momento, era evidente lo que estaba por pasar; en un leve momento que saque su miembro de mi boca, sentí como este vibró liberando todo lo que llevaba por dentro lanzandolo sobre mi pecho.
- lo... - lo siento...
Achi estaba tan agitado que sus palabras eran pausadas y cansadas.
+ esta es mi forma de recompensarte + ademas... + esto es solo una probada... + de lo que puedo hacer...
Cuando Achi recupero el aliento, nos metimos a bañar juntos, me encargue de tallar su cuerpo y el me enjabono la espalda, fue una escena muy romántica, para acabar aquella noche, él me presto algo de ropa y asi dormimos los dos juntos, abrazados y unidos por este amor inocente.
Un amor inocente tan frágil que un idiota como yo no lo podría hacer durar.
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