08 - Empapadas

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Un relámpago hizo que se separen y cayeran en la realidad. Flor descendió rápidamente de su amarre de Jazmín y corrió su pelo mojado de su rostro. La miró algo avergonzada, nunca había hecho algo así en público. De hecho, nunca había besado a una mujer.
Pero el simple hecho de sentir ese beso tan distinto y tan suave a todos los que había probado alguna vez, la hicieron sentirse invitada a permanecer ahí eternamente.
Fueron dos meses muy difíciles para Flor también. Meses en los que su vida estuvo dada vuelta. En donde tuvo que dejar su hogar, su trabajo. En donde su único refugio era el recuerdo de aquella voz vibrante que le hizo ver la vida desde otro ángulo. Una voz que la sedujo, que la invitó a cambiar. Fue el último empujón que necesitaba para buscar aquello que la hiciera feliz.
Y cuando al fin la encontró, pensó que simplemente le agradecería por haberla ayudado. Pero en lugar de eso, se encontró con Jazmín con todo lo que eso suponía. Con esos ojos verdes que la penetraron. Con esa seducción innata. Con esas ganas irreversibles que le despertó el hecho de verla hecha una realidad palpable, de estar pegada a ella y no soltarla. Porque la vio ahí, explicando el porqué la hizo esperar, la escuchó de nuevo y su alma volvió a su cuerpo.

"Perdón."

Jazmín la miró atónita y algo mareada.

"¿Por qué perdón, Flor?"

Le estaba por responder pero una fría brisa la invadió y la hizo temblar.

"Estás congelada. Vamos a algún lado para que te seques. Te acompaño a tu casa."

"¡A mi casa no!"

Jazmín se quedó sorprendida por la respuesta y antes de preguntarle algo más, Flor se explicó.

"No estoy parando en mi casa. Todavía está... todavía está él. Me estoy quedando en la casa de una amiga por estos días."

"Bueno. Te puedo acompañar a la casa de ella."

"Mmm no tampoco."

Jazmín sintió que todas eran excusas para cortar el encuentro, pero de golpe la siguiente pregunta de Flor la dejó pasmada.

"¿Te molestaría... hmmm... te molestaría si vamos a tu casa?"

"¿A mi casa?" Respondió Jazmín como si la pregunta de Flor no hubiese sido clara.

"¿Cualquiera, no?"

Volviendo en sí misma, Jazmín salvó la situación "No. Vamos a casa así te cambiás."

Fueron caminando despacio, intentando ir por debajo de los techos. Algo en vano ya que ambas estaban empapadas de pies a cabeza. No era muy lejos de allí y llegaron pronto.
Jazmín acomodó su bicicleta en el bicicletero de la planta baja y emprendieron el viaje en el ascensor.
Cada una se paró en cada extremo del mismo sin hablarse. La timidez y el desconocimiento embriagaban el lugar.
Y como si tuviesen un imán, se miraron y volvieron a conectarse.

"Flor..."

Ella no la dejó terminar la oración. Se acercó rápidamente a Jazmín y volvió a atrapar sus labios. Ya no estaban tan fríos como en el parque. El ascensor llegó rápido pero igual no se soltaron.
En el pasillo de su departamento apenas se escuchaban las voces de los vecinos. Y de algún modo, Jazmín estaba agradecida de no cruzarse con ninguno para que no vieran como era devorada por Flor. No por vergüenza, sino porque no quería que Flor se sintiera incómoda. Sabía (o creía) que para ella todo esto era nuevo.
Luego de barajar entre los besos de Flor y su búsqueda de las llaves en su cartera, logró su cometido.
Entraron rápidamente y Jazmín se separó suavemente de los labios de Flor, para invitarla a pararse en el medio del living.

"Esperame por acá, voy a buscar unas toallas y ropa seca."

Volvió rápidamente pero no la encontró donde la había dejado.
En lugar de eso, Flor paseaba por el living mirando todo detenidamente. Los cuadros, las estanterías llenas de cosas, las telas, los dibujos sobre la mesa.

"No puedo creer todos los adornos que tenés. Hay detalles en cada rincón. Todo es hermoso"

Extendiéndole una toalla "Gracias. Esta casa la fui armando de a poco y la fui sintiendo cada vez más mía. Está un poco desordenada porque no esperaba visitas."

"Es tan vos. Y es muy loco, porque apenas te conozco, pero se que vos sos así."

"¿Desordenada?"

Flor le dedicó su mejor sonrisa y una parte de Jazmín se derritió "Imprevisible. Colorida. Armoniosa. Enérgica... Hermosa."

Jazmín soltó la toalla que tenía en sus manos y se acercó a Flor. Esta vez no esperó a que se lo pidiera y la besó. Lo hizo en cámara lenta, disfrutando del momento. Flor también soltó la toalla que le dio Jazmín y tomó en su lugar el rostro de ella. Con sus purgares acariciaba sus mejillas. El beso duró algunos segundos y Jazmín se separó de ella para apoyar sus frentes.

"Jaz... estoy un poco... nerviosa."

"Yo también."

"¿Vos también? No te creo."

"¿No me creés?" Entonces Jazmín tomó una de sus manos y la apoyó sobre su pecho donde el corazón estaba a punto de salirse.

"¿Sentís?"

Flor tragó saliva y suspiró con los ojos cerrados, aún con sus frentes apoyadas "Sss...sí"

Flor comenzó a acariciar esa zona con su pulgar sobre la remera mojada de Jazmín. Era la sensación más hermosa y podrían quedarse así eternamente, sintiendo sus pulsos acelerados. Pero seguían heladas y Jazmín no quería que Flor se enfermara.

"¿Querés pasar al baño para secarte y cambiarte? Yo mientras voy a prepararte un té."

Y Flor le hizo caso. Fue al baño y no se sorprendió que allí también hubiera todo tipo de detalles. Se cambió rápidamente y colocó su ropa mojada en la pileta de manos. Pasó su mano por el estante frente a ella y encontró un perfume que la invitó a olerlo. Y efectivamente era el que sintió unas horas antes. El solo hecho de sentirlo la embriagó. Volvió a dejarlo en su lugar.
Se peinó con la yema de sus dedos y se contempló en el espejo. Por un momento pensó que estaba viendo otra imagen pero no, era ella. No era el mismo rostro que en los últimos tiempos. No había lágrimas, no había tristeza, no había cansancio. Ahora había un brillo, una sonrisa tímida, unas mejillas con color. Se colocó la remera y el short que le prestó Jazmín, que le quedaban algo sueltos, suspiró y volvió al lugar donde estuvo desde un principio.
Allí, la encontró a Jazmín aún con su ropa mojada, con una taza en sus manos sonriéndole y extendiéndosela para que la tome.

"Esto te va a hacer bien."

"No sé por qué pero estoy segura que todo lo que vos me des me va a hacer bien."

Inercia - Flozmin Donde viven las historias. Descúbrelo ahora