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—¿Cómo?

Seungmin estaba muy impactado, su hermano no era exactamente más cariñoso que sus padres, por lo que el hecho de supiera sobre su vida personal no podía significar nada bueno.

—Necesitaba verificar que estuvieras bien en esa escuela de pobres ¿Creíste que te dejaría en ese lugar sin seguridad de que nada te pasaría? Es la primera vez que estás en una situación en la que algo puede pasarte.

La seriedad de su rostro era muy contraria a lo que quizás eran las palabras más dulces que su hermano le había dicho nunca.

—¿Vas a decirles a ellos? — Seungmin sintió sus ojos aguarse, así no es como el había pensado las cosas.

—No. — aquél simple monosílabo le saco un suspiro. — no tengo nada contra tu sexualidad, pero sí contra la persona que escogiste. No pienses que te dejaré solo con ese chico, no hasta que esté seguro.

—Hyunjin es una gran persona. — defendió en voz baja.

—Es un delincuente, se mete en peleas, tiene horribles calificaciones, amistades para nada sanas y para qué mencionar su antiguo trabajo. — Seunghyun recitó como si lo supiera de memoria. Cómo si se repitiera cada día la horrible decisión de Seungmin.

—No voy a alejarme de Hyunjin. — dijo con firmeza.

—Lo sé, no te estoy pidiendo eso. Sólo te aviso que tendré un ojo en ambos y... Que si necesitas algo, lo que sea, sólo tienes que llamar o venir.

Seungmin sintió algo muy cálido en su pecho.

Aceptación familiar. O al menos de su hermano. Tuvo ganas de llorar de pensar que al menos una persona de su propia sangre lo aceptaba y le brindaba apoyo y ayuda.

—Te dejaré mi nueva dirección...

—Ya la tengo, puedes retirarte. — y así, volvió a trabajar con su seriedad usual.

Seunghyun era la persona más rara que Seungmin conocía, pero se alegraba de tenerlo.

Con felicidad desbordando, antes de salir de la oficina, le dió un rápido abrazo a su hermano para luego huir. Seunghyun no disfrutaba de los abrazos.

|•|

Hyunjin lo llamó cerca de las seis de la tarde y Seungmin fue a buscarlo con el chófer.

Cuando estuvieron ambos en el auto, Hyunjin besó sus labios perezosamente y luego se dejó caer en el asiento.

—Estoy muy cansado, los fin de semana vienen demasiadas familias y los estúpidos niños creen que es muy divertido jugar con todas las cosas y dejarlas por todos lados. — se quejó con los ojos cerrados.

—¿Estás demasiado cansado? — Seungmin preguntó, inconscientemente puchereando.

—¿Quieres que hagamos algo?

—Sí, pero si estás muy cansado podemos...

—Vamos.

Hyunjin se incorporó y tomó su mano con una cansada sonrisa. Diciéndole al chófer que los llevara a donde Seungmin quería ir.

El hombre partió enseguida, ya que Seungmin le había dicho antes del lugar.

Cuando bajaron, Hyunjin observó asombrado.

—Es gigante. — dijo mientras avanzaba.

Y no era tan así. Seungmin lo llevó a comprar muebles, era una tienda bastante grande ya que contaba con todos las cosas necesarias para el interior y exterior de una casa, y además para su decoración.

—Cierra la boca y vamos.

Se adentraron en el lugar, con un Hyunjin observando hacia todos los lugares posibles. Seungmin se encaminó por los pasillos con Hyunjin tras él.

De pronto, fue tomado por sorpresa. Hyunjin lo giró en medio de un pasillo y le besó la mejilla.

—Me trajiste a comprar los muebles para tu casa. — comentó con alegría.

—¿Por qué eso te pone tan feliz?

—Porque pudiste hacerlo solo, pero esperaste a hacerlo conmigo.

Seungmin se sonrojó, no creyó que Hyunjin se daría cuenta de eso.

—Tengo malos gustos... — se excusó.

—Eso lo sé, tu ropa es de hace un siglo, pero sé que esa no es la razón, cariño. — Hyunjin estaba sonriendo de esa forma que hacía a Seungmin revolotear el estómago.

—Déjame y camina. — sonriendo, caminaron de la mano por el enorme lugar.

Hablaron con uno de los trabajadores, quién fue anotando todos los productos que les iban gustando en cada pasillo. Ya que eran demasiadas cosas y algunas muy grandes, Seungmin pagaría para que se las dejaran a domicilio en su departamento, y además, para que las subieran.

Con eso en mente, se aseguraron de no comprar cosas demasiado grandes o anchas.

Las cosas desarmables eran mucho mejores, pero Seungmin no era bueno armando cosas. Hyunjin dijo ser muy bueno, así que confió.

Pasaron mucho tiempo paseando y comprando, y solo lo notaron cuando el vendedor que estaba ayudándolos les avisó que pronto cerrarían el lugar.

—Eso será todo. — le dijo rato después al vendedor.

Acompañó al hombre a pagar, firmar y dar la dirección. Escogió una fecha para que se las dejaran y la anotó en su celular.

Mientras salían, Hyunjin lucía tan cansado. Seungmin acarició su cansado rostro.

—Gracias por hacer esto conmigo.

—¿Qué chico de 20 años no disfruta comprar muebles? — bromeó Hyunjin.

Seungmin negó y caminó dejándolo detrás.

—¡Oye, es broma! — Hyunjin lo atrapó y abrazó con fuerza. — me encantó comprar muebles para tu nueva casa, muñequito.

"Nuestra" pensó Seungmin.

El pensamiento lo asustó.

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Ésta, es mi segunda historia favorita de todas las que he escrito. Escribirla me encanta.

Everlasting - HyunMin ° (Hyunjin/Seungmin)Opowieści tętniące życiem. Odkryj je teraz