Capítulo 5: Art is a weapon under your lips.

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Capítulo 5: Art is a weapon under your lips.


(moodboard por sugapouts ♡)

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(moodboard por sugapouts ♡)

"Quiero tocar a la gente con mi arte. Quiero que ellos digan "el siente profundamente, el siente con ternura"

Jimin se quedaba dormido llorando, y

Jimin despertaba llorando.

El azul significaba dolor y el amarillo felicidad. Pero el universo de Jimin se teñía de azul cuando recordaba que aún seguía respirando y viviendo esa grotesca realidad carente de girasoles y colores. El dolor era la única forma que el castaño conocía de sentir. Todas las demás experiencias para él no parecían producirle ni el más leve indicio de sensibilidad.

Sin embargo, estaba el arte. Gracias a él podía sentirse hermoso, lleno de vida, y feliz. Jimin no sabía cómo ser feliz, y no esperaba que pudiese aprender a serlo en el sanatorio donde vivió un largo tiempo. Mucho menos ahora que vivía en compañía de su hermano y su esposa la cual llevaba un hijo en su vientre.

Era demasiada soledad para Jimin. No podía tolerar las constantes imágenes de Yoongi creando metáforas sobre el cuerpo de su esposa, y ese brillo cuando acariciaba su vientre sabiendo que la persona que más amaría ya no sería el castaño. Esa idea enfermaba la sanidad de Jimin. ¿Cómo podría odiar a una vida ignorante de su desgracia? No era su culpa, no era culpa de nadie, era solo culpa de Jimin.

Hoy se cumplía tres meses desde que Jimin comenzó a vivir con Yoongi y su esposa, y aun se sentía como un espectador que no pertenecía allí. No era como si la esposa de Yoongi no fuese una persona amable y amorosa, porque lo era, y desde que el castaño comenzó a vivir con ellos se ha esforzado en hacer la estadía del pintor lo más agradable posible. Pero los monstruos en el corazón de Jimin eran demasiado fuertes para poder conciliar la estabilidad de un hogar.

Jimin se sentía enfermo, nunca sintió la necesidad de llamar a su trastorno de esa manera, pero desde que observó los labios de Yoongi tocar los de alguien más, se sentía demasiado enfermo. El odio pincelaba sus sueños y los celos lo hacían querer llorar, pero no podía hacerlo. No podía dejar que Yoongi lo escuchara llorar. Porque si esto sucedía esos recuerdos imaginarios sobre el peligrisaseo besando cada espacio de su cuerpo volverían. Jimin quería convencerse de todo eso fue producto de sus alucinaciones. Yoongi no lo amaba de esa manera ¿Acaso, lo hacía? No, no, no era real.

El lienzo se encontraba cubierto de pinceladas de distintos tonos azules que se unían en el reflejo de las pupilas tristes del castaño. Unos puntos de luz amarilla adornaban el espacio inspirando esperanza o tal vez nostalgia. Había algo que Jimin extrañaba, pero que sin embargo, nunca le perteneció. Yoongi no le pertenecía, el pintor intentaba grabar esa idea en sus tristezas, como grababa un universo que nunca existió donde solo él podía acudir a encontrarse en miedo del caos, y sentir que era parte del arte.

Jimin se sentía agotado, y no estaba listo para que el respetadísimo Doctor Kim viniese, para otra innecesaria sesión. Su visita era un inmanente recordatorio de que estaba lejos de alcanzar la sanidad. Pero con su garganta ardiendo y sus yemas bordadas en cayos, el joven pintor decidió ir por un vaso de agua a la cocina. Eran alrededor de las 2 de la madrugada y el silencio marcaba la ausencia de vida en el lugar.

Pero para sorpresa de Jimin, ahí se encontraba Yoongi con un cigarro en la mano mirando el paisaje fuera del marco de la ventana. Se veía tan hermoso. Pero Jimin no podía dejarse dominar por esos pensamientos otra vez, no podía, Yoongi era su hermano, y eso era todo.

O al menos eso creía.

Jimin se quedó paralizado cuando Yoongi volteo su rostro para encontrarse con su mirada. El mayor sonrió en la oscuridad de la habitación, esa acción era algo difícil de descifrar, o tal vez solo estaba siendo amable. Sin embargo, Yoongi decidió moverse del lugar donde se encontraba para caminar hasta donde se encontraba el castaño con los ojos cerrados. Tenía demasiado miedo y todo parecía ser muy real.

-Jimin- Susurró Yoongi dejando caer su mano suavemente sobre la mejilla del castaño que no alcanzaba a procesar lo que estaba ocurriendo.

-Yoongi... ¿Puedes dejarme encender la luz?- Preguntó Jimin intentando apartar a su hermano del camino, pero eso sería una misión imposible de cumplir. Las pupilas del peligrisaseo lucían dilatadas y sus labios más carnosos de lo usual. ¿Cuándo Yoongi se había convertido en la personificación de la belleza?

¿Cuándo Yoongi había destruido a Jimin?

-¿Cómo estas, Jiminnie?- Pregunto el mayor conociendo el daño que hacia ese cuestionamiento en el castaño que nunca se encontraba del todo bien.

-Yo...- Se esforzó en pronunciar Jimin sintiéndose demasiado débil como para poder responder. No entendía porque Yoongi estaba tan cerca de él. ¿O tal vez Jimin estaba imaginando esto? Era demasiado tarde, tal vez se quedó dormido sobre su lienzo, o tal vez el olor de las pinturas lo habían drogado lo suficiente para hacerlo perder el conocimiento.

O tal vez, y lo peor de todo esto, esto podría ser uno de esos abrumadores episodios.

Sin embargo todo parece demasiado real.

"El arte sirve para consolar a aquellos quebrantados por la vida"

-¿Estas triste?- Preguntó Yoongi palpando los brazos de su hermano que observaba las acciones de su hermano mayor mientras trataba de convencerse de que esto no era real. El Doctor le había prometido que esto no era real.

El amor que Yoongi sentía por Jimin no era real.

-Sí...-Respondió Jimin sintiendo como su visión se cristalizaba. Es tan difícil respirar cuando tu universo está ausente de color.

-Jimin, sabes que quiero que seas feliz ¿Lo sabes?-Yoongi consiguió apartar el flequillo que colgaba sobre el rostro de su hermano que sollozaba en silencio.-Te amo- Susurró luego de unos segundos, haciendo que Jimin levantase su rostro del asombro, para encontrarse con los ojos brillosos del peligrisaseo que le vendían un amor que no era real.

-Lo sé- Confesó Jimin sintiendo los labios de Yoongi unirse a los suyos en un suave beso. Los gruesos labios de Yoongi se movían sobre los finos labios del castaño que no cerró los ojos. Jimin necesitaba saber que esto estaba pasando. Yoongi ingresó su lengua húmeda en la boca de su hermano mientras jugueteaba con la de él haciendo círculos irregulares. Todo era tan desesperado. Jimin no recordaba la última vez que se besaron, no lo recordaba, no necesitaba hacerlo porque esto estaba pasando y eso era arte.

-Chim-Gruñó Yoongi mordiendo su propio labio mientras una mano se deslizaba sobre el cabello de su hermano para tirar de él ligeramente. Yoongi sabía que debía controlarse, pero había pasado tanto tiempo, y los labios de Jimin se sentían demasiado bien.

-No podemos, Yoongi. Esto no es real- Pronunció el castaño cerrando sus ojos mientras intentaba alejarse del agarro del mayor.

-Te amo, Jimin. Eso es real- Dijo Yoongi deslizando su mano hacia el miembro del castaño pero un ruido hizo que se echara hacia atrás.

Ambos se alejaron para observar como en la sombra surgía la imagen de la esposa de Yoongi con una expresión de dolor mientras sostenía su abultado vientre a causa del embarazo.

-Yoongi... el bebé.. ya viene- Pronuncio aquella mujer mientras sus pies se empapaban y el sudor provocaba que el cabello suelto en su rostro se adíese a su frente.

Yoongi regresó su rostro hacia donde se encontraba su hermano para darse cuenta de que ya no se encontraba allí. Era casi como si nunca hubiese estado realmente. Las sombras cubrían sus expresiones ausentes de felicidad por la llegada de una nueva vida. Pero Yoongi debía hacer esto, no podía amar a Jimin, él no podía ser arte.

Esa noche Yoongi llevó a su esposa al hospital dejando al castaño solo en hogar. Jimin llevaba el pincel entre sus yemas mientras el universo parecía ser insuficiente para sus colores. Todo lo era. Demasiado poco, tonto, e irreal.

Jimin cerraba sus ojos en su esfuerzo de alejar esa dicotomía de pensamientos sobre Yoongi que no tienen razón de ser. Lo que había pasado esa noche fue producto de su imaginación. Eso debía ser, y nada más.

Y, Yoongi nunca amará a Jimin,

Porque Jimin está demasiado triste para ser arte en esta noche estrellada.

[...]

El Doctor vino tres días después.

Jimin parecía querer ignorar su presencia, pero el hombre mayor era un profesional, y lograba sacarle conversación al castaño respecto a su técnica que le resultaba muy autónoma y moderna.

Jimin no respondía a la academia, su arte solo respondía a él, y al color.

-Ayer lo vi- Pronunció Jimin luego de unos minutos de silencio mientras deslizaba su pincel sobre el lienzo que tenía frente a él.

-¿A quién, Jimin?- Pregunto el doctor Kim expectante ante las palabras del joven castaño que poseía una expresión firme cuando el color se difumaba en distintos tonos.

-Su hijo... el hijo de Yoongi- Dijo con una expresión de dolor que el Doctor no podía comprender.

-¿Cómo lo hizo sentir eso?- Preguntó el Doctor mientras anotaba en su libreta el comportamiento del castaño.

-Es tan hermoso... como él. Lo observé unos minutos, y luego puse mis manos sobre su cuello hasta dejarlo sin respiración. Pero cuando cerré los ojos y los abrí nuevamente él estaba ahí durmiendo, y yo estaba llorando- Confeso el castaño con una sonrisa en su rostro mientras sus ojos se cristalizaban de dolor.

Jimin no podía saber cuándo lo realidad era lo real, y cuando su enfermedad empezaba a consumir su realidad.

"Todos mis días no son lo bastante lúcidos como para escribirte con cierta lógica."

Jimin estaba comenzando a desmoronarse, ya el pincel no sanaba de la manera que lo hacía, ya el color reflejado en sus pupilas era insuficiente. Pero sobre todo Jimin comenzaba a darse cuenta no podía hacer arte sin amar a Yoongi.

Su arte era Yoongi,

Pero Yoongi solo quería destruirlo.

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Hola hermosas lectoras ♡

Falta el final. jiji

G&G

God, he's such an art deco {yoonmin} BTSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora