Te quedaste callado {OS} [Larry/Narry]

Echa un último vistazo antes de que todos se pongan en pie, a la espera de ver llegar al novio en una flamante limusina. Louis sonríe al escuchar el repentino sonido ensordecedor de las enormes campanas religiosas dando aviso de que la ceremonia está a punto de iniciar.

Observa cómo todos se levantan de sus asientos adoptando elegantes posturas, erguidos cómo si fuese la mismísima reina quien está por pasar sobre aquella alfombra de terciopelo roja que cubre una línea de suelo, desde donde reside Louis, hasta la enorme entrada.

Un leve murmullo de la boca del director de la orquesta, acompañado de incomprensibles y veraces ademanes con las manos, y los miembros del grupo instrumental comienzan a reproducir "Never Stop" en una versión acústica que le hace odiar el piano.

Y, aunque la voz que interpreta la letra es generosamente suave, y los demás elementos que intervienen en la recreación de la melodía son utilizados con profesionalismo, Louis sabe que sí sigue enfocando su sentido auditivo a escucharla,  terminará derramando las lágrimas que se ha prometido que no iba a derramar.

Sin embargo... ¿Qué mas da? Sabe que Harry ha escogido esa canción porque es de sus favoritas desde que lo escuchó cantando, esa misma, en su cumpleaños pasado. Está sonriendo al recordar a un Harry ebrio, con la camisa empapada en cerveza y las cuerdas bucales desafinadas intentando entonar "Never Stop" sin éxito alguno.

Harry.

La sonrisa de Louis se frunce hasta reprimirse en una delgada línea. Sabe que en cualquier momento Harry saldrá del galante vehículo con los rizos chocolate muy bien peinados.

Entonces, Louis decide, por segunda ocasión, que sería bueno intentar asimilar el ambiente:

Ahí, justo a la entrada, Phoebe y Daisy visten similares vestidos de tela celeste, haciendo juego con las coronas de flores que descansan en sus cabelleras doradas.

Recuerda lo emocionadas que estuvieron en cuanto Harry les pidió ser esas niñas que suelen llevar el almohadón con el anillo y las canastas con granos de arroz y brillantina; Louis no recuerda exactamente el nombre que reciben esos puestos, pero asegura que ambas se ven preciosas ocupándolos.

Cuando la orquesta se detiene, el sacerdote decide aparecer vistiendo una túnica beige con un manto rojo cubriendo hombros y espalda, pasando a unos cuantos pasos frente a Louis.

Las campanadas dejan de hacer su función y Louis reconoce el tipo de silencio que inunda la escena.

Percibe a los invitados murmurar cosas sobre el dinero que de seguro se han gastado en los arreglos florales, y acerca de lo tedioso que luce el blanco por todas partes. Louis sólo sonríe con burla ante comentarios tan absurdos y mantiene la vista fija a las puertas del recinto religioso.

Un ligero escalofrío recorre cada milímetro de su espina dorsal y puede sentir, incluso, cómo sus bien acomodados cabellos castaños se erizan cuando, entre el cotilleo, resalta un comentario en específico:

" Hacen una hermosa pareja juntos. De seguro que quedan casados por una eternidad."

Y, aunque Louis desearía asesinar personalmente al dueño de aquella boca ignorante, sólo puede distinguir que el timbre de voz es femenino.

Eso le lleva a girar su cabeza a la izquierda. Es exactamente lo que ha estado evitando mirar pero que, a causa del torpe comentario anterior, se ve obligado a comparar.

Un chico de cabellos rubios— en evidencia, teñidos —y mejillas empalagosamente rosadas, está a su costado, a no menos de dos metros de distancia. Viste un elegante smoking color negro, el cual, Louis envidia por el simple hecho de que es mejor que el suyo. Para su mala suerte, sabe que su nombre es Niall, porque Harry no dejaba de nombrarlo desde el momento en que le conoció, diciendo lo grandioso que sería si los tres pasaran el tiempo juntos.