• UNHOLY •《Kookjin》[FINALIZADA]

Capítulo 20

Se despertó con un dolor fuerte en la parte baja de la espalda, y no pudo evitar mirar mal a Jungkook, quién se reía a los pies de la cama, mientras se vestía, con el cabello húmedo por la ducha que tomó minutos antes.

Camina hasta la cama ya vestido, y se sienta, abriendo el cajón de su mesa de luz, tomando una pastilla para el dolor y la botella de agua que siempre tiene al lado de la cama. Se la entrega a Jin con una sonrisa, besando cortamente sus esponjosos labios.

—Eres un chinchudo en las mañanas, Jin-hyung.

Rueda los ojos, pero bebe el remedio que le dio el menor.

Todavía desnudo, se vuelve a recostar en la cama, cubriéndose con las mantas hasta el mentón. La luz de la mañana se cuela por las barillas de la cortina, pero eso no amilana sus ganas de dormir hasta el día siguiente.

—Quédate conmigo.

—Dijiste que querías desayunar.

—Ya no quiero, quédate conmigo.

Sin decir nada, se vuelve a acostar en la cama, todo vestido, con el mayor acurrucado en su costado. Acaricia suavemente sus cabellos, sintiendo su aliento chocar contra su pecho, y puede decir el momento justo en el que Jin se volvió a quedar dormido.

Pasaron dos horas, según el reloj de su celular, hasta que Jin se despertó de nuevo, y se metió al baño de su habitación. Se colocó la ropa de ayer, se secó el pelo sin muchas ganas, y volvió a la recámara, para sentarse en las piernas de Jungkook, sobre la cama.

—Son las once, si no salimos de una vez, no vamos a poder desayunar.

—Es mi casa, desayunamos a la hora que yo quiera.

Jungkook rueda los ojos, pero lo besa, y siente el gusto de la pasta de dientes en su boca.

—¿Usaste mi cepillo de dientes?

—Has tenido peores cosas en tu boca, Kookie.

—Como tu trasero

— ¡Ya! —gritó sonrojado hasta las orejas, haciéndolo reír.

—Así que... ¿Desayuno? ¿O repetimos lo de anoche? O lo de la madrugada, o lo de hace unas horas...

—Me duele todo, nada de repetir nada.

—Entonces desayuno.

Jungkook se levanta con Jin sobre él, y el mayor se sorprende que pueda levantarlo con tanta facilidad, teniendo en cuenta que tienen casi la misma altura, y el mismo peso.

Lo coloca sobre el suelo, y lo vuelve a besar hondamente, para separarse de una vez por todas, y salir del cuarto, rumbo a la cocina.

Alrededor de la mesa, se encuentran todos menos Namjoon, que estaba con su novia, desayunando tranquilamente. Cuando lo ven llegar, la charla se detiene, y se lo quedan viendo por un rato demasiado largo, que se prolonga cuando Jin aparece detrás suyo.

Ignorando las extrañas miradas de todos, se dirige a la heladera y agarra una lata de capuccino para él, y el yogurt de arándanos de Jin, con una cuchara, y lo coloca frente suyo, sentándose a su lado.

—Así que... Anoche escuché unos ruidos de lo más extraños. —dice Taehyung, con la diversión brillando en sus ojos. —Parecía que estaban asesinando a alguien, y que a ese alguien le gustaba.

La cuchara llena de yogurt queda a mitad de viaje de su boca, cuando escucha al muchacho hablar. Jin se queda en silencio, mirando nervioso el pote de yogur, jugando con su cuchara sin levantar la mirada.

—Parece que alguien aprovechó mientras no estábamos, ¿eh, Kookie?

—Es un poco maleducado que vengas a comer y no la traigas acá. Estuvo mal que hayas traído a alguien Jungkook. Teníamos una regla con respecto a las chicas.

—Eso no te da derecho a romper tu también la regla, Hoseok-hyung, así que ni se te ocurra traer a tus mujeres. —le dice Jimin, con el rostro serio, a lo que el mencionado asiente, irritado.

—Llámala, Jungkook. Que desayune, y se vaya a su casa. —dice fríamente, Yoongi.

Jungkook mira a Jin, pero este no le devuelve la mirada, está ensimismado contemplando la cuchara de su yogur, que se hunde en el viscoso líquido, sin probarlo.

—No traje a nadie a casa.

—Oh, vamos. Los escuché todo la maldita noche, y recién pasé por tu cuarto y se escucharon unos grititos. —Taehyung dice, ofendido de que su menor mienta.

—Hablo en serio, no hay nadie en mi cuarto. Si quieres, ve a revisar, Taehyung-hyung.

Jin levanta la mirada y lo observa, Jungkook tiene miedo de decir algo que el mayor no quiera, pero un nudo se le forma en la garganta al ver lo abatido que se ve Jin. Y no sabe si es porque no dice que fue él con quién estuvo, o si tiene miedo que diga exactamente eso.

Así que se sorprende de sobremanera, cuando Seokjin deja de jugar con la cuchara de su yogur, clava la mirada en Taehyung, de forma segura, y con la voz clara, aunque las manos temblando, habla.

—No hay ninguna maldita chica, Taehyung. ¿De acuerdo?

—Oh, mierda. ¿Es enserio? —pregunta Yoongi, y el rostro se le deforma por el asombro.

La última vez que lo vio así de pasmado, fue cuando ganaron por primera vez un daesang, con los ojos abiertos y un poco desorbitados, los labios despegados y los dientes pequeños asomando en su boca.

Con una sonrisa presuntuosa y feliz, Jin asiente.

— ¿Qué es encerio? No es educado tener una charla privada cuando estamos todos juntos.—dice Taehyung, molesto por el curso que estaba tomando la conversación.

—Follaron. Jodidamente follaron.

—Es un poco redundante decir eso.

—Cierra la puta boca, Seokjin. Estuve cuidando tu ebrio y enamorado culo por meses, puedo decir lo que quiera por el resto de tu vida.

Jin suelta una carcajada, y de la forma más sutil que puede, toma la mano de Jungkook, y entrelaza sus dedos, colocándolas sobre el borde de la mesada.

Jimin es el primero en captar el mensaje, y pone una cara bastante parecida a la de Yoongi en un principio, y luego Hoseok cae en la cuenta de sus manos, y comienza a hilar cabos sueltos. El único que no comprende es Taehyung, que necesita que Hoseok le diga al oído lo que está sucediendo.

— ¿Eran ustedes? Dios, Jin-hyung, gimes como chica.

Jin le grita y le tira con una naranja del frutero, que Taehyung logra atajar con una risa, mientras imita los supuestos gemidos de Seokjin, a lo que corre por toda la cocina, esquivando las manos de su mayor, que lo quieren asesinar por la vergüenza que lo está haciendo pasar.