7. La verdad siempre sale a la luz.

1.7K 127 2
                                    

Pov Maya.

Me encontraba recostada sobre mi cama, dando vueltas y vueltas sin saber qué hacer. Por mi mente pasaban muchas preguntas, y me sentía abrumada por lo que había sucedido el día anterior.

<<Una hermosa chica de cabellos dorados llegó corriendo a donde estábamos Noah y yo, tomó el aire que pudo hasta recuperarse. Colocó una de sus manos sobre el hombro de Noah y una sonrisa brotó de sus labios.

-Amor -Habló jadeante. - Al fin te alcanzo.

Mis ojos, sin poder evitarlo, miraron a la chica y luego pasé a mirar a Noah, quién mantenía sus ojos puestos sobre mí.

- ¿Amor? - preguntó la joven confundida.

En ese momento sentí mi corazón acelerarse y romperse en mi pedazos, no podía creer lo que acababa de escuchar. ¿Acaso lo había llamado "amor"? No podía con ello.

-Hola Sara. -La saludó Noah luego de aclarar su garganta y apartar la mirada. - ¿Qué haces aquí?

-Te estaba buscando, ¿Recuerdas que prometiste ir conmigo al cine? -habló ella, acercándose poco a poco a Noah, quién no se movía de su lugar.

-Ah, sí lo siento, lo había olvidado -se disculpó sonriendo apenado, posando sus manos en la cintura de la chica al mismo que ella las pasaba por su cuello.

Entonces la besó... Y ahí supe que todo realmente había cambiado. >>

Desde que aquello pasó, mi mente no dejaba de recordarmelo, era como un mártir a cada momento, repitiéndose la escena del beso. Salí de mi habitación y decidí ir a la de mi madre, ella siempre guardaba las fotos familiares sobre el armario, todas las fotos que tenía con mi hermano debían de estar allí.

Me adentré a su habitación aprovechando que se encontraba sola y, colocando un banco, me subí y revisé todo lo que había allí. De repente toqué algo alto, eran como hojas o algo parecido, parecían estar amarradas, por lo que las tomé de la cuerda y jalé. Me bajé del banco y me senté sobre el sin mirar el contenido entre mis manos, y cuando lo miré, no puede evitar el nudo que se formó inmediatamente en mi garganta; eran las cartas, las que le había enviado a Noah y que nunca fueron respondidas.

No podía creer que mi madre realmente había hecho tal cosa, ¿Cómo pudo haberme hecho eso? Ella sabía cuánto quería a Noah, ¿Había sido a propósito?

- ¡Maya! ¿Acaso no piensas bajar? Te has mantenido encerrada todo el día, sólo saliste para almorzar -mi papá se escuchaba preocupado, y no lo culpaba. Luego de los sucedido con mi hermano tenía miedo de perderme también a mí.

- ¡Ya voy! -grité, para que se relajara un poco. Me duché y me vestí lo más rápido que pude, para no hacerlo esperar tanto.

Al bajar me encontré con mi padre mirando a la nada. Me acerqué a él y lo abracé por la espalda. El colocó sus manos sobre las mías y me di cuenta de que estaba llorando; su pecho subía y bajaba, su corazón latía acelerado, y sentí algunas lágrimas caer en mis manos.

-Todo estará bien papá. Yo sé que mi hermano es feliz donde sea que esté. -Intenté animarlo, pero terminé llorando junto a él. - Él no querría vernos llorar, ¿No crees?

-Sí, tienes razón -concordó conmigo. Me separé y limpié mi rostro, seguramente mis ojos estaban rojos.

La muerte de mi hermano junto con lo sucedido con Noah, y sumándole lo que mi madre había hecho, mantenían mi autoestima baja. Me sentía fatal con respecto a todo lo que estaba pasando últimamente y, a su vez, me sentía furiosa.

Si Te Vuelvo A EncontrarWhere stories live. Discover now