cαpítulσ 5

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Miriam se marcha y Agoney, solo en casa, no puede evitar rendirse a sus pensamientos y sentirse cada vez peor por todas las cosas malas que ha hecho.

No puede perder a Nerea...

Decide ponerse rápidamente algo de ropa más deportiva y sus auriculares para sair a correr y tratar de despejarse. Es raro que salga a esas horas de la tarde, solo suele salir temprano por la mañana todos los días, excepto los que la resaca es tan fuerte que no puede moverse o se queda, sin quererlo, dormido hasta tarde.

Incluso con la música demasiado alta sonando y el viento helado que le da en la cara, no logra sacar sus pensamientos del mismo bucle. Nerea. Nerea. Nerea está muy enfadada. ¿Cómo vas a solucionar el problema con Nerea? Echo de menos a Nerea.

Dos horas más tarde, cuando ya está anocheciendo, vuelve a casa, cansado y hasta mareado por el esfuerzo físico y mental.

-Agoney.-Grita Ricky cuando entra a casa.-Hostia puta, Agoney, menos mal. ¿Dónde estabas?

-Salí a correr, nada más.-Dice extrañado.

-¿Y tu móvil?

El menor saca su IPhone del bolsillo y ve que tiene varias llamadas y mensajes de su amigo, que no ha oido porque tenía el volumen apagado.

-Llevo una hora intentando localizarte.-Le abraza.-Menos mal que estás bien...

-Claro que estoy bien.-Dice, apartándose cuando comprende que el mayor se refiere a la depresión que sufrió y superó hace a penas unos meses.-Sabes de sobra que llevo varios meses bien.

-Lo sé, pero antes te vi muy tocado con el tema de lo de Nerea, por eso te dije que le pidieras a Miriam que viniese rápido y cuando llegué y no te vi aquí me asusté. Perdón, debí haber confiado en ti.

Esta vez es Agoney el que abraza a su amigo. No puede culparle de nada, él en su situación también lo pasaría muy mal.

-Me gusta que te preocupes por mí.-Susurra.

-Ago, me preocupo todo lo que alguien se puede preocupar por el imbécil de su mejor amigo, sumado a todo lo que tú no te preocupas por ti mismo y, creeme, eso es mucho.

-Estoy bien, te lo prometo.

-Te creo.

Se separan y el mayor, después de dedicarle una sonrisa tranquilizadora, va a la cocina para preparar cena para los dos mientras Agoney se ducha. Aunque incluso debajo del agua caliente, ella sigue ocupando sus pensamientos.

El canario sale del baño, vestido ya con su pijama, y va a la cocina, donde está su compañero también en pijama, esperándole para cenar.

-Tenías algo que contarme, ¿no?-Le recuerda Agoney, sentándose.

-Mierda.

-¿Qué?

-Que, sinceramente, esperaba que se te olvidara.-Ríe Ricky.

-Pues no, amiga.

El mayor se queda pensativo, con una sonrisa constante.

-He conocido a alguien.

-Tanto que decías que tú no te enamorabas y mira ahora como te brillan los ojos...

-¿Me dejas contártelo?-El menor asiente.-Vele, pues fue el día antes a que Nerea viniese...

-Cuando hacía una semana que nos habíamos.-Le corta otra vez.

-¡Agoney! ¡Cállate ya!

El chico, sonriendo, levanta las manos en señal de disculpa y susurra "vale, vale, ya me callo..." cosa que, esta vez, sí cumple, y se queda callado hasta que Ricky acaba de contar toda la historia.

вαиg вαиg. ѕнσт мє ∂σωи [#Ragoney]Hikayelerin yaşadığı yer. Şimdi keşfedin