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capítulo dieciséis
COME BACK TO
THE OTHER DAYS
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Con el fin de semana terminado, volvía a poner un pie dentro de la escuela, mientras que sentía que el cansancio de la noche anterior se apoderaba de mí y a la vez buscaba una palabra para describir esto último. Desastre había llegado de inmediato.

Me sentía una estúpida por volver a tener sexo con Billy Hargrove, la persona que me hizo pasar una semana de mierda, pero a la vez era lo que menos me importaba porque no podía borrar la imagen de ellos. Y es que toda la noche me la había pasado analizando la escena una y otra vez, y no era tarea fácil cuando empezaba a sentir que todo el dolor me invadía poco a poco y que lamentablemente debía limitarme a gritar en silencio con el fin de no querer hablar.

Joyce entraría en pánico si se enteraba que su hermana Cher había vuelto, y con compañía, pero al igual que yo estaría igual de enfadada.
Pero como ella era más valiente que yo, no habría dejado la chance de aclararle las cosas a su cuñado y a su hermana. Sería en vano. Porque mi vida estaba aquí, y mil veces agradecía estar al lado de mi tía y mis primos que con ese intento de padres.

Pero tener que ahogar mis palabras fue en casa. En el hospital estaba tan rota que llegué a pensar que los estúpidos cigarrillos y tener sexo en el baño con Billy llenaría mi vacío.
Que error tan fatal.

Suspiré al descubrir que todos los ojos de mis compañeros de Literatura se clavaron en mí, miradas divertidas y con pizca de picardía que me hacían sentir envuelta en un entorno incómodo.
Sacudí mi cabeza con una total vergüenza mientras que pensaba en qué era lo que les pasaba a todos.

Pensaba en mi cabello, en mi ropa o hasta si miraban una espinilla de mi rostro; pero un poco asustada sospeché otra cosa. Billy.

Mientras que la profesora deslizaba la tiza blanca en el pizarrón verde, anotando el tema del día, un papel cayó justo sobre mi pie. Provenía del asiento delantero.

Era de Carol. Mierda.

"Bonita performance ayer en la noche, ya nos dejaste en claro lo bien que lo hace Billy".

Gruñí por lo bajo rompiendo el papel mientras iniciaba mi huida, y sin antes no tirarle los restos de material a quien escribió en él.
Escuchaba risas detrás–junto a los llamados inútiles de la profesora– pero estaba tan hecha de furia que mis pies actuaban más impulsivamente. Sin siquiera ponerme a pensar en qué hacía.

Miraba de puerta en puerta con lágrimas de enojo soltándose con más fuerza que yo azotando las puertas del recinto.

No tenía idea porqué mierda Carol estaba en el momento exacto en que pasó esto pero mi único plan era arrancar mecha por mecha la cabellera de Billy Hargrove.

Y consiguiendo mi objetivo, llegué a la clase de Matemáticas captando la atención de todos los alumnos de allí. Sin embargo no me importo porque proseguí por fulminar con la mirada al californiano.

—¿Qué se le ofrece señorita?—consulto el profesor de edad avanzada—. Estamos a mitad de un examen.

—¿Puede salir Billy Hargrove?

—Estamos a mitad de un examen.

—Solo son unos minutos—suspiré harta.

PURE | Billy HargroveOnde as histórias ganham vida. Descobre agora