My little darling.

1 0 0
                                    

    Oh, pequeña mía, cuánto te necesito... Te he extrañado muchísimo desde aquel Domingo que nuestros labios se encontraron por última vez.

     Ha sido tortuoso este proceso, este trayecto de no poder acariciar tus hermosas mejillas, que siempre adoré con locura, doloroso el no poder mirarte a los ojitos y decirte "Te amo, mi gnomo hermoso", calcinante el no poder abrazar tu frágil y lindo cuerpo, recibiendo todo el afecto de este mundo, proveniente de tu parte...

     Extraño cada momento contigo, el tomarnos las manos, el lanzarnos piropos... Cuando nos quedábamos serios viéndonos fijamente y nos comenzábamos a lanzar besos sensuales... Era chistosa la cara que hacías siempre, pero me enamoraba más debido la simpleza de tus emociones y sensibilidades ante mi persona.

     Extraño verte llorar conmigo, extraño tus regalos, tus cartas y carteleras... Extraño el aroma de tu perfume que tanto me enloquecía, extraño el color de tus hermosos rulos color oro cuando el sol los rozaba tajantemente, marcando tu presencia en cada delicado cabello que tienes... Extraño la manera en que nuestras miradas se cruzaban de manera desafiante cuándo bailábamos sensual, o las que enternecían hasta el último músculo de mi cuerpo cuando bailábamos con amor...

     Sufro al no sentir el tacto de tus suaves manos chocar con mi frente cuando enfermaba, cuando masajeabas mi espalda para aliviar un dolor, y cuando te cargaba para darte un tierno beso...

     Oh pequeña mía, extraño cada instante en que te hacía el amor mientras susurraba a tu oído lo mucho que te amaba, lo mucho que te adoraba... Y lo mucho que sentía en lo más profundo de mí todo el amor que siempre me diste.

     Mi llanto se ahoga con el sonido de las canciones que compartíamos en nuestros momentos juntos mientras divago dentro de mis pensamientos cuál buzo dentro del profundo, perfecto y finito mar.

     Me desespero cuándo sé qué otro hombre dice qué te ama, cuándo dice qué eres su todo, cuando otro hombre toca tus hermosas mejillas, cuando acaricia tu cabello, cuando te rodea con sus brazos... Haciéndote sentir segura.

     Extraño cada instante de mi vida qué estuve junto a ti, buscarnos al colegio, desayunar, almorzar y cenar juntos; hacer tonterías a cuatro paredes bajo una amarilla luz incandescente frente a un plano monitor de PC, viendo vídeos y burlándonos de lo envidiosa qué era la gente por no tener algo cómo lo que teníamos nosotros.

     Odio el hecho de qué otro hombre me haya quitado lo que amaba, lo único que llegué a amar en esta corta vida que llevo... Odio el sentimiento de pérdida qué me ha regalado este viaje lleno de piedras perforantes cuál cuchilla puesta de frente contra una palma de mano.

     Odio haberte perdido, odio mi manera de odiar, qué aunque está presente cómo la sangre en las venas de un cuerpo vivo, repelo con la nobleza de extrañar las memorias qué habíamos compartido con gozo, sin pensar en los demás... Cuando nuestro universo estaba compuesto sólo por dos personas, pequeñas e insignificantes, pero valiosas cómo el oro desde el uno para él otro; nosotros.

Needing You.Where stories live. Discover now