Cariño

607 109 4
                                    


Hay ciertos días, donde las cosas se le dan de golpe y siente la necesidad de brindar cariño. En su vida, únicamente fue cariñosa con las personas a su alrededor, como familiares y amigos cercanos. Tampoco es que estuviera repartiendo abrazos por todos lados, pero cada tanto no le desagradaba. 

Sin embargo, hay días donde esa necesidad física se volvía insoportable. No llegaba a comprender el porque. 

¿Será por la falta de romance en su vida? Ser extremadamente cariñosa no es su fuerte, es mas, soporta los abrazos a medias. 

Shiro esta sentado en el sofá, peinando meticulosamente su cola de samoyedo. En una bolsa transparente, colocaba las pequeñas bolas de pelo que se formaban en el cepillo, mientras algo de música de la laptop recién arreglada de la adolescente sonaba de fondo. 

Una de las orejas blancas del híbrido fue en su dirección, escuchando atentamente los pasos de la rubia. 

—¿Necesitas ayuda? —al dejarse caer en el sofá, justo al lado del moreno, este enseguida dejo el cepillo en su mano abierta. La raza samoyedo es del tipo que pierde pelo constantemente y uno debe mantenerlo limpio todos los días. Que se llegara a formar un nudo seria un dolor, literal, en el culo. 

Michelle paso con suma suavidad el cepillo, notando la suavidad del pelaje cada vez que rozaba su mano. Los ojos grises del híbrido la observaban detenidamente, sintiendo los dedos de ella abrirse paso entre la hebras blancas, desenredando cualquier nudo restante. Cuando la vio dejar el cepillo en la mesa, Shiro hizo su movimiento.

La envolvió en un abrazo, de aquellos que te brindan seguridad, calidez y mucho cariño. 

A diferencia de su rubia compañera, Shiro tenía problemas a la hora de expresarse con las palabras, así que sus acciones físicas decían mas que otra cosa. Cuando Michelle se dejo caer contra su pecho, aferrándose a el con todas sus extremidades, no pudo evitar el sonreír. Una de sus manos se enredo en la corta melena de la chica, que solo suspiro agradecida de que el comprendiera las cosas sin tener que decir ni una sola palabra. 

El invierno se estaba acercando con pasos agigantados, finalmente.

Los días fríos, tardes con café, abrigos enormes contra el viento helado y los abrazos constantes para mantenerse en calor. 

Este seria el primer invierno que pasarían juntos. 

Ambos estaban disfrutando de este momento pacifico, hasta que sintieron algo en medio de ellos. Algo abriéndose paso. 

Balto los olfateo a ambos, sus pequeños ojos redondos y negros brillando con travesura. 

—¿Es enserio? —medio gruño Shiro, viendo como Michelle unía a Balto en aquel abrazo. El pequeño animal de todas formas no se quedo mucho tiempo, y el albino agradeció mentalmente eso. 

Cada tanto, le gustaba tener a Michelle para si mismo. 

Y la rubia disfrutaba demasiado ver a Shiro molesto con un pequeño perro que se asemejaba a una oveja.


.

.

.


Ah~ que bello es poder escribir desde mi Pc, creí que no volvería a hacerlo (?

¿Que tal han estado esta semana? Que ya finaliza mañana. Yo estuve bastante ocupada con un par de exámenes, tareas y varios proyectos. Así que de momento las actualizaciones de mis historias (Hybrid Paradise y la de Shinsou) sean bastante lentas. 

¡Espero que les haya gustado! 

¡Nos vemos la próxima!


♥♥♥


Living with an Hybrid [Drabbles]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora