5

863 68 3
                                    

Desperté exaltada y pronto la falta de aire me desesperó; ¡¡¡estoy encerrada en una caja!!!

—¡¡¡Ayúdenme por favor!!! —grité sin obtener respuesta.

Un olor indescriptible espantoso invadió mis fosas nasales y al ladear mi cabeza, topé con el cuerpo casi descompuesto de mi padre. Aullé aterrada y los nervios me consumieron, el miedo me paralizó y sentí perder la razón.
Necesito despertar de esta maldita pesadilla, ¡¡¡¡despierta Lucy por favor despierta!!!!

Sáquenme de aquí, piedad por favor, piedad —rogué cerrando mis ojos. No puedo mirar más el cadáver de papá, me volveré loca.

Lucy —siseó mi padre volteando a mirarme.
Cerré mis ojos y me repetí una y mil veces un «no es real, esto no es real no lo escuches», mas me fue en vano. Él se carcajeó y añadió: —Van a lamentar lo que hicieron, ¡¡¡tú vas a vencerlos!!!

—¡¡¡Cállate, no eres real, estás muerto!!!

Descubre la verdad y ataca, ¡¡¡ataca primero siempre!!! Puedes controlar a quien quieras si tienes información que nadie tiene, secretos que te harán tenerlos en tu mano, ¡¡¡no lo olvides!!! Sal de aquí, se lo prometiste a tu madre, ¡¡¡cumple mocosa, sal de aquí ahora!!! —prosiguió entre carcajadas espeluznantes y vi como de su boca un sinnúmero de gusanos salían y caían sobre mí.
Me levanté inconscientemente y golpeé mi cabeza tan fuerte que todo dio vueltas a mi alrededor. Miré a mi padre de nuevo y estaba inerte, estaba muerto de verdad, ¿qué me está ocurriendo entonces?

—Cálmate Lu, cálmate —me dije a mí misma —. Busca una solución... busca...

Escuché los ladridos de un can y sin tiempo que perder, volví a gritar con todas mis fuerzas.
—¡¡¡Por favor, ayuda!!!
Noté al perro acercarse y no deje de tronar para llamar más la atención y rogué porque quien quiera que fuera su dueño, estuviera cerca también.

¡Bob! ¿En qué ocurre? —cuestionó un hombre.

—¡¡¡Hey!!! Aquí, por favor ayúdame, te lo ruego —supliqué pateando para profundizar la bulla.

—¿¿¿Hay alguien aquí???

—¡¡¡Sí!!! ¡¡¡Sácame por favor, no puedo respirar!!! —desesperé.

—Resiste, por favor resiste, ¡voy a sacarte de aquí! —afirmó buscando tranquilizarme.
Comenzó a golpear algo metálico hasta que por fin se abrió y pude recuperar el oxígeno.

Lloré aterrada y el joven de rostro amable y ojos azules, me ayudó a salir tomando mi mano.
Se alarmó al verme sangrando e inquirió enseguida:
—¿Estás bien? Debo llevarte a un hospital, ¿¡¿qué fue lo qué te ha pasado muchacha?!?

—No, no me lleves a ningún hospital por favor —lloré sin poder mantenerme en pie por si sola —, ellos... ellos me encontrarán y me mataran, debo huir... debo desaparecer para que piensen que pudieron matarme.

—¿¿¿Ellos??? ¿¡¿Ellos quién?!?

—Ayúdame, necesito un doctor, pero no en un hospital. Te lo ruego, ten bondad y ayúdame, me siento muy mal.

—Te llevaré a la cabaña de mis padres, llamaré a un doctor, te prometo que estarás bien y no te haré daño —me prometió y apenas pude asentir.

Me llevó a su auto y cerré mis ojos, buscando relajarme. El dolor en mi pecho no cesa y estoy a nada de desangrarme.
Sólo ruego al destino para qué él sea diferente a los demás, ya no quiero que me hagan daño...

***
El chico que me salvó de morir se llama Liam Montekbull, tiene 22 años, tan sólo es cuatro años mayor que yo; así es, ahora tengo 18 años, es decir, pasé casi tres años encerrada y siendo torturada por esos malditos miserables. No entiendo como he sobrevivido durante todo este tiempo, creo que jamás encontraré respuesta alguna que defina la magnitud de mi voluntad al aferrarme a la promesa de cobrar venganza.
Llevo muchos días en la cabaña de los padres de Liam (por supuestos los señores Montekbull no saben nada de esto); él ha venido desde Alemania a despejarse un poco luego de terminar sus parciales universitarios, esta propiedad es una herencia de sus abuelos maternos para sus padres.
Los Montekbull son una familia muy poderosa y conspicua, no los conozco, pero por lo que me ha contado Liam "son personas muy generosas y agradables".
Mi gran salvador se ha vuelto mi confidente y después de contarle absolutamente todo lo que tuve que vivir, ha jurado ayudarme y no dejarme sola nunca.
Por otra parte, yo no he vuelto ni volveré a ser la misma. A menudo lloro hasta quedarme dormida y lo único que siento dentro de mí es odio y más odio. La noticia de que tengo tres meses de embarazo me ha terminado de romper, ¿cómo tendré un bebé de alguno de esos monstruos?
La vida se ha ensañado conmigo y aunque siga respirando y andando en la Tierra, yo estoy muerta desde hace tiempo...

—Lucy, ¿estás aquí? —curioseó Liam echando un vistazo en la sala de estar. Sonrió al encontrarme con su mirada y me preguntó: —¿Qué miras con tanta atención a través de la ventana?

—La nieve —me limité a responder.

—¿Cómo te has sentido hoy?

—Mal como siempre. Este maldito bastardo no deja de estorbarme —solté sin remordimiento.

—No digas eso del bebé —me recriminó enseguida —. Quieras o no quieras es tu hijo y él no tiene la culpa de lo que pasó.

—Qué fácil decirlo cuando no fue a ti a quien violaron y torturaron hasta más no poder. Tampoco a ti te mataron a tus padres, ¿verdad? Es sencillo opinar cuando no eres tú quien ha tenido que cargar con tremendo peso sobre tus hombros.

La puerta principal se abrió y al segundo, una mujer bien vestida tomada del brazo de un tipo elegante, nos miraron atónitos y más que confundidos.
Se acercaron a Liam y dijeron algo que no entendí, claramente en otro idioma. Los nervios comenzaron a consumirme y mis manos empezaron a temblar; ¿quiénes son ellos? ¿Me harán daño?

—¿Cuál es tu nombre niña? —cuestionó la bella y distinguida mujer.

—Katrina —mentí con la garganta más que seca —Katrina Ivanú.

—Mamá, Katrina está embarazada, vamos a ser papás —dijo Liam y me quedé muda ante su blasfemia —. Su familia murió hace unas semanas y no tiene a nadie más que a mí. La amo, ella es todo para mí y estoy dispuesto a ayudarle y hacerme cargo de lo que yo también hice. Perdón por no haberles dicho esto, sé que entre nosotros no hay secretos pero me he asustado mucho —agregó asustado ante la intimidante mirada de, en apariencia, sus padres.

Verdammt, mein Sohn! —exclamó el señor y de nuevo no entendí —Hubiéramos querido saber esto desde un principio y tenderle la mano a tu novia. No permitiríamos que nuestro nieto la pasase mal.

—Lo lamento muchísimo Katrina. Lamento lo de tu familia y quiero que sepas que de ahora en adelante nosotros lo somos y nuestro nieto nacerá en las mejores condiciones —me dijo la mujer, extendiéndome sus brazos con cariño. Me acerqué temblorosa y me abrazó reconfortante pero no pude responderle a su gesto de la misma manera, ¿es que en verdad me he quedado sin corazón?

—¿Qué quieren hacer hijos? —investigó el padre de Liam.

—Nos casaremos —le respondió con seguridad su hijo y me quedé perpleja.
¿Qué ha dicho?
¿Casarnos?
¿Él y yo?

—Liam —apenas pude llamarle.

—Katrina, yo te prometí ayudarte y no dejarte sola. Déjame hacerlo —me pidió y asentí tragando saliva con dificultad.

Esto no es casualidad, quizá esto sea lo que necesito para llevar a cabo mi venganza.
No perderé mi oportunidad...













Operación Katrina© || TERMINADAWhere stories live. Discover now