Diecinueve

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Cerré la puerta y él ni siquiera emitió un sonido. Sabía que estaba molesto, todo su cuerpo lo delataba. Sus nudillos estaban blancos por la fuerza que ejercía sobre el volante, su mandíbula tensa y la expresión seria en su rostro.

No faltaba mucho para llegar a su casa cuando por fin abrió la boca -no te voy a preguntar cómo te fue porque es más que claro que te fue bien- la dureza de su voz me hacía temblar. No sabía qué hacer, ni que decir, era una situación totalmente nueva para mí -no sé qué habría pasado si me hubiera tardado un poco más-

-Justin no pasó nada, te lo juro- me sentía mal de que él pensará que yo era capaz de engañarlo.

-no fue lo mismo que yo vi- se oía muy molesto.

-no fue nada. Fuimos compañeros en la secundaria, nos cruzamos cuando yo salía a esperarte, y caminamos juntos, sólo eso-

No me volvió a dirigir la palabra, y yo preferí no hacerlo, porque no quería discutir mientras manejaba.

-Justin necesitamos hablar- dije apenas pusimos un pie adentro.

-no tengo ganas. Se muy bien lo que vi- seguía molesto -me voy a dormir, buenas noches-

*

No pude dormir, estaba ciego por los celos. Y me sentía tan idiota por tratarla de esa forma, si yo sabía perfectamente que ella era incapaz de engañarme pero no podía dejar de sentirme enojado, y estaba mal, muy mal.

Él único que se había comportado como imbécil había sido yo, ¡yo había engañado a Selena por tres meses! Y ella ni siquiera podía imaginarselo, y de verdad no sabía que haría el día que ella lo supiera.

Era el miedo a perderla lo que me estaba matando, saber que ella podía descubrir todo lo que le había mentido y terminaría dejándome, y saber qué le iba a causar un dolor inmenso. Un dolor que a mi tampoco me dejaría vivir.

Estuve dando vueltas en la cama y me preocupo que Selena no viniera a acostarse. Pase mis manos por mi cara y me levanté de la cama, camine hasta la sala y ahí estaba, recostada sobre el sofá, con sus piernas encogidas y aún con el vestido rojo. Si antes me sentía mal, después de verla, me sentí peor.

Intentando no despertarla la cargué entre mis brazos, pero sus ojos de igual forma terminaron abriéndose -descansa nena- intente arrullarla pero no funcionó.

-Justin- dijo con voz adormilada, y hasta que la deje sobre mi cama ya estaba completamente despierta.

-nena…-

Ella no me dejó hablar -ahora me vas a escuchar a mi- se veía tan adorable con su expresión sería y su ceño fruncido. Mis ojos recorrieron su cuerpo y acababa de notar lo sexy que se veía con ese vestido. ¡mierda! Con razón ese tipo se le había acercado, y no lo culpo, mi chica se veía tremendamente sexy con ese corto vestido rojo -nunca jamás, en tu vida, vuelvas a hacer lo que hiciste. Que te quede claro que si no dije nada cuando veníamos era porque venías conduciendo y quería evitar una discusión pero eso no significa que no iba a dejarte las cosas claras cuando llegáramos- se oía bastante molesta -si tenemos un problema es mejor resolverlo y no dejarlo para después. Yo quería hablar contigo y sólo te fuiste- se cruzó de brazos ¿ya dije que se veía adorable? -Y eso no me parece justo. Tu dijiste lo que crees que viste y no me diste la oportunidad de decirte como realmente pasó todo. Y si así van a hacer las cosas, creo que no vamos por buen camino- me gustaba mucho la Selena que estaba viendo -quiero que dejes esos absurdos celos de lado porque jamás te di motivos para que dudaras de mi. Yo no soy de ese tipo de mujeres que acostumbran a hacer ese tipo de cosas, porque no soy así y tampoco tengo necesidad de hacerlo. Tengo todo lo que quiero y lo que siempre quise contigo Justin y ningún hombre es mejor que tú para mi- mi chica no podía ser mejor -él fue mi compañero de la secundaria, se acercó a saludarme y como él se iba y yo también caminamos juntos hacia afuera, nada más- esta chica necesitaba respirar, necesitaba dejar de hablar -lo que tu dices que viste fue sólo un beso en la mejilla, él se despidió de mí y…- no puede evitarlo y la bese.

-te ves preciosa cuando te enojas- le sonreí y ella se levantó de la cama y caminó con sus brazos cruzados y su ceño fruncido.

-¿acaso escuchaste todo lo que dije?-

-lo siento Selena. Soy un imbécil por dudar de ti, estaba celoso y enojado contigo sin motivos, y no por esa explicación que me diste porque realmente lo sé, y sé quien eres- me acerqué a ella -¿me perdonas?-

-te va a costar Justin- intentó parecer enojada.

-¿ah sí?- sonreí -¿y qué debo hacer?- con mis manos agarré su cintura.

-eso tendrás que averiguarlo tu- beso rápidamente mi mejilla y se alejó de mí para abrir mi closet y buscar una camiseta. Se quitó el vestido, dándome la espalda, dejándome una primera plana de su pequeña espalda y cintura. Sin mencionar cómo se alboroto todo, adentro de mi pantalón cuando mis ojos bajaron hacia la tanga de encaje negra. Se puso la camiseta y se acostó en la cama -hasta mañana mi amor- dijo alegremente.

Yo me quedé parado, mirándola, con una urgencia en mi pantalón.















Maldito mentiroso [Jelena]Where stories live. Discover now