Capitulo 5: Una cita

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Una cita

Tristán es guapísimo. Tiene una sonrisa hermosa que hacen sus ojos brillar de manera auténtica, y es tan caballeroso, tan amable y...

No puedo dejar de reír como un tonta a cada comentario que hace mientras conduce. Me limito a sonreír de oreja a oreja, jugando con mi cabello mientras lo observo detalladamente. Tiene la mandíbula muy marcada, perfilada, y una ligera barba de pocos días, pero le queda tan bien que me he quedado mirándolo con la boca abierta.
Siento algo vibrar en mi pecho con intensidad, calentándome de una manera extraña.

—Parece que las cosas entre ustedes no han cambiado —dice él y mi mente, de alguna manera, me hace reaccionar—. Trenton y tú nunca van a dejar de odiarse —ríe en voz baja.

Bufo un poco y me giro en el asiento con fastidio. Es increíble lo fácil que el nombre de Trenton puede hacerme cambiar. El solo oír de él causa en mí reiteradas náuseas, me marea de la ira, me hierve la sangre a tal intensidad que me duele el estómago de la impotencia.

—Yo no le agrado —respondo entre dientes—. Y es tan desagradable conmigo que me harta. Sólo voy a ignorarle, haré como si no existiera y ya.

La suave risa del mayor de los Bradford me desconcierta por completo, se divierte, como si aquel comentario fuera en realidad una broma.

—Ignorarlo es lo mejor que puedes hacer si quieres obtener su atención.

—¿A qué te refieres? —murmuro en voz baja y trago en grueso cuando el lujoso auto de Bradford ingresa a la escuela de prestigio. El aparcamiento es muy grande, pero no lo suficiente como para no obtener toda la atención. Y me quedo en mi sitio, absorta en mis pensamientos, observando lo fácil que le resulta a Tristán llevarse todas las miradas cuando sale del auto.

Observo el porte, su caminar y la manera en la que tira los hombros hacia atrás, tan recto y firme. Mis labios se entreabren cuando de pronto me abre la puerta, observándole los ojos de cerca, mirando con fascinación cómo sus larguísimas pestañas enmarcan su intensa mirada. Me quedo sin respiración, mi corazón agitándose un poco más de lo normal cuando me sonríe y tiende la mano hacia mí.

—Lo que quiero decir es que ignorarlo no es el mejor plan si se trata de Trent. Pero considerando que te odia con su alma, creo que podría funcionar. Si te molesta mucho —sonríe de lado y tira de mí con suavidad. Y ahora sí que estamos cerca, a escasa distancia cuando levanto el rostro hacia él. Mi respiración se corta y presiono con la mano libre su pecho, tan firme y duro—. Si te molesta solo dímelo y lo pondré en su lugar.

Huele bien y... Dios, es guapísimo...

—Eso haré en...

Un portazo suena a mi lado de pronto y pego un respingo de la impresión.

Ahí está él, bajando del auto con el rostro impregnado de furia, los ojos llameando de ira infinita. Incluso puedo sentirlo, me sacudo de pies a cabeza cuando mi mirada se cruza con el herviente odio de Trent.

Y se detiene un instante, uno efímero e inexistente, sólo para tomarse la molestia de dirigirme todo su desprecio a través de sus ojos verdes. O eso creo, porque tardo largos segundos en notar que realmente no me mira a mí ni un segundo, sino a su hermano mayor que está acompañándome.

Se ve realmente furioso y, aún así, Tristán sólo se ríe en voz baja.

—Vaya, esto es más jodido de lo que creí —dice el mayor de los Bradford en voz baja y vuelve a mirarme.

Me sonríe de lado y desliza la yema de su dedo sobre mi mejilla, delineando mi rostro de manera tan lenta que me siento incómodo bajo su intensa mirada que tengo encima todo el tiempo.

Regresa, amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora