Epílogo.

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Sus iris se dirigían a ambos libros, de derecha a izquierda.

Una difícil decisión.

John Katzenbach.

El psicoanalista o el Final perfecto.

Señor ¿Por qué me haces esto?

Mentalmente contó el dinero que traía en la cartera y luego vio el precio de ambos libros... Sólo 1.

Maldita sea su pobreza.

De nuevo empezó con su debate mental, tratando de llegar a una solución. Pero por más que trataba de escoger, no podía.

Seria más fácil escoger entre una mano y un pie.

—Deme esos 2 libros, por favor.—La masculina voz resonó en su mente, cortando cruelmente sus pensamientos. Cuando regreso a la realidad, vio como los libros, causantes de su debate mental, eran aguardados en bolsas de manera cuidadosa. El aire dejo de entrar a su pulmones y asustada, miro el perfil de Sasuke... Él no seria tan cruel... ¿Verdad?

Pago ante su expectativa mirada.

Adiós libros.

Soltó un suspiro lento y vencido.

—Ten.

Su cuerpo tembló ante la presencia del azabache. Tímida visualizo la mano estirada del chico en dirección en ella, con los libros de frente.

—¿E-eh?

—Son tuyos.—Dijo sin quitar sus ojos de ella.

—P-pero...

—Hinata... ¿Acaso piensas despreciarme?—Alego con un falso tono herido.

—N-no... Es que... No esta bien q-que los acepte a-así sin más... me gustaría p-pagartelos.—Argumento la chica.

—Jamás dije que te los vendía.

—S-seria muy descortés...—No pudo terminar la frase pues el Uchiha no la dejo continuar.

—Si piensas pagarmelos, entonces que sea a base de besos.—Una media sonrisa se dibujo en su apuesto rostro, al ver el sonrojo que creció en los pómulos de la Hyuga.—¿Quieres pagarme aún?

—…—Sus labios se movían, pero no emitían sonido alguno. Tomó nerviosamente los libros e hizo una reverencia de 90°—G-gracias Uchiha-san.

—Tch... No es nada.—Una mueca de disgusto apareció en su rostro. Odiaba que lo llamará con tanta formalidad.

De esa manera pasaron por varios puestos. Todos con grandes contenidos de grandiosos escritores.

Hinata estaba en el cielo.

—¿Te gusta?—Trato de hacer plática el ojinegro.

—¡Me encanta! Hay tantas cosas, tantos libros...—Sus ojos brillaban de la más pura emoción.

Sasuke adoraba verla así. La Hyuga era una mujer hermosa, tanto física como mentalmente. Le encantaba que fuera la chica lista del instituto, que no fuera superficial como las demás.

Lentamente, tratando de no espantarla, acerco su mano a la de ella y cuando la tuvo sujeta, apretó un poco, sintiendo el calor de la ojiperla.

—U-uchiha-san...

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