Girl next door.

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Disclaimer: Fairy Tail no me pertenece, si así fuera no estudiaría y tendría más tiempo para escribir. Los personajes pertenecen a Hiro Mashima.

Advertencias: Las de siempre, ya son parte de mi(?.

Notas de Autora: Ideas planeadas 26, escritas 8, admitidas 3. Y muchas mezclas en el proceso. Este fic nació como un drabble de reto, que sería a su vez un obsequio de cumpleaños. No obstante, no llegué a publicarlo para el reto y aunque estaba listo para el cumpleaños, como compañera Universitaria sabía que no era momento. ¡Ahora sí es! ¿Y por qué? Porque no solo quiero desear este cumpleaños tardío, sino también felicitar a mi hermosa NoaLovegood por su titulación. Todo y absolutamente todo lo bueno que te sucede, bonita, lo mereces.

Solo a modo de dato, este drabble alguna vez contuvo un microondas caído. Oremos por su descanso(?

Y como es justo y necesario ¡THIS IS GRUVIA!*inserte grito espartano*

Girl next door.

—Obsequio para mi querida NoaLovegood—

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Su mañana probablemente hubiese transcurrido del modo usual, al menos, de no haberse visto forzado a despertar tan temprano. ¿A quién se le ocurría hacer una mudanza un domingo a las ocho y treinta de la mañana? Pues al parecer, a esa chica.

Nunca había sido el tipo de chico que corre a husmear en las afueras de su departamento cuando algo sucede más allá de su puerta, así que de no haber tenido que levantarse por un vaso de agua, probablemente jamás la hubiera escuchado. Y mucho menos visto.

De principio, se limitó a observar por la mirilla, volvería a dormir justo después de eso. Pero terminó por abrir la puerta al llamarle la atención la cantidad de paquetes en el pasillo.

La evidencia de que el viejo apartamento de enfrente había sido alquilado, estaba apilada prolijamente junto a la puerta a medio abrir, y algunas otras cajas adornaban el pasillo frente al suyo propio. No parecían ser muchas pertenencias, un número acorde al único ser que parecía estarlas cargando.

O intentado hacerlo.

La vio subir una caja y dejarla justo junto a las otras, la chica pareció avergonzada al verlo, le dedicó una breve sonrisa, que el devolvió con un asentimiento. Así como subió, no tardó en bajar a buscar otra.

Luego otra.

Y luego otra.

Parecía tenerlo bajo control, pero él ya había perdido el sueño de todos modos. No podía solo observarla, no cuando sus constantes subidas y bajadas comenzaban a marearlo hasta a él.

—Espera —habló sin pensarlo dos veces—, te ayudo con eso.

La chica se sobresaltó al escucharlo, aunque lo había notado antes, había estado tan concentrada en no hacer ruidos y pasar desapercibida, que no había percibido que él seguía allí.

—No —sonó nerviosa—, n-no se moleste... Juvia puede —aseguró. Ella no quería incomodar, pero sus palabras poco hicieron por detenerlo. Gray ya se había adelantado hasta donde estaba, tomando la caja que ella cargaba.

—Juvia siente mucho los inconvenientes —se disculpó—, s-seguro lo despertó.

Y aunque por un momento pensó que era obvio por varias razones, se golpeó internamente al reparar que había saltado fuera de su departamento sin siquiera vestir una camiseta. Al menos, llevaba pantalones.

—Ah, esto... —dudó al hablar, ¿debía explicarse? El sonrojo en las mejillas de la chica hacían evidente su vergüenza y aunque jamás había sido pudoroso, creyó que probablemente no fuera esa la mejor de las primeras impresiones.

Se apresuró al lugar donde yacían las demás pertenencias y dejó el paquete allí.

—Dame un segundo —pidió, mientras se encaminaba a su propio apartamento—. Vendré a ayudarte con el resto. Espérame.

La vio dudar, aunque asintió. Se hallaba ya en la puerta, cuando ella volvió a hablar.

—S-su nombre —arriesgó, antes de ganar coraje cuando sus miradas se encontraron—, Juvia quisiera saber su nombre.

—Gray —soltó con simpleza—, ¿el tuyo es Juvia, no?

Y por alguna razón, Juvia en ese momento sintió que las piernas se le volvían gelatina y su estómago una cámara de vacío.

Podía acostumbrarse a esa sensación.

—Es un gusto conocerlo, Gray-sama.

Él le sonrió.

—Bienvenida, Juvia.

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—519—

—Gracias por leer—

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Girl next door.Where stories live. Discover now