Capítulo 2: Amy Mizuno

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Me convertí en heroína hace aproximadamente tres meses y todo ha sido un horror. Primero Luna llegó a mi casa y tuve que ocultar cualquier cosa relacionada con mi discapacidad o habilidades, después de cuatro de días descubrí que tiene una rutina muy rigurosa.

Todos los días se queda dormida a las 7:15pm, despierta a las 6:15am, sale a pasear y vuelve a la tercera repetición de mi despertador, hace que me levante de la cama y corre conmigo hasta el centro de videojuegos, nos volvemos a encontrar en el centro de videojuegos o en la salida de la escuela. Según comenta, durante las horas de escuela ella lo utiliza para investigar, es como un pequeño detective, el cual busca información para que yo pueda actuar y salvar el día.

Recientemente descubrí que su pasatiempo favorito es molestarme. Todo el día se la pasa diciéndome torpe y perezosa, para ella yo debería ser la imagen de la heroína perfecta, buena en los deportes, atenta en los estudios, entregada con su misión y demás. Sus expectativas son muy altas, y a pesar de todo actúa como otra madre para mí, puede ser molesta pero se preocupa por mí, lo demostró en una batalla que tuve hace un par de semanas, por esta razón decidí que ella no debe saber mi secreto. Ya me imagino la reacción de esa gata, teniendo un ataque de pánico cada vez que desaparezco de su vista o prohibiéndome de forma definitiva ser una sailor.

Jamás deseé ser una heroína, no me gusta pelear o arriesgar mi vida, pero si puedo ver y ayudar haciéndolo, entonces lo haré sin dudar. Gracias a todo esto de Sailor Moon pude ver nuevamente el cielo, las flores, incluso ver a mis padres y a mi hermano, mientras tenga la oportunidad de ser Sailor Moon, me aferraré a ella. No importa el dolor, la angustia o lo que sea, quiero hacerlo.

-"Serena, ¿Cómo resuelvo este ejercicio?" Preguntó mi querida amiga Molly, quien de alguna manera había logrado arrastrarme a la biblioteca. Tomé su cuaderno con pereza y empecé a dar indicaciones hasta que vi algo que me paralizó.

Se trataba de aquella chica que había visto hace algunos meses. El resplandor azul abrazando perfectamente su cuerpo y sus ojos brillaban con un azul que me hizo recordar al hielo, era una mirada azul glacial. Parecía solitaria y ese simple pensamiento me hizo desear levantarme y caminar hacia ella, sin embargo por estúpido que sea tenía miedo de hacerlo.

-"¿Quién es esa chica? Me refiero a la de ojos azules si es que hay otras personas presentes".

-"¿La puedes ver?" Preguntó con incredulidad.

-"Es una de las chicas que vi aquel día". Molly permaneció en silencio por algún tiempo, posiblemente mirándome como si fuera un bicho raro. "Molly". La llamé y suspiró.

-"Su nombre es Amy Mizuno, ella sacó un puntaje perfecto en todos sus exámenes". Informó y de alguna manera apareció Kelvin detrás de nosotras y nos dio más información causando mi curiosidad.

La puedo ver, parece una buena persona aunque no tiene muchos amigos y es un genio. Tengo más que suficientes razones para hablar con ella, ahora lo único que debo hacer es encontrar la manera de hacerlo.

Los siguientes dos días pasé todo mi tiempo disponible siguiendo a aquella desconocida, tal vez fue la curiosidad o esa extraña sensación en mi pecho de querer hablar con ella, realmente aun no lo entiendo. Justo en el momento en el cual había decidido alejarme, escuché la risa de una chica, un ligero golpe y pude ver a aquella chica azul tropezar. Cayó en cámara lenta y las risas inundaron el pasillo al tiempo que unos libros golpearon el suelo, pude notar esta vez una débil sombra ahí, era la fuente de una gran risa. Desearía poder ir a ayudarla pero posiblemente tropezaré con algo y caeré si lo intento.

-"Parece que la chica genio decidió tirarse al suelo a leer, siempre intentando llamar la atención." Esa voz era repugnante, llena de burla y envidia.

No deben saberWhere stories live. Discover now