❥ ᴋɴᴏᴡ ᴍᴇ {ғɪɴɴ ᴡᴏʟғʜᴀʀᴅ & ᴛú}

CHAPTER TWENTY "full of anxiety"

___(t.n) POV

Estaba mordiendo el interior de mis mejillas por ansiedad, entusiasmo y muchas otras emociones cansadas de mencionar.

Me encontraba en un jet privado de destino; Atlanta. Esperaba a Finn (quien ahora mismo estaba en el baño) sentada en uno de los cuantos asientos observando el paisaje por la pequeña ventanilla cerrada, aun no detenía las mordidas en mi piel por lo que terminé lastimandome y dándome cuenta de esto al sentir el sabor de sangre, tenía que tranquilizarme pero simplemente no podía, aun estando aquí sentada no me puedo creer que vaya a un estudio de grabación de una de mis series favoritas y mejor aún, ir como acompañante de uno de los protagonistas.

Escuche un pequeño choque entre metales y asomé mi cabeza por encima del asiento, efectivamente era Finn dirigiéndose hacia mi, en cuanto estuvo enfrente volví a enderezarme y tomé un buen bocado de aire seguido de comenzar a hablar. — Esto... Es increíble. — Soltó una leve risa ante mi comentario.

— Sí, de echo, no creí que fuera posible que vinieras hasta tener veintiuno.

— ¿Por que hasta esa edad?

— No lo se, tal vez porque para entonces ya serías mía. — Bufé por su descaro.

— ¡Pff! Estás loco.

— Haha ¿loco?... — Se puso de pie y fue a mi lado quedando bastante cerca de mi rostro. — Tú me vuelves loco. — Me dio un rápido beso en la mejilla rozando con la esquina de mis labios, probablemente por mala puntería porque después de eso se distanció rápidamente.

— ¿A-ahora a dónde vas? — Dije evitando su comportamiento pero con un rastro de la impresión en mi tartamudeo.

— Tengo hambre, ¿tú no quieres algo?

— Ah claro, lo que sea.

— Ya dijiste. — Segundos más tarde estaba devuelta sentado poniendo una manzana roja sobre la mesa que nos dividía.

— Pensé que sería "comida, comida". — Dije mirando como comía un burrito en mi cara.

— Es comida, además, dijiste lo que sea. — Rodé mis ojos y tomé la manzana dándole una mordida de mala gana. Finn rió nuevamente. — Ven aquí. — Se inclino hacia mi recargándose en la mesa y me agarró de la barbilla poniendo el burrito cerca de mi boca. Dejé de lado mi orgullo rápidamente por dos razones, tenía apetito y nunca le gano a ese cara de sapo.

[...]

Después de varias horas de vuelo estábamos en un auto dirección al lugar de estar de los chicos, ésta vez mordía mis labios y en mi cabeza no dejaba de rodar la frase " Oh mi dios", esa sensación ansiosa término cuando Finn puso una mano sobre mi mejilla. — Oye, ¿qué te paso? ¿Estás bien?

¿Enserio acababa de romper mi mismo labio?

— Ah... Sí claro, estoy bien.

— Tu rostro no dice lo mismo. — Desvíe mi mirada para darle la contraria. — Tranquila, nadie nos secuestrará ni nada, solo piensa que estamos en un viaje de pareja. — Volví a mirarlo.

— ¿Somos una pareja? — Guardó silencio con los labios ligeramente separados por el suspenso, luego, dijo alguna otra tontería evitando el tema y lo entiendo, yo tampoco sabría cómo responder.

Llegamos a un edificio departamental, subimos por el ascensor y cuando estuvimos en la puerta del lugar tan esperado yo estaba al borde de explotar, abrieron y allí estaban todos ellos, sentados en el sofá jugando un juego de mesa distintivo. Voltearon a verme con el seño fruncido por unos segundos y después cambiaron su expresión a una de sorpresa.