It's a great big world [ cheolsoo ]

I

-Ve y cógete al chico guapo que está en la barra-.

O Minhyuk estaba demasiado ebrio ya, o de verdad estaba empeñado en avergonzarlo esa noche.

-Y tienes que contarnos todos los detalles-.

Tal vez un poco de ambas.

-¿Y si no lo hago?-.

-Pagas las próximas rondas de todos- claro, y quedar en bancarrota absoluta.

Junhui suspiró, repasando todas sus opciones. Podía irse en ese momento como el amargado que todos creían que era, podía decirle al chico rubio que se fuera al diablo, o podría intentarlo. Esta última idea no le parecía tan mala, pero con sólo ver al chico de cabello negro sabía que este se encontraba en una liga infinitamente superior a la de él.

El extranjero no era ni de lejos el cliché de niño bueno en el que todo el mundo insistía en encasillarlo, pero tampoco estaba predispuesto a hacer locuras como estas.

Ni su vida era aburrida ni estaba en busca de aventuras, pero mierda, hacía semanas que no follaba y ese chico en verdad era guapo.

Se debatió mentalmente unos segundos, y se levantó decidido. Los chicos a su alrededor vitorearon emocionados y soltaron algunos chiflidos. No lo hacía por ellos, lo hacía por sí mismo y su calentura.

Pero era infinitamente más fácil decirlo que hacerlo, y pronto se encontró frente al chico, congelado y deseando que la tierra se lo tragara. Este lo miraba con media sonrisa y sosteniendo una bebida.

-Uhm, hola- Jun intentó parecer menos incómodo mientras se sentaba a su lado.

-Hola- respondió el chico, sin dejar de mirar a la pista.

-Está bien la música, ¿no? – "Por supuesto Wen, veamos qué es lo más estúpido que puedes decir"

-Escucha- se volvió hacia él, terminándose la bebida de un trago -hagamos esto más sencillo. Voy a ayudarte para que no pierdas esa apuesta-

El castaño sintió que se sonrojaba hasta las orejas.

-¿Qué? No, no, yo...-.

-Deberías ser menos obvio, cariño. Aquellos amigos tuyos no voltean más porque se romperían el cuello-.

-Me atrapaste- murmuró Jun avergonzado, haciendo ademán de levantarse. -Perdona, no quise molestarte-.

-¿Quién dijo que estaba molesto? – replicó el otro, acorralándolo contra la barra.

-¿D-disculpa?-.

-Es obvio que tú no tienes mucha suerte en esto y yo no tengo ganas de estar solo esta noche. Soy Joshua- el pelinegro acarició su mejilla, enviándole corrientes por todo el cuerpo.

-Jun- respondió en un susurro.

-Encantado, Jun-.

-¿Te parece si vamos a un lugar más privado?- dios mío, ¿de dónde sacó el valor para decir eso?.

-¿Siempre tienes ideas tan buenas? Dame un segundo- el tal Joshua se volvió hacia un chico que tenía a la derecha, diciéndole algo al oído y pasándole unas llaves. El castaño empezó a sentir un vuelco en el estómago, ¡en verdad se lo iba a follar!

El pelinegro lo tomó de la mano y lo guío hasta la salida. Jun apenas y pudo volverse a ver a su grupo de amigos alzando los pulgares y gritándole. El aire frío impregnado de olor a gasolina los recibió afuera, inconscientemente ambos apretaron el agarre de su mano.

Joshua lo llevó a través de calles que no conocía, y durante un momento se preguntó si realmente era una buena idea. Pero no se atrevió a dar media vuela, y para cuando fue consciente, se dio cuenta que no sabía dónde estaba.