Cinco meses en el futuro

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Cinco lunas habían pasado, cinco meses en el colegio, sobreviviendo  a los exámenes, las clases, tareas y trabajos, cinco meses en los cuales habían aprendido a controlar mejor su estado, ya no explotaban simplemente, o al menos casi todos lo habían conseguido, Adolph y Francisco aún tenían algunos problemas con esto, pero poco a poco iban avanzando. Al menos todos podían transformarse parcialmente, algo así como sacar garras, colmillos y alguno que otro apéndice extra, como era el caso de Yuna y Nicolás, quienes podían sacar un par de alas, de halcón y búho respectivamente, claro.

La relación entre todos había mejorado, ya no se mostraban tan reservados entre ellos, reían y hacían bromas juntos y todo. Los que mayor progreso habían mostrado en esto eran Adolph y Nicolás, los demás ya eran sueltos de por sí, pero ellos dos eran algo más discretos en cierto sentido, aunque el alemán podía ser muy ruidoso y movido, también podía mantener un perfil muy bajo y pasar desapercibido a pesar de su metro ochenta, cosa que nadie se explicaba como hacía.

Pero las vacaciones por fin habían llegado, y eso significaba aventuras y demás cosas en los campos y bosques de la familia Krishnan. Como en ese momento, que se encontraban junto al río, alistándose para comer algo tras haber estado nadando en las aguas largo rato. En esa ocasión Marie, la enamorada de Francisco, y Manuel, el hermano de Miguel, estaban con ellos. Cuando Marie se enteró de la… “condición” de su pareja, en un inicio le sorprendió de sobremanera, aunque poco después creyó que era todo una broma, pero tras tirar un grito al ver a su enamorado con forma de coyote, les creyó todo y decidió no cuestionar las cosas raras de la vida. Manuel se lo tomó mejor, pues él fue el primero en ver a su hermano tomar una forma que no era humana, por lo que aceptó las cosas con mayor facilidad y sin tanto lío.

- Sándwiches, jugos, gaseosas, queso, tomate, jamón, ensaladas, manzanas, naranjas, parece que todo está.- murmura Alba, mirando las cosas sobre la gran sábana que habían extendido en la orilla del río. La morena se había cubierto con una toalla roja que tenía para ocasiones como esa, cubriendo su bikini color melón.

- ¡Comida! – grita Catalina, seguida por Yuna y Marie, las tres también en ropa de baño, el de la castaña era bicolor, negro abajo y rojo arriba, con un lazo de adorno, mientras que la japonesa usaba un traje de baño completo, color negro, iba cubierta con una toalla blanca, Marie iba con un bikini celeste pastel, simple, y con una toalla en la cadera, color negra.

- ¡Niños! ¡A comer! – en esa ocasión, Alba gritó hacia el río, donde los muchachos aún se bañaban, al escuchar esto, salieron corriendo a más no poder, empujándose en broma en el camino.

Los trajes de baño de los chicos no eran especiales, solo un short para cada uno, el de Francisco era rojo, Miguel y Manuel llevaban unos de color azul, lo cual confundía a todos, pues su parecido dificultaba diferenciarlos bien, Nicolás en tanto tenía uno negro y Adolph llevaba uno verde. El sol brillaba fuerte, y las risas cierto que no paraban. Pero a lo lejos, alguien observaba, apuntando en su folder de notas.

1. Catalina Krishnan:

Sexo:Femenino        Animal: Tigre

Cabello: Marrón        Altura: 150 cm

Piel: Blanca               Ojos: Dorados

Trastorno: Hiperactividad

2. Alba Ross:

Sexo: Femenino        Animal: León

Cabello: Negro          Altura: 156 cm

Piel: Morena               Ojos: Verdes

Trastorno: Ansiedad Social

3. Francisco Pietrapiana:

Sexo: Masculino         Animal: Coyote

Cabello: Rubio           Altura: 170 cm

Piel: Blanca                Ojos: Azules

Trastorno: Déficit de Conducta

4. Miguel Arroyo:

Sexo: Masculino         Animal: Oso grizzli

Cabello: Negro         Altura: 168 cm

Piel: Blanca               Ojos: Negros

Trastorno: Déficit de Atención

5. Nicolás Labionda:

Sexo: Masculino        Animal: Halcón

Cabello: Negro        Altura: 175 cm

Piel: Blanca              Trastorno: Ansiedad Social

Ojos: Negros

6. Yuna Kusatsu:

Sexo: Femenino         Animal: Búho

Cabello: Negro           Altura: 150 cm

Piel: Blanca                Ojos: Marrones

Trastorno: Déficit de Atención e hiperactividad

7. Adolph Behm:

Sexo: Masculino         Animal: Lobo

Cabello: Rubio           Altura: 180 cm

Piel: Blanca                Ojos: Azules

Trastorno: Bipolaridad

- Estos muchachos son de lo más interesantes.- murmura alguien, con voz ronca y rasposa.

- Señor, tiene una llamada en espera.- dijo entonces otra voz, más formal y limpia.

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Entre tanto, en el campo seguía la pequeña fiesta personal de los muchachos, habían terminado de comer y se dirigían a la casa, donde pasarían la noche más increíble de todas, una pijamada llena de historias de terror, películas, piqueos varios y risas.

- ¿Qué veremos primero?- duda Yuna, emocionada por la idea de una noche con sus nuevos y mejores amigos.

- Estaba pensando en vernos toda la saga de Actividad Paranormal. – comenta Alba, sonriendo, también emocionada.

Eran vacaciones, una semana para pasarla de vagas, corriendo por todas partes, contando chistes y demás cosas. Los muchachos se la pasaban de grande, pero no sabían, claro, que había alguien que los miraba, paso a paso, como se iban desarrollando y creciendo en sus formas diferentes, que había una paloma, una simple paloma que lo miraba todo, no muy lejos, cerca en realidad, había un hombre que empezaba a saberlo todo. Y estaba seguro de cómo proceder en su plan. ¿Trampa? ¿Secuestro? ¿Amenaza? ¿Asesinato? Lo último no serviría.

- ¿Padre? – era la voz de un niño de al menos unos diez años.- Ya hice lo que me pediste.

- Bien hecho hijo mío, ahora, cuéntamelo todo.- murmura el hombre de voz rasposa.

- ¡Si! – la emoción en la voz del niño no pasa desapercibida por el padre, quien le regala una sonrisa antes de sentarlo en su regazo y comienza a escuchar al chico sobre las historias de una paloma que espía a unos muchachos malos.

Atrás del padre y el hijo, había otro hombre, que tomaba notas a toda velocidad en un cuadernillo rojo, tal y como su señor se lo ordenó.

- Tranquilo hijo, pronto podrás ir a jugar con los chicos, quizás, incluso, ellos vengan a visitarnos un día.- murmura el mayor tras escuchar la historia del muchacho, quien se le ilumina los ojos de felicidad y emoción.

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El siguiente capítulo no se subirá hasta que esta historia tenga por lo menos cinco comentarios y/o votos, Maclavillar3996 y yo lo apreciaríamos mucho, gracias.

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