Querida.

    Querida perdona cuando me comporto como un niño rebelde,
a veces pierdo la paciencia de mí mismo y deseo perderme.
Perdón cuanto te grito es cuando más necesito de ti,
perdón por tantas dudas y desconfianza soy lo que soy e igual me pierdo.

Estoy tan cansado de estar en este humilde y estúpido cuerpo que tanto mal me ha hecho,
estoy aquí, vivo y todo lo convencional que hacemos lo aguanto por ti.
Aunque en ocasiones te haga perder la cabeza y te molestes, pero cuando estas así
te disfruto.

Disfruto de como refunfuñas.
Disfruto de como cruzas tus brazos.
Disfruto de como haces movimientos con tus cejas.
Disfruto el segundo y hasta el instante de como pateas las cosa,
siento que tu enojo es como un súper-poder que solo tu manejas.
No es burla, es la verdad del hecho.

¡Ay! Querida, mira cómo te escribo, mira como uso el juego de las palabras y causo fascinación en las mentes cultas e intelectuales. Mira como causo imaginación en aquellos chicos que al leer
se imaginan un romance de películas y hasta de libros.
Querida no tengo miedo de demostrar todo mi amor por ti, solo... por favor tenme paciencia.
Si me ayudas en eso seré capaz de escribir millones de poemas dirigidos, imaginados y creados donde tú eres la protagonista hasta el sol tendrá el brillo de tus ojos,
la luna te envidiara y las mujeres, no sé si debería escribiré esto,
pero hasta las otras mujeres pasarían a tercer plano porque tú, tu ocuparías hasta el plano espiritual.

¡Te amo amada mí!
Sería capaz de gritarlo hasta que el supremo se moleste y me parta por la mitad con un rayo,
estoy volando en imaginación y hoy al escribir esto mi cama fue una nube.



A.