Cap 1

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Narra Chloe

La lluvia que golpeaba mi ventana y la suave brisa de el invierno, me despertaban en un nuevo día mas sin ti, mis recuerdos cada vez eran mas fuertes y dolorosos.

Me termine levantando de mi cómoda cama, para dirigirme al baño, puse una música suave para sumergir mi cuerpo en el agua tibia con olor a flores de jazmín, me sentía mas relajada que nunca y el recuerdo de el día que llegue a este mundo volvió a mi.

Recuerdo:

Era un día lluvioso pero cálido de una manera extraña, yo lloraba en aquel lugar, atrapada aun entre la vida y la muerte.

Sombra -¿ sigues llorando?

Solar - ¿ qué mas puedo hacer?

Sombra - Mira niña as sido muy buena y no te iras de aquí asta que arregles tus problemas personales *respira profundamente* Dios decidió darte una segunda oportunidad ellos ya volvieron ahora te toca a ti.

Cerré mis ojos y cuando los volví a abrir, la lluvia estaba empapando mi cuerpo y rostro, camine hacia la puerta de lo que parecía un castillo extraño, trate de tocar el timbre pero mi estatura era la de una pequeña de 5 o 4 años. 

No sabia que hacer asta que un hombre alto de cabellos rubios abrió la puerta y me vio sorprendido.

Andres - ¿pequeña que haces aquí a esta hora con esta lluvia y tan sola?

Solar - Si le cuento la verdad seguro no me va a creer.

Andres - ¿y tus padres?

Solar - Murieron hace años.

Andres - ¿No tienes donde ir?

Solar - Lamento decir que si...

Andres - ven.

Aquel hombre me guió dentro de aquel castillo, y me pidió que le contara mi situación, al principio no me creyó, pero le mostré algo con lo cual no tuvo mas opciones que creer en mis palabras.

Solar - Entiendo si quiere que me valla de su castillo.

Andres - Casa, solo es una casa, y no es necesario, dime pequeña ¿te gustaría ser mi hija?

Solar - me encantaría. 

Después de esa charla el Sr. And- digo mi padre cambio mi nombre al de Clhoe y invento una historia del por que no había revelado antes el echo de mi existencia.

Fin del Recuerdo:

Estaba realmente agradecida con mi padre, y aunque esa mujer con la que estaba casado era una bruja con migo, no puedo quejarme de nada.

Aveces me gustaría abandonar todo y volver a aquel oscuro lugar para llorar, y sacarme este peso de encima, para dejar de ser un problema para mi padre y para el mundo, pero deseo que el me ame una vez más, aunque sea probar sus labios una ultima vez.

Seguro se pregunta el por que de esa actitud de mierda que tengo, lamentablemente el tiempo se me acaba así que esa historia sera para otro momento.

Me salí de la bañera, empece a vestirme, me puso la misma ropa de siempre, y maquille como usualmente lo suelo hacer, mire mi aspecto satisfecha, sin duda era la chica mas bella de todas.

Tome mi bolso y dentro de el guarde lo de siempre, incluyendo esta vez una pequeña libreta con temática de abeja reina y un lápiz pasta de color negro, estaba segura que este seria un día muy productivo.

Tome un gran bocado de aire y salí de mi habitación saludando en mi camino a algunos de los empleados, de manera mas amable de lo usual, estaba de buen animo y nada me impediría pasar un lindo día, quería llegar a la escuela para hablar con Sabrina y contarle sobre mi nuevo plan, sonreí orgullosa y mi mayordomo me miro raro cuando vio que sacaba una roja manzana y comía de esta.

-señorita me alegra tanto que empiece a comer mas - yo solo le sonreí y asentí- oh casi se me olvida ¿su madre vendrá la próxima semana de visita?

Y así como el día había empezado maravilloso, todo se fue a la mierda, esa mujer realmente me odiaba, y aun no se el motivo real de todo ese odio sin fundamentos, solo pude suspirar y de pronto mi apetito se había vuelto a ir, así que solo bote la manzana en un basurero y le pedí a el chófer que antes de llegar a la escuela me llevara a una dulceria necesitaba un dulce de miel urgente.

Y así lo hizo, entre en el pequeño local al que siempre solía ir por mis dulces favoritos, salude amablemente al viejo hombre, que sin siquiera necesidad de hablar ya me tenía preparada una bolsa con esas azucaradas delicias de miel que se derretían en tu boca dejándote sentir ese sabor tan característico de la miel.

- Buenos días pequeña abeja reina - dijo aquel apodo que me puso después de ver que siempre compraba los mismos dulces de miel-

-Buenos días José - lo salude alegre tomando la bolsa entre mis manos animada - ¿cuanto serían?

- Pero que cosas dices estas van por la casa - me sonrío con esas arrugas que demostraban su edad ya bastante avanzada -

- No podría aceptar eso, por favor dígame cuanto es - trata que me diga el precio pero el solo se niega-

- Lo único que quiero es ver que le das esa linda sonrisa con la que siempre me saludas a alguien más que no sea yo en esta tienda casi escondida de el mundo - al escucharlo mi sonrisa crece aún más y suspiro levemente -

- Haré mi mejor esfuerzo lo prometo.

Intercambiamos unas pocas palabras más para después despedirme mientras metía entre mis labios mis delicias azucaradas, y mire por la ventana de el carro a los otros autos pasear, cuanto había cambiado la tierra desde la última vez que estuve aquí, sin duda es sorprendente en lo que ah evolucionado la sociedad.

Mis pensamientos se ven interrumpidos por el Chófer avisando me que ya habíamos llegado a la escuela, por lo cual solo me baje de el vehículo y ví la intimidante estructura de cemento que llamaban escuela, suspirando al recordar como había sido mi primera impresión de la misma, pero mis pensamientos y recuerdos pasan a segundo plano cuando a lo lejos divisó una cabellera tan Roja como el fuego una sonrisa decidida se apodera de mi rostro.

- Pronto nos reencontraremos mi hermoso zorrito

- Continuará -

Bien ¿que tal? Quizás mañana arregle el segundo y incluso suba un tercero :3 gracias por apoyarme y recordarme que lo que realmente importa es lo que yo pienso de mi historia hasta la próxima

El Misterio Tras Mi Abeja Reina (Nathloe)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora