¿Mejores amigas? [MEVIE]

capítulo 60 (1/2)

Narradora

Mal gruñó ruidosamente cuando otro de sus lápices comenzó a humear en su mano. Desde que se convirtió en dragón por primera vez, Mal había comenzado a luchar para controlar las llamas que parecían estar constantemente al alcance de su mano. Estaba haciendo todo lo posible para dominar su habilidad para manipular el fuego, pero era más difícil que cualquier otra forma de magia con la que se había metido. Ella dejó caer el lápiz por un momento, cerró los ojos y trató de respirar de forma pareja. Cuando abrió los ojos, Evie estaba mirándola confundida.

_ ¿Todo está bien?- Le pregunta Evie. Mal forzó una sonrisa tensa y asintió. Evie pareció escéptica por un momento antes de volverse lentamente para escuchar la conferencia de la Hada Madrina sobre la importancia de la bondad.-

_ Ahora, todos van a la página 82 de sus libros de texto. ¿Puedo conseguir un voluntario para comenzar a leer el texto 'El beso de amor verdadero"?- Preguntó con dulzura. Uno de los estudiantes al frente de la clase comenzó a leer en voz alta, pero Mal no pudo concentrarse en cómo algunos de los estudiantes la miraban y se reían en silencio. Mal sabía de lo que se estaban riendo. La historia en el libro era sobre el Príncipe Felipe y Aurora derrotando a su madre. Casi siempre fue así. Ella resopló enojada consigo misma, y ​​Carlos le dio un codazo.

_ ¿Qué Carlos?- Le dice frunciendo el ceño. Carlos dio un paso atrás y levantó las manos en defensa propia.-

_ Tus ojos estan muy verdes... y acabas de expulsar humo de tu nariz.- Dice en voz baja. Pasó un momento de silencio antes de señalar el libro bajo sus manos.- Mal, el libro...- Ella miró hacia abajo y retiró las manos al ver las páginas carbonizadas. La llama no era demasiado grande, pero era lo suficientemente grande como para cargar el papel hasta el punto de dejar una pequeña capa de ceniza en la esquina inferior del libro. Mal se miró las manos como si no fuesen las suyas, ya que la habitación se quedó en silencio a su alrededor. Todos la miraban. Ellos no fueron realmente nadie la miraba, excepto Carlos y algunos fantasmas. Pero se sintió así. Y no estaba en silencio, pero los brillantes ojos verdes de Mal se lanzaron por la habitación para tratar de localizar una fuente de sonido a través del zumbido en sus oídos.-

_ El padre de Gil.- Mal se recordó a sí misma. Gaston. Él es un villano. No es una figura paterna el es solo un villano. Al igual que Jafar y Cruella y la Reina Malvada y ... y mamá ... y yo. Tal como yo.-

El crujido de la llama pareció correr por sus venas en un instante y Mal se apartó de su asiento tan rápido que su silla cayó al piso con un estrépito. Se llevó las manos al pecho en un esfuerzo por evitar que la llama las abandonara. La habitación quedó en silencio. Realmente verdaderamente silenciosa. Sus oídos no estaban sonando y nadie estaba hablando y no había bolígrafos tocando, pero hubo un traqueteo. Estaba en lo más profundo de su pecho y no podía decir si era el latido de su corazón o un grito golpeando sus pulmones en un esfuerzo por encontrar una salida. Tal vez son las dos cosas, pensó ella. La vela que estaba al otro lado de la habitación en el escritorio de Hada Madrina se iluminó y Mal corrió, dejando atrás los gritos de sus amigos y la súplica que hacía eco dentro de ella.

Por favor no me dejes lastimar a nadie.

Continuará...