En un silencio ensordecedor, la noche se desvaneció lentamente y el brillante sol se levantó del horizonte. La luz del sol arrojó una capa de calor sobre la ciudad de Kuoh, pero no hizo más que extender la sombra que se alzaba sobre Naruto. Acostado en la oscuridad que vivía escondido de todo lo demás, todo lo que podía sentir era el dolor que venía de su pecho. Pulso y ensangrentado, Naruto vio como su cuerpo trabajaba para sanar la herida, pero el dolor solo empeoraba. No el dolor físico, sino el dolor que vino con su corazón en pedazos.
Nunca en su corta vida había imaginado que la mujer que amaba lo lastimaría tanto, y ni siquiera había considerado la posibilidad de que la primera mujer de la que se había enamorado resultaría ser una especie de monstruo bíblico. . No importaba cuánto intentara racionalizar sus pensamientos; su memoria eidética parecía disfrutar mostrándole las alas negras que brotaban de su espalda, y la vista de sus ojos verdes lentamente sangrando a rojo sangre.
Durante horas, miró por la ventana, viendo cómo la luna se desvanecía en la luz más brillante, preguntándose qué le había sucedido. Y fue después de horas de pensamiento doloroso y lúgubre lloriqueo de su propio cuerpo impotente que se dio cuenta de que no había forma de que él pudiera deducir racionalmente lo que sucedió. Su mente describía a través de todas las palabras que leía en todos sus libros de ciencia médica y biología, y ninguno podía siquiera explicar lo que veía. No fue hasta la mañana, cuando vio salir el sol de lo que parecía ser otro mundo, pensó en su aprendizaje temprano.
Cuando sus ojos se movieron hacia el cielo, pensó en sus lecciones en la iglesia.
'Un demonio', reflexionó Naruto, silenciosamente dolorido, '¿Podría ser ella realmente un demonio?'
En los últimos días, fue como si el conocimiento científico acumulado de Naruto fuera inútil. Era dolorosamente claro que la ciencia no podía explicar muchas cosas, como los poderes curativos de Asia o sus propios ojos, y no pudo evitar pensar en las palabras de sus padres.
Con manos tensas, Naruto logró alcanzar su teléfono. El tono de marcar era incómodamente fuerte después de un silencio tan largo, y se necesitaron cuatro anillos para que el otro lado respondiera.
"Hola."
"Hola, mamá", su voz salió áspera y envejecida.
"¿Naruto?" llegó la voz de Griselda, mucho más tierna que de costumbre. "¿Estás bien? Suenas terrible".
"Mamá", comenzó con una pausa temerosa, "¿De verdad existen los demonios?" Un largo silencio se interpuso entre la llamada, y Naruto sintió que su propia ansiedad aumentaba y el silencio se volvía más y más insoportable. "Por favor dime, mamá. Necesito saber".
"¿Te pasó algo?"
Naruto ya no pudo soportarlo y golpeó la pared con el puño, "¡SOLO DECIRME!" Dejó que su rabia y frustración se derramaran y arrojó la almohada más cercana al otro lado de la habitación. "¿HACEN LOS DEMONIOS?"
La respiración de Griselda era tranquila y serena, "Sí, realmente existen". Naruto se mordió los labios y cerró los ojos, el dolor en su corazón latiendo con cada latido. "Los demonios, que generalmente llamo demonios, son reales. He visto muchos en mi vida. Como siempre te he enseñado, existe un equilibrio natural en el mundo entre la luz y la oscuridad. Los demonios son criaturas de la oscuridad, y como miembros de la Iglesia, estamos a la luz pura, Dios y sus ángeles ".
Frotándose los ojos antes de abrirlos, Naruto frunció el ceño mientras hablaba: "¿Son malos?"
"Los demonios son criaturas de la codicia, la lujuria y el deseo. Tientan a los humanos a hacer el mal para fastidiar a nuestro Señor. Ellos son nuestros enemigos naturales, así que sí, son malvados".
