Escribo esto porque ahora puedo recordar mi vida completa desde antes de mi enfermedad y después de ella, sobretodo porque hizo un giro de 360 grados el cual jamás podré volver a olvidar.
Mi nombre es Caroline Donovan Gilbert, tengo 25 años de edad aún sin rumbo fijo en mi vida, lo único seguro, mi familia. Mi madre Alison Gilbert la mejor chef del estado, mi padre Rafael Donovan uno de los mejores abogados del país. Y por último y más importante, mi novio y ahora prometido, Edward Sommer. Trabaja con mi padre en el despacho como su ayudante, lo conocí hace dos años justo cuando lo iban a entrevistar para el puesto, el no sabía que yo era la hija del dueño del despacho lo cual fue mejor para mí ya que me conoció como una simple chica y no la heredera del negocio familiar.Cuando se enteró que le tenía que pedir permiso a mi padre, su jefe, para formalizar nuestra relación -algo exagerado para mí gusto- se puso aún más nervioso de lo que ya estaba. Nuestra relación desde entonces a sido la más maravillosa del mundo, justo hace dos meses me pidió matrimonio en nuestras vacaciones a París, lo más hermoso y romántico de mi vida y claro que no pude decirle que no, ahora solo falta programar la fecha de la boda para finalizar nuestro felices por siempre. O por lo menos eso creía yo.
Yo aún no tengo trabajo fijo, ayudó a mis padres en ambos negocios para aprender un poco de ellos, pero aún no me decido por cuál me dedicaré el resto de mi vida. Pero después de la propuesta de Edward creo que lo mejor será dedicarme a los restorants y que mi futuro esposo se encargue del despacho.
Ahora estoy esperando a mis amigas Susan y Valentina, para empezar con los preparativos de la boda.
—Ya llegamos —dijeron ambas al unísono.
—Ya se habían tardado, me estoy muriendo de hambre.
—Te apuesto que solo pedirá una ensalada y un té —le propuso Susan a Vale.
—Andando y dejen de apostar sin que yo tenga un beneficio.
Mientras hablábamos de cosas triviales y de la boda se nos pasó el tiempo y terminamos de comer en menos de una hora.
—Chicas regresó en un momento voy al baño —dijo Susan después de terminar con su té.
—Ok te esperamos para pedir la cuenta.
—¿Cómo te sientes con la boda? —me pregunto Vale en cuánto nos quedamos solas.
—Nerviosa pero completamente feliz.
—Sabés que te adoro con todo mi corazón y que eres mi mejor amiga desde hace más de 10 años.
—Vale no te pongas sentimental o en verdad voy a llorar.
—A lo que quiero llegar esque, tú sabes que no me agrada Edward y menos con lo que escuche ayer.
—Se que nunca te ha agradado pero ¿qué fue lo que escuchaste?
—Ayer fui al Bar y escuche una conversación de dos chicas, decían que vieron a tu novio con otra chava que no eras tú. Y al parecer iban a un hotel. Y si somos honestas a que va un hombre con una mujer a un hotel si no es para tener algo de intimidad.
—Y tú sabes que yo confío en él más que en nadie, además lo debieron de confundir.
—Lo único que sé es que eres mi amiga y no quiero verte sufrir por nadie y mucho menos por Edward. Y por si te da la curiosidad te mandaré el nombre y la dirección del hotel, para cuando él te diga que no te puede ver por x cosa, puedas ir y saber la verdad.
—¿De qué hablan? —preguntó Susan al llegar a la mesa.
—En que no me agrada Edward —contesto al momento Vale.
—Ya vas a empezar con eso otra vez, Vale ya deja de decir babosadas, a ti nada te da gusto.
—Mejor pidan la cuenta y dejémoslo así.
Después de que cada quien tomó su camino, no pude sacarme de la cabeza lo que Vale me dijo hace un momento. He conocido a Edward por más de dos años y jamás me dio a sospechar que me fuera infiel o que no sintiera amor por mí.
Y creo que no se me quitara la duda hasta que compruebe que realmente están equivocadas y que Edward siempre me a amado.
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Siempre te recordaré
RomanceUna amnesia que ayudó a mejorar mi vida y cambiar por completo mi destino y mi verdadero amor. Aunque no estés ante mis ojos siempre estarás presente en mi mente y mi corazón y siempre te recordaré con enfermedad o sin ella, con recuerdos o sin mome...