ˋ *Capítulo 3.* ˊ

994 87 20
                                    

La situación era fácil de describir. 

Una temperatura llena de bochorno y lluvia, un joven y un adulto juntando sus labios al caer la noche con un coche en marcha, algo bastante peculiar pero. . Siempre está bien salir de la rutina.

Max separó su sonrojado rostro del pelirrojo y sin poder escupir ni un balbuceó miró al suelo con ojos llorosos tratando de que ese mal trago se pasase lo antes posible. Sin más el pelirrojo mirando atónito al menor, tomó una gran bocanada de aire y tomó los hombros del pelinegro haciendo que mirase su rostro con firmeza, Max se encogió y comenzó a sollozar llevando las manos a su rostro.

-¿por qué has hecho eso? ¿realmente. . .Quieres a alguien que se supone que odias?- Dijo el pelirrojo con un tono suave y aún algo confundido mirando al menor.

Max dió un golpe en seco en el pecho de David con rabia abrazándole al instante, comenzando a llorar y escondiendo su rostro en el pecho del mayor. -¡¡Realmente crees que te odio, idiota?!- continuó llorando como el crío que era sobre el pecho del pelirrojo, éste suspiró y abrazó al pequeño consolándolo entre sus brazos. -Anda, ya está, solo. . .Cálmate.- Dijo mirando los ojos del pequeño al sostener su mejilla con cuidado para separarlo de su pecho. -¿Quieres que vayamos a alguna cafetería y lo hablamos con calma? si pasa algo es hora de que me lo digas en este momento.-

el menor suspiró y asintió con calma, cosa que el pelirrojo también hizo aparcando ese coche que le robó a su jefe, guardó las llaves en su bolsillo y tomó de la mano al menor, era gracioso como Max había crecido tanto en tan poco tiempo, David miró con ternura al menor y esté pasó a hablar. -Perdón por haber sido un cabrón, David.- El mayor comenzó a reír mirando al sonrojado pelinegro y contestó. -No has sido un cabrón, o al menos no mucho.- Era de las primeras veces en las que David no le reñía por haber dicho algún taco, cosa que le sorprendió y le hizo sonreír al menor.

caminaron un pequeño rato más en silencio ambos llegando al típico café de barrio, ambos cogieron un asiento afuera, les gustaba a ambos sentir el aire húmedo y el viento.

una amable camarera salió a tomar nota, a lo que el mayor pidió un refresco el menor hizo lo mismo. La camarera asintió y en menos de 5 minutos ya trajo dichas cosas, una vez ahí, Max tomó un sorbo de su refresco y suspiró. -David, escucha.-

esto atrajo la atención del ojiverde a lo que le miró con una sonrisa y asintió. - ¿si Max?- Max se estremeció un poco y continuó hablando con las manos puestas en el vaso el cuál gracias a unos dos cubitos de hielo estaba cada vez más frío, tomó aire y habló. -No quiero  volver a casa, pero a la vez tengo miedo de ir a una casa de acogida.- El mayor sorprendido levantó sus cejas y se acercó un poco al menor , trató de seguir manteniendo su optimismo y continuó hablando. -¿que ocurre con tus padres?-  el menor tomó un largo suspiro y con algo de inseguridad pasó a dar su respuesta tomando un pequeño sorbo del refresco que acababa de pedir. -Verás.- Dijo secamente. Hizo una pequeña pausa y continuó hablando con algo de tristeza en su rostro. -Mis padres. . - Volvió a quedarse sin palabras mordiendo su labio inferior con lágrimas en sus ojos de un color tan extraordinario, el cuál era una perfecta mezcla entre azul y verde.- Mis padres usualmente suelen abusar de mi, utilizarme o. . .Simplemente agredirme por diversión. Estoy tan harto, yo no quiero volver, David, me duele demasiado ¿no lo entiendes, imbécil?- Max comenzó a notar las lágrimas bajando por su rostro, y, avergonzado, trató de limpiarlas lo antes posible con las mangas de sus sudadera, realmente se sentía avergonzado.
David le miró impresionado, no pensaba que la situación fuera tan crítica y arqueo sus cejas con tristeza acariciando la cabeza del pequeño, el pelirrojo realmente también tenía ganas del llorar.-Max, yo. . .Lo siento, nunca llegue a pensar qué. . .- Dijo David tratando de calmar al menor, este tan solo quito las manos de su rostro y se dejó acariciar mientras sollozaba, realmente David se sentía muy mal por no haber hecho nada durante todos esos veranos que conocía a Max, y ahora, podía entender un poco más por qué era así con él.

el pelirrojo suspiro y rasco su rostro tratando de pensar algo, Max, interesado en esa acción le miró con sus ojos cristalizados aún de haber llorado y este sonrió. -Max, quizá suene algo raro, pero, quizá lo mejor sea que te quedes conmigo hasta que esto se arregle, tengo que ayudarte a conseguir una buena familia y. . .Sinceramente me importas demasiado como para que te hagan semejante cosa.- Max asintió y rápidamente se levantó de su silla abrazando a David con fuerza y rapidez, casi tirando los mismos refrescos que había sobre la mesa.
El pelirrojo acarició la cabeza del menor mientras esté lloraba en su pecho. -Ya está. . .Estás conmigo, peque.- Susurro el mayor con ternura mientras el menor abrazaba el delgado pero bien proporcionado cuerpo del mayor.

La noche rápidamente se echo encima, el ambiente, de forma asombrosa a unas horas antes, era mucho más húmedo y frío, debido al cambio de campo a ciudad.
Max se separó de David con una sonrisa, tenía las mangas de su sudadera remangadas, a lo que algunos de sus moratones o heridas eran visibles, y pocas no eran.
David acarició los brazos del menor y volvió a sonreír. -Vayamos a mi apartamento. - hizo una pequeña pausa dirigiendo una mirada hacia la calle.- Tengo algo de pizza en el frigorífico, o si lo prefieres, podemos pedir algo.- Max asintió bastante feliz.
David se levantó de la silla, dejando los dos dólares que costaron los refrescos sobre la mesa, y tendió una mano a Max, el cual la tomo.- ¿Vamos al ir caminando?- preguntó curioso el menor.- Eh. . .Sí, vivo al dos calles.- Contestó David algo nervioso, aunque, sin malicia, era David al fin y al cabo.

Ambos caminaron de la mano con calma bajo esa noche ciertamente nublada, poco a poco se comenzaron a escuchar truenos, a lo que Max forzó su agarre con David. -Mierda.  ¿eso era un trueno?-
Pregunto el pelinegro asustado. -Sí, eso creo, hoy no será una noche  tranquila.- el pelirrojo revolvió su cabello echándolo hacia atrás, y repentinamente señaló a un portón.
-¡Es aquí!- Exclamó enérgico el mayor sacando las llaves del bolsillo de su pantalón abriendo el portón.
Este, la verdad, era como cualquier portón de una edificio, un sofá, buzones, escaleras. . .

Ambos subieron por el ascensor sin decir ni pío hasta llegar al dicho piso, el cual, era el séptimo.
David salió aún tomando la mano del menor y abrió las puertas de su casa. -Desde ahora, esta también es tu casa ¿si?- Dijo el mayor con una expresión tierna en su rostro dejando entrar antes al pequeño, después de que este entrase, entro el.

La casa del pelirrojo realmente era bastante bonita, tenía incluso cierto toque basado en las casas rurales, predominaban los colores burdeos, marrones y beige. Las paredes estaban pintadas a mano menos el salón, el cual tenía papel pintado y era la habitación que conectaba todas las demás habitaciones de la casa. Tenía cocina abierta, la cual era muy luminosa y limpia, en el salón un gran sofá, detrás una mesa de comedor, una televisión ciertamente grande, una estantería de libros, lejas.  . .
También tenía un ordenador portátil sobre la mesa que comprendía el espacio entre la televisión y el sofá.

La habitación tenía un cierto olor a cereza, debido a un ambientador que David tenía colocado en su mesita de noche. Tenía una pequeña lámpara, y la cama estaba bastante bien hecha.
Tenía una cómoda a los pies y un armario al lado derecho, también un escritorio donde tenía varios libros, quizá estaba estudiando algo, y un pequeño espacio donde dejar sus zapatos.

El baño era bastante normal, tenía bañera y ducha, un lavabo, un retrete. . .Realmente no era algo que destacase mucho, y por último, su habitación daba a una terracita bastante mona y bien decorada con varias plantitas, un pasatiempo de David, era cuidar plantas.

Max se sintió bastante acogido desde el primer momento en una casa que, aunque sólo fuera de una persona, le transmitía mucha paz.

El pelinegro decidió caer agotado al sofá, realmente se caía de sueño. -David.- dijo secamente llamando al mayor.  Este acudió en seguida poniendo las manos en su cintura.  -Dime, peque.- Max sonrojo su rostro y suspiró mirando a otro lado. -¿podrías dormir conmigo?-David sintió su cara arder unos instantes, pero tampoco pudo decir que no, así que, solo asintio.

Aunque. . .¿Por qué se sentía tan nervioso?
.
.
.

♡《Quiero estar solo.》♡|(Maxvid~CC)| ( P A U S A D A)Where stories live. Discover now