Tensión en Las Palmas.

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Martes, 29 de mayo de 2018.

               Raoul Vázquez está nervioso, tal vez demasiado nervioso. Es comprensible, ya que es la primera vez que va a ver a su chico después de su discusión fuerte, hace un mes. El joven catalán, sin embargo, no puede quitarse de la cabeza los gritos de Agoney y los suyos en respuesta en aquel día de abril.

Se siente un tonto, no tenía que haberle negado nada a Agoney, él sabía que su chico estaba muy mal después del fallecimiento de su madre, uno de los grandes apoyos del canario durante su vida. Pero él se limitó a contestar, y luego, no recuerda cómo, se vieron envueltos en la peor pelea que ambos habían pasado, una pelea que nunca tuvo que haber tenido lugar... y que sin embargo ocurrió.

Después de eso, se habían dejado de seguir en las redes sociales y no habían querido saber el uno del otro. Pero el enfado duró pocos días, ya que Raoul no podía dejar de pensar en él. Le necesitaba. Durante días el barcelonés había estado llamando a Agoney y mandándole mensajes por Whatsapp, pero no había obtenido respuesta. Por ello, había desistido de sus intentos de arreglar las cosas. Le dolía, no aguantaba no poder verle, ni besar sus labios, ni escuchar que le hablaba. Quería creer que estaría ahí para él. Pero sabía que tenía que verse con él en la gira de Operación Triunfo, incluso cantarían juntos Manos Vacías.

Eso trae un recuerdo a la mente de Raoul, que sentado en uno de los sillones del vestíbulo del hotel Iberia, no puede evitar pensar en el beso que se dieron delante de más de 17.000 personas en el concierto del Palau. En su momento se sintió muy feliz por todo, pero ahora tiene que contenerse. El rubio sabe que cuando vea a Agoney va a querer unir sus labios con los del canario, y que no va a poder evitar perderse en la mirada de su ex novio. Es algo que, a pesar de todo, echa muchísimo de menos. Pero está seguro de que si lo hace, recibirá un golpe aún mayor: el del rechazo. 

¿Cómo va a convivir con ese sentimiento durante los meses que quedan de gira? Se quiere echar a llorar, de rabia, de culpabilidad. Porque él tiene la culpa. Le dan ganas de gritar al mundo por qué coño la vida es tan difícil que hace que las personas se vuelvan idiotas, desconsideradas, insensibles. Quiere saber por que no existe el perdón. Por qué no hay vuelta atrás... ¿tal vez porque debe enfrentarse a la situación con el joven moreno que llega directo a él? Sí, Agoney se acerca. Y no sabe cómo se desarrollarán los acontecimientos. ¿Para bien o para mal?


               Agoney ha tomado una decisión. Va a ser muy dura, y más aún si tiene en cuenta la perspectiva de los meses que debe pasar con él. Estos últimos tiempos no han sido en absoluto nada buenos para él, la presión de estar en el punto de mira de toda España, unido a la muerte de su progenitora (suceso del que aún no se ha recuperado) y la gran pelea con Raoul, que había acabado muy mal. Sabe que debe volver con su chico y apoyarse más que nunca en él, pero todo queda muy reciente. Y en el día de la vuelta a la gira prefiere dejar clara su opinión sobre lo que ambos deben hacer con respecto de su relación.

Así que se acerca al rubio, que al verlo se levanta, claramente nervioso. Por supuesto, Agoney también lo está. Raoul ha significado tanto para él desde que comenzaron a hacerse amigos y luego novios, que cree estar en una pesadilla desde que lo perdió. Su única esperanza es que las aguas vuelvan a su cauce y retomar su relación. Por ello cree que decir lo que va a decir es lo mejor, así que adopta una expresión fría para que no se le note lo que siente. No quiere decirlo, pero teme perderle para siempre si los acontecimientos no se desarrollan como deben.

— No hace falta que te levantes. Tengo que hablar contigo.

A Raoul comienzan a flaquearle las piernas, y al principio queda paralizado por el miedo. ¿Qué irá a decirle el joven al que al principio no aguantaba pero que luego se convirtió en uno de los pilares de su vida? No cree ser capaz de aguantar otro golpe, y sabe que si su canario estuviera en su lugar lo soportaría menos. No le gusta nada estar así, pero toma asiento.

— Dime, Agoney. — intenta que su voz parezca serena. Y no es capaz de mirarle a los ojos por la vergüenza. 

Por su parte, el moreno lo percibe y se le rompe el corazón. Le duele verle así, y más porque sabe que lo que va decir le va doler a ambos. Siente la necesidad de abrazarle y protegerle, de decirle que siempre estará a su lado. Pero como no sabe cómo reaccionará, se limita a acariciarle el hombro, aunque bloquea su mente antes de que los recuerdos al hacerlo le invadan.  Se le encoge el corazón, pero tiene que pronunciar las palabras antes de que le sea imposible hacerlo.

— Escucha, tú has sido muy importante en mi vida estos últimos meses, y nada habría sido lo mismo sin ti. Pero han pasado muchas cosas y creo que después de eso... — frunce los labios y traga saliva antes de continuar. — deberíamos darnos un tiempo. 

Ambos procesan lo que acaba de decir Agoney, él no se arrepiente de que esa frase haya salido de sus labios, aunque no creía que fuera a reunir el valor para pronunciarla, y a Raoul le ha sentado como un jarro de agua fría. A pesar de que era lo mejor que podía esperar. 

Sin embargo el simple hecho de tener la mano del moreno sobre una parte de su anatomía reconforta a Raoul, y sabe que tiene que respetar la decisión de Ago. Alza la cabeza y fija sus ojos, vidriosos por las lágrimas que pugnan por salir, en los de su chico, que le miran expectantes. Y no puede evitar que una lágrima corra por su mejilla mientas le dice.

— De acuerdo. Pero quiero que sepas que pase lo que pase, aquí me tienes, y nunca dejaré de quererte.




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⏰ Última actualización: Jun 05, 2018 ⏰

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