Historia con título

Capítulo 2

Al llegar al concierto ya me estaban esperando. No se como siempre me las arreglo para llegar tarde todo el tiempo. Nos acercamos lo más que pudimos al escenario y aún así estábamos realmente lejos. Como siempre la banda llegó un par de horas tarde, esos tipos se creen todas unas estrellas del rock. Era un evento gratuito así que nadie hacia escándalo por la espera. Nosotros nos dedicamos a conversar. Para ser honesto mis amigos me dan un poco de dolor de cabeza, pero es inevitable pues la desventaja de que sean listos es que son presumidos sin intentarlo.  Vic es mayor a mi con un año, le falta poquísimo para graduarse y es el mejor estudiante que he conocido en la vida. El maldito es listísimo y lo sabe, con él sino inicias la conversación respecto algún tema comenzará a hablar de sus clases y maestros, eso hay que evitarlo a toda costa así que siempre que lo veo empiezo a preguntarle cosas como; que libro está leyendo o como va con su novia, eso si que lo mantiene entretenido, una vez que ya se entabla una conversación normal Vic se transforma en un tipo genial. Solía ser scout cuando era pequeño y vivía todo tipo de aventuras durante las excursiones a las que iba, esa es la parte que me agrada de él, extraña tanto las excursiones que siempre quiere ir de campamento o de viaje a la playa con nosotros. 

Por el otro lado estaba Sid, que era incluso mayor a Vic, me llevaba dos años de edad y ya estaba en la universidad, ¡Que pesado es el tipo cuando le preguntas como va la universidad!, intenta restregarte en la cara lo maravilloso que se lo pasa a diario, por lo tanto también hay que evitar tocar el tema estudiantil con él. Estudia no se qué de de filosofía y también es muy buen estudiante, cosa que no deja de sorprenderme pues el tipo es descuidado a muerte. A él lo conocí en el colegio, en ese entonces los chicos de mi salón se la pasaban el día entero hablando puras sandeces, no me quedaba más salirme del salón tan pronto como pudiera cuando no habían profesores a cargo en la clase. Un día de esos me encontré afuera con Sid y empezamos a charlar, él estaba fumando y me ofreció un cigarro, yo acepté a pesar de que no fumaba y en cuanto le dí la primera soplada fue evidente que no lo hacía a menudo. Sentí como si me hubiese comido un puñado de canela con sabor a humo, Sid se rió en mi cara y me empezó a decir lo mucho que me parecía a su hermano menor, pensé que lo decía porque había muerto o algo así, pero no fue nada de eso. Cuando lo conocí mejor me contó que no tenia hermanos, que solo había dicho eso para ver que tanto llegaba a querer parecerme a su hermano inexistente. Menudo tipo, sin embargo es un charlador impecable, puede hablarte de un comercial de lavaplatos que vio en el televisor suene como una parte crucial de la historia actual del país.

La banda empezó a tocar, tocaron un par de canciones originales y luego puros covers de bandas de la década de los setenta. De haber sabido que harían eso no hubiese esperado dos horas a que se dignaran en llegar. Lo peor de todo fue la audiencia, bastaba que el cantante anuncie la canción que iban a tocar y de pronto todo el público rugía como si su vida dependiera de ello, lo que seguía era que interpretaran la canción con tal descuido que terminaban tocando otra canción al final o inventándose las ultimas estrofas. Sin embargo Vic y Sid parecían pasársela bien. Decidí quedarme para acompañarlos y luego ir a  comer algo, moría de hambre desde que salí de casa y el estruendo inconsistente de los amplificadores retumbando en mi estomago me recordaba a cada minuto que debía comer algo.

Al finalizar el concierto, mientras nos dirigíamos hacia la plaza de comidas me hice el sordo todo el camino mientras mis amigos hablaban de lo bien que tocaron tal y cual canción. Me adelante un poco a ellos para no tener que escucharlos, pero daba igual que tan lejos estaba pues todos los asistentes del concierto tuvieron la misma idea de ir a la plaza y todos hablaban a gritos de lo mismo. A penas llegamos al lugar donde ibamos a comer se sintió el calor abrazador de un lugar repleto de adolescentes hambrientos. Terminamos comiendo de pie unas hamburguesas, el lugar era tan pequeño que las resplandecientes bombillas de luz colgaban justo arriba de nuestras cabezas. Intenté contarles que había decidido dejar la escuela pero era imposible con tanto ruido. Me limité a comer mi hamburguesa a la cual le faltaba el pan de la parte de abajo y a escucharlos conversar a gritos sobre un profesor que ambos conocían, aparentemente este profesor salía con una estudiante y esta quedó embarazada, Sid dijo que la había visto en el concierto.