Just Coffee

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Era una tarde de invierno en la ciudad. Simplemente quería salir y hacer algo distinto, entonces, me decidí por ir a caminar.

Llevaba mi tapado favorito pero aún así sentía algo de frío. ¿Qué mejor idea que ir a "Just Coffee" y tomar un vanilla late?

Entré a la cafetería y ordené. Recibí mi pedido al instante ya que no había muchos clientes en la fila. Pero sí los había en el resto del local, por lo que me fue difícil conseguir un lugar.

Una vez que pude, me acomodé en un asiento que estaba al lado del gran ventanal del segundo piso. Era una mesita pequeña acompañada de dos sillas.

Miraba por la ventana cuando estaba por dar el primer sorbo a mi café, pero una voz me interrumpió sacándome de mis pensamientos y de mi vanilla late.

'Disculpe, ¿le molestaría si me siento a su lado, señorita?' me dijo con una gran sonrisa. Al mirarlo no podía creer que sea él. Lisandro Martínez, el defensor de Phoenix FC, mi equipo de fútbol que tanto amo y del cuál soy fanática. Él es uno de los jugadores más lindos del plantel y le había puesto los ojos encima desde que llegó al club. Por su puesto que nunca pensé encontrarme en la situación en la que ahora estaba, teniéndolo en frente mío y pidiéndome compartir la mesa.

'No encontré asientos disponibles en el local y pensé que podríamos compartir el lugar. Claro, si no le molesta...' habló con un tono algo dudoso al ver que no salía una sola palabra de mi boca.

'Sí, claro. Puedes sentarte, no es molestia,' pude pronunciar finalmente.

'Mi nombre es Lisandro,' dijo una vez que se ubicó en la silla que estaba frente a la mía.

'Mia, un placer,' respondí con una amplia sonrisa y un tanto sonrojada.

Una siempre tiene sueños locos en donde conoce a esos famosos que tanto le gustan, pero de ahí a que sucedan y más cuando una no se lo espera, te toman por sorpresa.

Estaba algo nerviosa, así que tomé un sorbo de mi café y dirigí la mirada hacia la ventana. El silencio se volvía un tanto incómodo hasta que habló nuevamente.

'Espero que no hayas estado esperando a alguien, no me gustaría haber arruinado el momento,' dijo en tono tímido.

'Tranquilo, no esperaba a nadie,' sonreí. Él hizo lo mismo y no pude evitar sonrojarme. Tenía una sonrisa tan linda que por dentro sentía que me derretía.

'¿Puedo preguntar que te trajo por aquí?'

'Claro,' reí, 'solo quería salir a caminar un rato, tomar un poco de aire. Pero está haciendo mucho frío, entonces pensé que sería una buena idea parar a tomar un café,' me encogí de hombros. '¿Y a ti?'

'Bueno, tenía el día libre. Quise salir un rato y paré por lo mismo. Y si te soy sincero fue de las mejores decisiones que tomé en el día.'

'¿Por qué?' lo miré extrañada.

'Porque de no haber parado nunca te hubiera conocido' dijo sonriendo algo tímido. Pude notar como sus mejillas se tornaban algo rosadas al igual que las mías, por lo que sonreí y agaché la mirada. Si bien lo encontraba atractivo y creía que era simpático, ahora que lo estaba conociendo lo veía mucho mejor de lo que imaginaba. Era educado, respetuoso, alegre. Pero no debía confundirme, él solo se encontraba sentado en frente mío porque no había otro lugar disponible en todo el local. Al recordar esto hice una mueca un tanto triste. Él, que no me había sacado los ojos de encima, lo notó al instante.

'¿Dije algo malo? Te pido disculpas...'

'No, es solo que estás sentado en frente mío porque no había asientos disponibles. De todos modos no tuviste opción de elegir...'

'Podría haberme ido, Mia. Y acá estoy, acá estamos. Te vi y me pareciste muy bonita, siéndote totalmente sincero. No dudé en acercarme y hablarte. Quería conocerte,' bajó la mirada apenado.

'Tú también me pareces muy bonito, si vamos a hablar con sinceridad. La verdad es que te conozco desde hace tiempo y siempre pensé que podías ser simpático. Pero ahora que hablamos veo que realmente lo eres. Fuiste bueno conmigo, educado, cosa que no muchos lo son hoy en día. Te pido disculpas si mi comentario te hizo sentir mal.'

'No hay problema,' dijo mirándome y ambos soltamos unas pequeñas risitas. 'Por cierto, creo que me acordaría si te hubiera visto antes,' agregó pensativo. Volví a reír por eso.

'Resulta que juegas en la primera de Phoenix y es mi equipo. Soy fanática, los sigo mucho. La verdad es que me encanta el fútbol.'

'Eso lo explica todo. Y ya que me conoces podrías contarme sobre ti.'

'No te conozco tanto, solo sé algunas cosas. No te creas mucho,' volvimos a reír. Claramente no podíamos dejar de hacerlo ya que lo estábamos pasando muy bien en compañía del otro.

'Bien. Soy Lisandro Martínez, juego al fútbol en la primera de Phoenix FC y estudio abogacía. Estoy haciendo la carrera a paso de tortuga, voy recién por el primer año y hace dos y medio que la estoy cursando.' Pude notar en su voz que sentía un poco de pena al decir esto último.

'Creo que es algo muy valioso que te encuentres haciendo una carrera universitaria siendo un futbolista de un club tan grande como lo es Phoenix. No deberías apenarte por estar en primer año. Te tomará tiempo hacer la carrera, pero lo que cuenta es la intención y lo estás haciendo muy bien.'

'Muchas gracias. Pero ahora cuéntame sobre ti.'

'Soy Mia Vietto, tengo veintiún años. Soy organizadora de eventos, por lo que, como te imaginarás, organizo todo tipo de eventos. Pero me especializo en bodas, soy wedding planner.'

'Interesante. Debes tener mucha paciencia para no enloquecer entre tantos pedidos de los novios.'

'Paciencia, un buen equipo. Es todo un trabajo en conjunto.' Miré la hora y me di cuenta de que se estaba haciendo tarde. Pronto anochecería. 'Lamento tener que cortar este momento, pero debo volver a mi casa. Un gusto haberte conocido.'

'El gusto es mío, pero debo reconocer que no quiero que te vayas. Me gustaría que te quedes un rato más.'

'Me encantaría pero debo irme, se está haciendo tarde y tengo que llegar a mi casa antes de que anochezca. Lo siento.'

'De acuerdo...' hizo una breve pausa. '¿Puedo pedir tu número? Me gustaría que volvamos a vernos.'

'Claro,' dije tímida. Sacó su celular y lo anotó. Luego me levanté de mi asiento, nos saludamos con un beso en la mejilla y salí del lugar.

Después de media hora y una vez arriba del tren esperando a que salga de la estación, saqué mi teléfono para ver la hora. Vi que tenía un mensaje de un número desconocido. Al abrirlo decía: 'Gracias por haber accedido a que compartiéramos el asiento, no tenías por qué pero aún así lo hiciste. Por cierto, se te cayó una pulserita. No te preocupes, la tengo conmigo. Creo que es una buena excusa para verte de nuevo, linda. Lisandro.'

Miré mi muñeca y vi como la pulserita realmente no estaba. Había sido un regalo y me gustaba mucho. No había notado que no la llevaba hasta leer su mensaje pero me alegró saber que estaba en sus manos. 'Gracias por guardarla, nos vemos pronto,' respondí y guardé mi celular justo cuando el tren se puso en marcha.

Estaba regresando a casa y sin dudas había tenido la tarde distinta que tanto estaba buscando y que, sin querer, encontré. 

Just CoffeeWhere stories live. Discover now