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CAPÍTULO DOS: EL PROBLEMA
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El problema comenzó cuando yo tenía once años.
— ¿No piensas que Fumiko es linda? —me preguntó Sicheng cierta tarde de verano.
Observé a la niña que había capturado la atención de mi mejor amigo y no lo entendí.
Era blanca como la nieve, de cabello rizado y pecas por todo el rostro; tenía una nariz rosada y pequeña y siempre vestía de rosa.
—No realmente.
—Pues a mi me parece la niña más linda del mundo, voy a pedirle casamiento algún día —me comentó con tono risueño.
—Pero ella es... —una niña, quise decir. Pero no lo hice, sólo callé.
Después de esa confesión por parte de Sicheng, noté un cambio en él.
Ya no se metía en problemas, se había vuelto un niño aplicado y, bueno, ordinario.
—Mamá dice que es amor, que estoy enamorado —comentó cuando le pregunté qué le pasaba y acomodó su uniforme.
—Pues si el amor te hace cambiar, entonces nunca me voy a enamorar —decreté con enojo al ver cómo comenzaba a perder a mi mejor amigo.
Pero Sicheng no oyó, estaba demasiado ocupado viendo a Fumiko jugar con su muñeca.
Esa fue la primera vez que me sentí triste y lamentablemente, no fue la última.
A los quince años, llegó una niña extranjera al salón, Sicheng se emocionó mucho al descubrir que venía de la misma ciudad que él.
Y entonces, volvió a pasar.
— ¿No crees que Mei Lin es linda? —me susurró en el receso.
—No.
—Pues a mi me parece la niña más linda del mundo, además tenemos mucho en común —comentó con entusiasmo Sicheng.
Una acidez se instaló en mi estómago y dejé de oírlo.
—Ella también es de China, ¡como yo! Ayer nos pusimos a hablar en chino y me elogió por conservar el acento —rió tímidamente.
— ¿Cuándo hablaste con ella? —Fruncí el ceño, nunca me separaba de él y no recordaba aquella charla.
—Cuando estabas en el baño —le restó importancia—, me ofrecí a ayudarla, sabes, todavía le cuesta mucho el japonés.
—Claro, ¿por qué no?
Sicheng continuó hablando y halagando a la joven china que para mí no tenía nada de especial.
— ¡Me aceptó! Mei Lin aceptó ser mi novia —chilló un tiempo después mi mejor amigo.
— ¿Qué? —¿cuándo le había propuesto salir?
—Yuta, estoy tan feliz —sonrió ampliamente y me abrazó con fuerza.
Estaba feliz y por primera vez en mis dieciséis años, no pude alegrarme por él.
Empecé a sentir que algo no estaba bien en mí.
El tiempo pasaba y Sicheng y Mei Lin comenzaban a estar más tiempo juntos.
Llegó un momento en el que me molestaba estar cerca de ellos, sentía acidez estomacal y un gran nudo en la garganta.
Y entonces, sucedió; comencé a distanciarme de mi mejor amigo.
Cada vez que Sicheng me invitaba a pasar tiempo con él, me inventaba una excusa porque sabía que cualquiera fuera el plan, tendría a Mei Lin involucrada.
Sicheng aceptó mi distanciamiento sin rechistar, y creo que eso fue lo que más me dolió. Él no me buscó, pero nunca lo culpé.
Supuse que estaba tan ocupado siendo feliz que no se dio cuenta de mi ausencia.
En el mientras tanto, me ensimismé tanto en mis estudios que me convertí en el mejor promedio de la institución.
— ¿Yuta? —reconocí esa voz.
Estaba volviendo de la biblioteca y me lo encontré en la puerta principal de mi casa. Sus ojos se encontraban hinchados y su nariz roja.
— ¿Qué ha pasado? —me acerqué a él con preocupación.
—Mei Lin cortó conmigo —sollozó.
No me sentí feliz como había pensando que lo sería.
—Pasa —abrí la puerta y lo hice pasar.
Ignoré el dolor que había estado acumulando y lo guardé en una cajita con llave muy dentro de mí, Sicheng me necesitaba y yo no iba a negarle mi hombro.
Luego de dos horas de oírlo y contenerlo, me soltó con simplicidad algo que me derritió un poco.
—Te extrañé, Yuta.
—Yo también lo hice —nunca había sido tan sincero en mi vida.
—Prometo no volver a enamorarme nunca —elevó su dedo meñique y esperó que lo siguiera.
—Yo también lo prometo —juntamos nuestros dedos, sellando el pacto.
Sicheng sonrió ampliamente y yo me sentí pésimo.
Había cruzado mis dedos detrás de mi espalda.
Lo siento, Sicheng, no podía prometerte no hacer algo que ya había hecho.
Fui cobarde pero no me arrepentí, preferí mentirle a decepcionarlo.
Luego de eso, las cosas volvieron a la normalidad. Nos recuperamos mutuamente y fuimos felices por un tiempo, bueno, hasta que el amor nuevamente llegó.
Nos llegó.
A él y a mí.
Aunque si lo pienso bien, a mí me había llegado hacía mucho tiempo.

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N/A: Bueno, creo que el problema que Yuta tiene es muy claro, pero si no lo descubrieron aún, sólo les queda quedarse hasta que se aclare.
Sé que dije que la narración iba a centrarse en el presente pero todavía no podía suceder eso, me iba a saltar toda la explicación y no.
Estoy pensando en cambiarle el nombre a la historia así que no se asusten si les llega la notificación de que se actualizó una historia que no reconocen, seguramente sea esta.
Nos vemos muy prontooo♡

Star blossom↝ yuwinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora