CAPÍTULO 3

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Los personajes de INUYASHA no me pertenecen sino a RUMIKO TAKAHASHI
Esta obra pertenece a KIM LAWRENCE, ha sido adaptada y modificada por mí.
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Los personajes utilizados pueden contener Ooc.
Los personajes son todos humanos, la trama se ubica en un universo alternativo.
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Capítulo 3

Sesshomaru POV
El retiro rural de Sesshomaru estaba al final de un camino de tierra por el que a Kagome le pareció que llevaba dando brincos durante kilómetros y kilómetros.

El interior revelaba encanto antiguo a montones, pero Kagome no estaba de humor para apreciarlo. Aunque al mirar a su alrededor se le ocurrió que no era la clase de lugar que habría imaginado que podía gustarle a Sesshomaru. Demasiado kitch.

-Mi tía me lo dejó en herencia -explicó él, como si le hubiera leído el pensamiento, mientras ella le seguía más- al interior de la casa-. No llegué a ponerlo en venta y tiene la ventaja de hacerme inaccesible.

-Me sorprendes, no te había tomado por un tipo sentimental -su tranquilo desdén podía haberle sorprendido, pero no podía estar segura ya que el hielo de los ojos de Sesshomaru era imposible de interpretar.

Le puso alerta que él hubiera mencionado la palabra «inaccesible», lo que le hacía más consciente de la vulnerabilidad de su situación; sin embargo libró una exitosa batalla para conseguir enmascarar su miedo tras una expresión de calma.

-Encerrarme aquí no altera el hecho de que Kikyo te haya dejado. En realidad, mi hermana debe ser ahora...

-La señora de Naraku Onigumo -interrumpió él sonriendo.

Kagome se quedó boquiabierta.

-¿Cómo sabías que...?

Debía estar al corriente del engaño casi desde el principio, lo que resultaba espeluznante. Y ahora Sesshomaru acababa de dejar claro que también conocía los motivos del engaño. Como si respondiesen a una especie de radar, los ojos de Kagome se pegaron a esa mirada dorada, y la desapasionada crueldad que vio en ella fue peor que un estallido de violencia. Desde luego, no había pensado en que los motivos que le habían hecho llevarla allí fueran benevolentes-, pero ahora que Sesshomaru conocía su identidad y mucho más, se sintió seriamente alarmada.

-No he tenido que hacer grandes esfuerzos para enterarme de lo que tramaba tu hermana. Ya sabía lo de Aku Onigumo, aunque admito que creía que era historia.

Las luces de pared que Sesshomaru encendió proyectaron sombras que enfatizaron los esculpidos contornos de su rostro, confiriéndole una apariencia siniestra en opinión de Kagome.

-Ella lo ama.

-Ese hombre tiene mi más sincero pésame -contestó Sesshomaru con irónica formalidad inclinando la cabeza-. La duplicidad y el engaño, por lo general, no son cualidades que conviertan a una mujer en una buena esposa.

-Ha hablado el experto -dijo ella echando el pelo -hacia atrás con un brusco gesto.

La miró encolerizado. Le había tocado un punto flaco, -se dio cuenta por la rigidez de sus músculos faciales y por el brillo de sus ojos. Kagome asimiló esos pequeños cambios; pequeños, pero significativos. En el mismo instante, recordó los comentarios de la adolescente sobre la esposa de Sesshomaru.

-No me gustan los hombres que pisan a los demás, y es evidente que Kikyo también se dio cuenta de eso, aunque tarde. Imagino que la primera señora Taisho llevó una existencia algo menos que feliz.

-Naturalmente, encuentro profundamente interesante tu opinión -declaró él en tono de aburrimiento, pero Kagome notó que era puramente superficial y que los ojos de él empequeñecieron tras el último comentario-. Tu actitud es desafortunada. Sin embargo, estoy seguro de que le sacarás el mejor partido posible, dadas las circunstancias.

Esposa de ConvenienciaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora