Toda una vida

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—¿Qué te parece éste? —preguntó el chico a su amigo— ¡Jeno! ¡Hey, no me ignores!

—Lo siento, lo siento.—se disculpo el muchacho— solo no entiendo por qué me trajiste a mi y no a... No sé ¿Ten?

—¡Porque eres mi mejor amigo y fuiste el que me ayudó en un principio! —exclamó el muchacho, pasando su vista por las vitrinas de la joyería.

—Ten tiene más tacto para eso de elegir cosas bonitas, no yo. —se defendió el muchacho—yo no sé nada de anillos, para mi uno de plástico estaría bien.

—¡Ay, no entiendo como tu novia te soporta!

—Callate y sigue buscando el anillo.

Y así era amigo, ahí se encontraba Na Jaemin, a los 25 años de vida, en una joyería buscando el anillo con el cual le pediría por fin matrimonio a Huang Renjun.

Y es que el muchacho sabía que no se había equivocado en el momento en el que Renjun había aceptado ir con él a comer un helado luego de intentar enamorarlo en 8 minutos.

Vale, no fueron precisamente 8 minutos para que se enamorara el chino de él, pero había bastado el correr que lo meses para que lo hiciera.

Y sentía que ya era el momento.

Los años habían pasado y el chino aun seguía siendo el centro del mundo para Jaemin y el sabia que lo sería siempre.

—Aun me sorprende que Renjun hubiera aceptado ser tu novio. —comento Jeno mientras observaba a su amigo entrar en crisis al no encontrar un anillo lo "suficientemente bonito"—Ves, eso te pasa por dejar todo a última hora.

Jaemin llevaba planeando la pedida de mano desde hace muchos meses. Todo para su aniversario número 8, ¡y lo había preparado todo!

Había conseguido que la directora de su antigua escuela le prestara la biblioteca donde un día había hablado con Renjun, había logrado también apartar el lugar donde habían comido su primer helado juntos y también había planeado ir al lugar donde le había pedido ser su novio, y había sido un poco difícil teniendo en cuenta de que Renjun vivía con él desde hace ya unos años pero Chenle y Haechan lo habían ayudado bastante.

Y vaya detalle ¡Habia olvidado el anillo! y, si no hubiera sigo por Yeri, hubiera llegado a la propuesta sin el arito.

Era un desastre.

Y entonces, ahí estaba un día antes del gran día, buscándo el anillo perfecto.

—Renjun te aceptara así le pidas matrimonio con un trululu. —volvió a decir Jeno.

—¡Pero eso sería muy cutre!

—La forma en que le pediste que fuera tu novio tampoco fue muy ostentosa—le recordó el chico —en un parque, después de pisar caca, todo untado de barro después de dar bote hacia el piso. —Jaemin se tapo la cara al recordar eso— es serio, Renjun te debe amar mucho.

Pudo ser la peor pedida de noviazgo del mundo, Jaemin lo aceptaba; Ya llevaban casi 6 meses saliendo cuando sucedió, habían compartido muchos besos, muchos abrazos, mucho apoyo y Jaemin quería ponerle nombre de una vez por todas a su relación. Entonces en una cita lo había invitado a un parque local. El chico no contaba con que ese día lloveria a cantaros, ni mucho menos que se resbalaria con caca, cayendo en un charco de lodo; pero a pesar de todo, Renjun le había dado esa hermosa sonrisa tras una risa, y con el chico en el piso casi llorando de la vergüenza le había dicho que sí quería ser su novio para después llevarlo a su casa y permitir que se bañara en esta -y que hiciera otras cosas-

—Acompañame a comprar los trululus.—dijo el chico rendido, saliendo de la joyería junto a su amigo.

~×~

Toda una vida para que Huang Renjun esté junto a mi. [Renmin / Jaejun]Where stories live. Discover now