8

12.5K 1.2K 297
                                    

MIÉRCOLES, 06:43 AM

Taehyung estaba totalmente orgulloso de su enorme capacidad para mantener la calma en casi cualquier momento. Sin embargo, un profundo suspiro lleno de frustración salió de él cuando al abrir la nevera por ningún lugar encontró su yogurth bebible.

—¿Estas de jodiéndome? Hace dos días fui por mis compras.

Cansado y sin ganas de hacer un drama como el de la semana anterior -porque, oh, ¡sorpresa! Alguien se había comido su pasta-, se desplazó al otro lado de la cocina encendiendo la cafetera. No era fanático del café, pero debido a que no era exactamente temprano, no podía darse el lujo de prepararse un apetecible desayuno y tomarse tiempo de ingerirlo en casa.

Meneando la cabeza de un lado a otro, miró las ultimas gotas del liquido caer dentro de la taza llena en su punto exacto. La tomó entre sus manos y le dio un sorbo, sintiendo el liquido pasar por su garganta y la calidez inundar su cuerpo. Tan malo no había sido.

—¡Buenos días! —su intento de tranquilidad matutina fue interrumpido ante el grito de Jackson, que resonó por todo el departamento.

Segundos después el castaño entró a la cocina con una gran sonrisa, haciéndole saber a Kim que el grito había sido innecesario y solo le encantaba ser ruidoso.

Acostumbrado a ello, simplemente le ignoró.

—¿Vas a clases? —quiso saber Taehyung, rezando en su mente para que él dijera que si.

—No, Mark tiene que ir a no me ha dicho dónde y lo acompaño, pero te dejamos de paso —le dijo, abriendo la nevera y echando una vista panorámica para encontrar algo que comer. —¿Y tu yogurth?

El rubio apretó labio contra otro formando una línea recta antes de dejar la taza con café sobre la mesa y hablar: —No lo sé, dímelo tú.

—Mhm, yo no fui.

—Sabes que Jisoo los odia, no te sirve de nada mentir.

—Bien. Tal vez me tomé dos o tres. Pero juro que fueron los únicos —contestó con simpleza. Taehyung solo había comprado tres.

Kim decidió ignorar sus palabras para así evitar entrar en una crisis nerviosa, que fácilmente podía serle causada solo por alguien como Jackson.

—Oye, por cierto, ¿tienes dinero?

—Mhm… me queda algo —contestó sin interés, ajeno a las intenciones de su compañero al estar tan concentrado en el ultimo trago de su café.

—¿Me prestas?

—¿Qué cosa?

—50,000 KRW.

—¿Dinero? —dijo después de unos segundos, dejando la taza en el lavabajillas. —¿Más? Estás loco si piensas que este mes te prestaré dos veces.

Jackson parpadeo, viendo como el rubio lo miraba con seriedad. Hizo un puchero al tiempo que habló con voz melosa: —¡Por favooooooor! Taetae, ándale.

—Dije no. Nunca me pagas.

—Prometo pagarte a fin de mes, lo juro.

cliche .kookvWhere stories live. Discover now