s i e t e

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Hoseok nos empuja hacia dentro con una gran sonrisa. Yo intento frenarle y salir de vuelta a la calle, pero me empuja con más fuerza cogiéndome por ambos hombros.
A pesar de que apenas eran más de las 11 de la noche, la gente ya estaba bastante borracha y, al entrar al salón, un olor a alcohol etílico y a sudor me dio una bofetada en toda la cara.

— ¡Bienvenidas, bienvenidas! —grita Hoseok soltándonos en medio del salón. Algunas personas se giran hacia nosotras por sus gritos -suenan incluso más que la música- y otras están tan ebrias que ni se dan cuenta— Ahora os traigo algo para beber —se va hacia la cocina y, a su paso, va saludando a la gente con alegres apretones de manos.

— ¡Al final sí que habéis venido! No esperaba menos de ti, Hye —se acerca a nosotras con una pequeña sonrisa y me da un abrazo y un ligero beso en la mejilla— Sentaros —dice Tae cogiéndonos de las muñecas y llevándonos hacia el único sofá que hay.

— Tío, todavía no han pasado ni dos horas, ¿como puedes estar tan mal? —le habla Tae a alguien tumbado en este, sus pies sobresalen por uno de los laterales. Es Jungkook.

— Déjame... —murmulla con un gruñido. Tenía varios vasos vacíos a su lado, demasiados, y no de agua precisamente.

No sé ni como sigue consciente...

¡Vale! —alegremente, Tae lo coge del costado y lo hace rodar por el sillón hasta tirarlo al suelo— Listo, podéis sentaros.

Hacemos lo que nos dice y él se sienta entre nosotras. Jungkook está entre mis pies, no ha protestado cuando se ha estrellado contra la alfombra blanca del salón. Le doy pequeños golpes con el pie en el brazo derecho. Se ha movido. Por lo menos sé que no se ha muerto.

Tae me pasa un brazo por los hombros y acerca su rostro al mío. Puedo sentir su respiración en el cuello y su mirada clavada en mí.

— Estas muy guapa, se me olvidó decírtelo —con la mano, me coge varios mechones de pelo y los sujeta detrás de mi oreja.

— Gr-Gracias —respondo mirando al suelo, mis mejillas empezaban a encenderse.

— ¡Ey! Quieto —el brazo de Tae desaparece de mis hombros y se aleja de mi— Que esta Namjoon ahí, no hagas eso.

Gracias Jimin.

Namjoon está con la pava esa, ni si quiera se ha dado cuenta de que Hye está aquí —protesta Tae intentando acercarse de nuevo a mí.

— ¿Estas seguro? —con una sonrisa juguetona, Jimin señala con el dedo una esquina del salón. Es Namjoon, mirándonos fijamente sin ninguna expresión en el rostro. Mirándome — ¿Ves? Quítate antes de que se levante y te parta las piernas.

Con un resoplido, Tae se levanta apoyándose en mi pierna. Haneul inmediatamente acorta la distancia entre nosotras y se sienta en su lugar entrelazando su brazo con el mío.

— Eso ha sido muy incómodo. He estado a punto de pedir una velita y un mechero —dice mientras observa a Tae alejarse.

Jimin se pone delante de nosotras, se agacha donde está Jungkook y coloca el dedo índice y corazón en su cuello.

— Sí, está vivo. Ya lo empezaba a dudar. No soporta muy bien el alcohol. Por cierto, ¿queréis beber algo?

— Ya ha ido Hoseok a por... no sé, algo —contesta Haneul mirando hacia atrás en busca de alguna señal de vida de Hoseok. Me da la impresión de que va a tardar bastante en volver.

— Tomad —alarga el brazo hasta una mesita que está al lado del sillón, coge una botella y la lanza a las manos de Haneul— Es mía, no os preocupéis —dice al ver la cara de asco de esta — Bebed, emborracharos, divertiros, haced locuras, no sé, pero haced algo, no os quedéis sentadas ahí toda la noche, me deprimís hasta a mí.

Rain [Kim Namjoon]Where stories live. Discover now