7. ¿Que lo sientes?

1.4K 102 39
                                    

Estaba tumbada en mi cama dormida y de repente sentí un peso encima, cosa que hizo que me despertara de golpe, era Miriam, la cual posó mi sus manos en mis caderas y empezó a darme besos por el cuello.

-Miriam... ¿Q-qué haces?

-Shh... Calla y disfruta

-Pero Miriam que soy hetero...

-Que te calles coño

-Y las chicas...

De repente me calló dándome un beso en los labios, nuestras lenguas empezaron a juguetear y Miriam empezó a explorar mi boca con la suya al igual que yo, era una sensación que me estaba gustando, pero no estaba entendiendo por qué lo hacía.

Nos separamos para coger aire y volver a besarnos como estábamos haciéndolo, pero Miriam cambió de idea y empezó a tocarme las tetas y a masajearlas mientras que me susurraba en el cuello y me daba besos.

-¿Sigues siendo hetero?

Yo sólo podía gemir y jadear así que ella siguió lo que estaba haciendo, me quitó la camiseta y el sujetador y empezó a besar mis pezones y todo mi pecho haciendo un recorrido de besos empezando por el cuello hasta acabar en mi barriga, donde empezó a jugar con el elástico de mis bragas.

-Miriam... Creo que deberías parar...

-¿Prefieres dedos o...?

-Miriam...

-Responde Amaia

Realmente deseaba que me hiciera todo lo que quisiese, pero quería parar, esto se estaba yendo de las manos.

Miriam me quitó los pantalones seguidos de las bragas, y empezó a besar mis ingles hasta que llegó a mi vagina, donde metió un dedo que hizo una reacción positiva en todo mi cuerpo, mis caderas se alzaron pidiendo más, y Miriam me dio lo que quería hasta que llegué al orgasmo jadeando y gimiendo como nunca antes lo había hecho.

Me había hecho sentir muy bien y quería devolvérselo.

-Ahora te tumbas tú

-Mm... Me pone que seas así de atrevida pequeña Amaia...

Me lancé a ella y la acabé tumbando quedando yo sentada sobre ella, no me entretuve en besarle el cuello y fui directa a lo que queríamos, a lo que ella quería que le diese y a lo que yo quería darle.

La desnudé por completo y empecé repetir lo que había hecho ella con movimientos suaves mientras que también depositaba besos hasta que llegó al orgasmo y acabamos las dos abrazadas y desnudas.

Y de repente me despierto.

Miro a mi alrededor y veo que Miriam y todas las demás están dormidas en sus camas.

Todo había sido un sueño.

¿Y por qué coño había soñado algo así? ¿Me gusta Miriam? No, sólo es que me he puesto cachonda un par de veces por ella, pero, ¿gustarme? No creo, además ella nunca saldría conmigo.

{•••}

Después de desayunar me fui a la azotea con Mimi, Fayna y Thalía (que esta última a veces viene con nosotras cuando Mireya le da permiso).

-Ay miren —dice Fayna—. Por ahí viene Vázquez

-Ay chica —se ríe Mimi—. Estás encoñadísima con él

-Es que está buenísimo, las cosas como son

Y Vázquez se acercó a nosotras, y pensaba que a Fayna de un momento a otro se le iba a salir el corazón.

-Romero, tienes un vis a vis

-¿Qué? ¿Con quién?

-No lo sé, a mí sólo me han mandado a que te lo diga y punto, venga, vamos

Gruñí y bajé allí, y cuando llegué, ahí estaba Alfred, el cabrón de mi puta vida.

-¿QUÉ COÑO HACES TÚ AQUÍ?

-Amaia... Quería hablar contigo

-¿HABLAR? ¿DE QUÉ? ¿QUIERES QUE HABLEMOS DE CÓMO ME ARRUINASTE LA VIDA?

Vázquez me llamó la atención así que tuve que parar de gritar y sentarme.

-Amaia, esto va a ser rápido y conciso, te lo voy a soltar ya: Tienes que quedarte embarazada

-¿QUÉ? ¿Y qué hago yo con el bebé? ¿Educarlo aquí dentro los cinco años que me quedan de cárcel?

-Hay más posibilidades de que te dejen salir de la cárcel si tienes un bebé

-No Alfred, no, no me van a dejar salir aunque tenga ocho bebés, voy a estar aquí cinco putos años enteros por tu culpa y ya está, ¿lo entiendes?

-Amaia... De verdad que lo siento

-¿QUE LO SIENTES? ¿EL QUÉ SIENTES ALFRED?

-Siento mucho que hayas acabado en la cárcel por mi culpa

-Alfred con todo el dinero que tienes tendrías para pagar diez veces mi fianza, pero no, ahí estarás en tu casa tan tranquilo con tu puto trombón, que lo cuidabas más a él que a mí

-Amaia te estás pasando, basta

-Mira, ¿sabes qué? Que paso de perder el tiempo con un hijo de puta como tú, y que la idea de quedarme embarazada seguramente te la habrán dado mis padres, así que meteros vuestra idea por donde os quepa, ¿vale? Pues venga, adiós y no vengas a verme más, y disfruta de los cinco años de vida que te quedan porque cuando salga de aquí, date por muerto

Y me marché de allí indignada, ¿quedarme embarazada? ¿Para qué? Encima no sé cuidar ni de mí misma, ¿cómo coño quieren que cuiden yo de un bebé? Esto es acojonante.

__________

Bueno, es un poquito más corto pero creo que no hacía falta escribir más en este capítulo

No me matéis por lo de que la escena de sexo de amiriam sea un sueño, yo os cuero y lo sabéis

Love In Prison | AmiriamWhere stories live. Discover now