ESE NO SÉ QUÉ

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Capítulo IV. Ese no sé qué
No voy a mentir, pasaron dos semanas que no vi a Joel, no tengo idea de porque pero fue muy triste y me sentí pésima. Llevaba ya un mes en el restaurante, Raphael me había felicitado y cuando llegó el domingo estaba dispuesta a ir por ahí a tomar fotos, no me imaginé que terminaría en el centro de la ciudad escuchando un grupo de chicos, les tome unas fotos mientras tocaban, a los que escuchaban y aquellos que pasaban, se sentía bien poder verlos a ellos y ellos a mí no, todo fue solo fotografíar por más de una hora hasta que lo vi ahí. Iba con dos de sus amigos y caminaban divertidos, les tome unas cuantas fotos de lejos y luego me distraje con el grupo de los que tocaban.

Eran cuatro chicos, dos cantaban y tocaban la guitarra y el bajo cada uno, otro tenía una batería y el cuarto tenía un teclado, la gente comenzó a amontonarse a su alrededor. Tocaban muy bien que en lugar de fotografiarlos quería grabarlos con mi celular, no lo hice, luego de un par de canciones al otro lado del grupo se acercó Joel con sus amigos, les tomé una foto con la banda sin que me vieran.

Me agaché para ver la foto y cuando volví a levantar mi vista ya no estaban, ninguno de los tres chicos, me saco de onda aquello pero decidí no tomarle importancia, ahora tenía muchas más fotos de Joel. Me di media vuelta y lo vi ahí, mirándome, me dedico una sonrisa y yo se la devolví, con un poco de torpeza apagué la cámara para que no viera nada y caminé hacia él, Joel hizo lo mismo y cuando estábamos a un metro de distancia me tomó de los hombros y me acerco a él, me dio un beso en la mejilla que le hizo sonrojar y luego nos volvimos a separar.

—Hace tiempo no te veía —inicio Joel, me agaché un poco para que no notará que el haberme besado la mejilla me hacía sentir algo— ¿Cómo has estado?

—Genial —respondí en voz baja y luego carraspee, me dieron ganas de darme una gran bofetada, por suerte no lo hice sino hubiese pasado más vergüenza de la que ya tenía, así que solté la cámara y me erguí, hablé un poco más alto y fingí tener confianza en mí misma, que gran mentira—. Un poco ocupado, sirviendo mesas.

Joel se echó a reír y su risa me hizo caer aún más en mi flechazo, sus ojos me atrapaban cada que los miraba y me gustaba más. Sonreí y luego busqué a sus amigos, que no estaban por ninguna parte visible para mí, así que me dediqué a verlo y él hacía lo mismo, sus ojos me miraban con atención, sus pupilas estaban dilatadas y su sonrisa seguía siendo hermosa.

—Tomas fotos ¿eh?

Estaba totalmente perdida en su rostro que había olvidado por completo que estaba haciendo yo ahí, miré mi cámara y luego a Joel y asentí, me hizo una indicación para caminar y avanzamos juntos sin rumbo definido.

—Vine aquí para estudiar fotografía —le conté, era un sueño hecho realidad, Joel, mi cámara, caminando y conversando—. Intento conseguir una beca para la universidad.

—Es grandioso —sonreí y luego Joel se detuvo, me giré a verlo un poco confundida—. Tómame una foto.

Me eché a reír y luego sonreí porque mientras más fotos de él tuviera más feliz sería, hacia poses divertidas y luego unas muy buenas, la luz de las farolas lo hacían ver muy bien, en un par de fotos hizo muecas raras que me hacían reír aún más. De pronto el se acercó a mí y extendió su mano, no comprendí que es lo que quería que yo hiciera y me quedé estática, al notar eso Joel tomó la cámara y nos tomó una foto juntos ¿te imaginas? ¡Una foto con él! Luego dos y luego tres, dios mío santo, tenía muchas fotos con Joel, en una estamos sacando la lengua, en otra hacíamos muecas divertidas, en otra más me dio un beso en la mejilla…

El tiempo se había detenido, no quería que ese momento terminará aunque fui consciente de que lo haría tarde o temprano, así que lo disfruté mientras pude. Luego de tomar bastantes fotos, nos sentamos en una banca a mirarlas, nos reímos y burlamos de nuestras caras en una, adulamos las buenas tomas de otras; me aduló por algunas otras fotos que había tomado antes de que él llegara, se me hizo un momento tan perfecto que olvidé que tenía fotos suyas ahí de hoy, las anteriores ya las había impreso, guardado y resguardado en memorias así que solo estaban las que le tomé con sus amigos, hasta que vio una, aquella donde se enfocaba en él y sus amigos, con la banda frente a ellos un poco borrosa, cómo si lo primero que debías ver era a los tres amigos que se reían, aunque básicamente esa era la idea. Al principio pareció sacado de onda y luego su rostro cambio a ser uno más sorprendido, pero no sorprendido de mal forma, sino uno que estaba más alegre de haber visto la foto, al principio me sentí avergonzada pero luego todo cambió, me sentí incluso orgullosa de mí.

—Es… —Joel se quedó en silencio unos segundos, me imagino que para buscar una palabra que quedara con su reacción— ¡Wow! Es increíble, eres muy buena en lo que haces.

—Gracias —dije en un susurro, aunque por dentro estaba saltando, bailando y demás por la emoción de escucharlo de él, del chico que me gustaba más de lo normal.

—Déjame ver más fotos tuyas —me tomó desprevenida su petición, que no pude hacer más que aceptar, de hecho prefería mostrarle fotos que ya había editado a las que acababa de tomar, saqué mi celular y entre a instagram, nunca fui la más popular o la mejor pero me gustaba compartir mi gusto por la fotografía con el mundo. Joel comenzó a ver cada una de mis fotos y con cada una hacia una mueca de admiración, sorpresa o gusto, nunca había visto a nadie hacer aquello—. Espero que consigas esa beca, eres realmente buena.

—Gracias —repetí, pero esta vez con más confianza, incluso orgullo, me sentía bien por ello— de nuevo.

Joel sonrió y siguió mirando las fotos, yo lo miraba a él, era una imagen que más que tenerla guardada por una cámara, la quería guardada en mi mente, en los buenos recuerdos que algún día tendría.

—No hay ninguna foto tuya aquí.

Su repentino comentario me hizo sobresaltó, era cierto, no me gustaba tomarme fotos y compartirlas en internet, de hecho las pocas fotos que tenía eran por petición de mis amigos o familia, últimamente más por petición de Leah que nadie, ella decía que hay que guardar nuestra imagen joven y bella porque no seremos siempre así, aunque yo no le hallaba mucho sentido ya que siempre busco la belleza en todo, incluso hasta en lo más horripilante que encuentres, yo le buscaré la belleza. Joel me observaba con aquellos hermosos ojos azul oscuro que me hacían temblar las piernas, remover mis entrañas y sentir que me derretía con una sola mirada suya, a la espera de una respuesta mía, una explicación que no sabía cómo darle a alguien más.

—Lo sé —fue lo único que pude decir, en ese preciso instante no tenía la menor idea de cómo hablar, estaba perdida en esos ojos, me atraparon y me hicieron su prisionera, y yo estaba más que feliz por eso—. Yo veo la belleza en todo, mi trabajo es capturarla y dársela al mundo.

Joel de pronto sonrió con una picardía que me confundió, dejo mi celular a un lado y tomó la cámara que estaba sobre la banca entre ambos, se puso de pie y luego de unos intentos por encenderla, hizo una pose extraña, no pude evitar reírme y le pregunté que hacía, su respuesta me dejó perpleja, no supe que decir, fue como si de pronto escuchará lo último que se me hubiese ocurrido escuchar de él y me hizo pensar muchas cosas que no se habían cruzado por mí cabeza jamás.

—Podrás ver belleza en el resto del mundo, pero no ves la belleza que tú transmites —su voz sonaba tan serena, me transmitió un sin fin de emociones escucharlo hablar, luego de eso me giré a verlo y antes de poder decir nada, Joel siguió hablando con su hermosa sonrisa en el rostro—. Es momento de que veas la belleza que yo veo.

Abrí la boca para decir algo pero de ella no salió nada, me quedé anonadada y hasta que un flash me cegó logré mirarlo. Joel estaba de pie a un metro de distancia mía, no me veía a mí, estaba mirando la cámara que tenía en sus manos con una sonrisa, de pronto levantó su mirada a mí y volvió a tomarme otra fotografía, esta vez tuve tiempo de sonreír y acomodarme en mi sitio.

❝Better Call Me Love❞Where stories live. Discover now