Los Elegidos

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  Danielle,  había aceptado la mano de Tom. un humilde campesino heredero de pequeñas tierras que a su vez eran grandes por ser todo lo que el poseía;ambos trabajaron las tierras logrando obtener lo suficiente para vivir y pagar los impuestos al imperio. Pronto las pequeñas tierras prosperaron dando frutos como nunca antes se había visto en Shuaga ciudad de Mahoma. Tom y Danielle labraban la tierra cuando un día recibieron la visita inesperada de Juko, el sacerdote más antiguo y respetado a quienes muchos comentaban que era él, el intermediario de los espíritus guías en Mahoma. El sacerdote Juko fue testigo de la abundancia y los bendijo a ellos ya sus tierras explicándoles que habían sido favorecidos por los Dioses, y que el mayor fruto nacería pronto de las entrañas de Danielle siendo así la prueba de que la abundancia y la fertilidad cubrirían como manto santo a cada ciudad de Mahoma. Diez años pasaron y sobre los pastos verdes corría un niño tan libre como ave que revoloteaba con sus alas extendidas, este se paseaba entre los troncos podridos y las flores silvestres cuando hombres armados acompañados de sacerdotes entraron a la propiedad con una orden del emperador, minutos después se escuchó el llamado deTom.   

 —¡Lan!...

Corrí en cuanto escuché el llamado de mi padre y me paré frente a él.

  —Padre, ¿me ha llamado? —y mirando a los hombres armados pregunté—. ¿Qué ocurre? ¿Ha pasado algo malo? 

 —Hijo debemos visitar al emperador —dijo mi padre cruzando la mirada con mi madre.

  —¿Mi madre también irá? —pregunté al ver que mi madre mordía sus labios y sus ojos se inundaban de lágrimas—. ¿Qué ocurre? 

—No Lan, tu madre se quedará a preparar la cena. Nosotros dos iremos a ver al emperador que nos está esperando, a él no le gusta esperar. Debemos marcharnos ahora—mi padre sacudió mi cabello y se despidió de mi madre saliendo afuera junto con los oficiales. 

—Madre no llores, iremos ante el emperador... ¿no te alegra? ¡Es un honor! —mi madre me dio un beso en la frente y me sacudió la suciedad de la camisa. Inocentemente le di un largo abrazo a mi madre. 

Salí de la casa y suspirando le dije a mi madre: —Descuida madre, cuando regresemos probaremos tu especialidad. 

—Por supuesto querido, aquí estaré. ¡Que los Dioses te protejan! —mi madre sedespidió con la mano en el aire mientras nos veía partir y perdernos en el horizonte—.Pórtate bien hijo... 

Fueron dos horas de viaje la que emprendimos hasta llegar a la ciudad donde muchos edificios y vehículos asombraban mi mirada y mis pensamientos, a mi edad y al estilo de vida en el campo, nunca había conocido más allá de mi educación sobre la ciudad, si no que estuve aferrado al trabajo y a la vida campesina en el sur de Shuaga.Al llegar al palacio mis ojos quedaron como platos al contemplar la gloriosidad y la antigüedad del palacio que estábamos atravesando para ser recibidos por el afamado emperador Jack. Mi padre se veía angustiado al no saber lo que deseaba el emperador conmigo, y mucho menos lo que buscaba con esa breve examinación en el palacio.Entramos al palacio y fuimos escoltados a un recinto donde se hallaban seis niños en compañías de sus padres, todos a la espera para la examinación.

 El sacerdote se dirigió al trono y con un fuerte tono de voz llamó la atención del emperador Jack.      

  —¡Emperador! ha llegado el último de los niños, están todos reunidos en el recinto...En minutos se llevará a cabo la examinación —afirmó el sacerdote golpeando la parte inferior del callado contra la porcelana. 

 —Llévenlos al interior del santuario entonces... Hoy sabremos si estas almas serán los elegidos, Mahoma necesitará pronto a sus guardianes —se levantó del trono sin apartar su vista del sacerdote y cogió salida al santuario—. Ese maldito infeliz no me arrebatará lo que tanto he sacrificado, no lo dejáremos actuar...

  —Que los Dioses nos protejan. —susurro el sacerdote al lado del emperador. 

El emperador entró acompañado del sacerdote Juko al santuario que se en contraba oculto justo en el interior del palacio, allí los esperaban los siete niños rodeados de un grupo de sacerdotes sobre un oráculo lleno de símbolos. En medio del oráculo había un resplandor que provenía de un traga luz que permitía la luz del Dios del sol y de la Luna,acompañado con antorchas para iluminar de forma natural el templo sagrado. El emperador se mantuvo alejado con mucha indiferencia mientras que el sacerdote Jukose introdujo con su grupo de sacerdotes al oráculo dándole inicio a la examinación. Se dio a cabo la examinación de pies a cabeza en todos los niños, encontrando una marca de nacimiento en una de nuestras manos, similar en cada uno de nosotros. La examinación culminó y todos salimos del santuario dejando a solas al emperador Jack  junto con el sacerdote Juko. 

   —Hay motivos para llevar a cabo el procedimiento, pero solo usted puede decidir si deposita su confianza en estas criaturas. Le advierto que lo que hoy se ha realizado es nada más que el comienzo de la profecía. —El sacerdote recogió su callado de un altar y comenzó a apagar las antorchas del santuario.


Continuara...

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⏰ Last updated: Jun 23, 2018 ⏰

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