Capitulo 10

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Desperté por el sonido de una cámara. Me negaba a abrir los ojos, todavía me sentía algo cansada por dormir tarde anoche. De pronto sentí algo. Sentí como se movían un poco al lado de la cama y un brazo sujetandome por la cintura. 

Luego recordé que quien estaba al otro lado de la cama, más específicamente detrás de mí, era Emily. Ella estaba prácticamente pegada a mi cuerpo. Sentí como mi cara empezaba a calentarse. 

Rápidamente abrí mis ojos y en un intento precipitado por moverme caí al suelo, terminando por llevarme la cobija que nos cubría. Ignorando el dolor por el golpe que me había llevado intenté levantarme, fallando en el intento. Me enredé en la cobija y volví a caer, está vez escuchando una risa muy conocida que provenía de algún lado de la habitación. Finalmente opté por sentarme, tenía miedo de caerme de nuevo. Ahí fue donde la ví, ella estaba sentada en el pequeño sillón cerca de la cama. 

–Vaya Ali hoy estás más torpe–dijo con una voz en tono burlón. 

–Cállate Hanna–le contesté un poco molesta, arreglando mi cabello que estaba ahora más despeinado por la caída. 

Ella sólo rió y se fue acercando, cuando llegó frente a mi me tendió su mano. Acepté su ayuda para levantarme. 

–¿Y bien?–preguntó ella con una sonrisa maliciosa una vez que me levantó. 

–¿Y bien qué?–pregunté confundida. 

–De verdad que eres lenta, no me hagas repetir lo de anoche en la cocina–contestó irritada.

Me sonrojé al recordar eso. Prácticamente le había confesado que de cierta forma me gustaba Emily, aunque no lo había dicho. Fue mi rostro el que me traicionó en ese momento. Debía admitir que estar con Emily era agradable, pero tenía una pregunta que hacerme primero...  ¡¿Desde cuando me gustaban las chicas?! 

Tenía claro que siempre había admirado de alguna manera la belleza de otras chicas, pero no pasaba de eso. Al menos eso creía. Tal vez siempre estuve equivocada en cuanto a mis gustos...  ¿Quería decir eso que siempre me habían gustado las chicas? 

No lo creía. Solía salir con algunos chicos de vez en cuando, nada serio. Pero nunca con chicas. 

Seguí divagando en mis pensamientos hasta que un murmullo se escuchó en la habitación. Pensando que era mi amiga levanté la cabeza para mirarla, pero ella estaba concentrada en otra cosa. Ella estaba mirando en dirección hacia la cama donde se encontraba una morena descansado. Tenía unos cuantos mechones en la cara y el resto suelto sobre la almohada y aun así seguía como una diosa. Su brazo estaba extendido sobre la cama en el lugar donde minutos antes dormía, parecía estar buscando algo. Su mano comenzó a moverse por el lugar ahora vacío, hasta que se encontró con mi almohada. Luego de eso la tomó y la llevó contra su cuerpo abrazandola de inmediato. Una sonrisa se formó en su rostro. 

Eso provocó que me diera ternura. Quería ir hasta ella y abrazarla, pero no quería despertarla. Emily parecía tan tranquila durmiendo que sólo el hecho de despertarla se me hacía injusto y estúpido. 

–Creo que deberíamos despertarla–habló Hanna saliendo del trance en el que nos había dejado Emily. Realmente era muy tierna cuando dormía. 

Fruncí el ceño, como dije era estúpido. 

–Creo que deberíamos dejarla dormir un poco más–dije sin apartar la mirada de la cama. 

–Pero ya está el desayuno, tenemos que despertarla–dijo acercándose a ella. 

–Ni lo pienses Hanna Marin–hablé seria, por alguna razón me molestaba que pensará en despertar a Em. 

–Tranquila, no voy a tocarla...–me miró por encima de su hombro y sonrió maliciosamente–mucho–continuó caminando despacio. 

–Hanna–la llamé molesta. 

–Bien, bien, no voy a tocarla chica celosa–dijo dándose la vuelta y riendo bajo–puede dormir un poco más pero si en cinco minutos no están abajo me comeré sus desayunos–comenzó a caminar hacía la puerta. 

–Como digas–me limité a decir. 

–Suerte despertandola–dijo guiñando un ojo para luego salir de la habitación. Dejándome con Emily totalmente dormida. 

Suspiré. No quería despertarla pero Hanna tenía razón, sino bajabamos ella se comería todo y no creo que quedarme sin mi desayuno fuera algo agradable. Decidí ir a la habitación de Hanna, allí tenía algo de ropa. Usé su baño para no molestar a Emily y cuando terminé me dirigí de nuevo a la habitación de invitados ahora bañada y con ropa limpia. Entré en silencio queriendo no despertarla pero ella ya estaba sentada en la cama estirandose y bostezando. No se había dado cuenta de mi presencia ya que mantenía los ojos cerrados. Pero cuando los abrió quedé encantada con el color de sus ojos que estaban aún más claros que de costumbre. 

–Hola–dije casi en un susurro pero ella pareció escucharme. 

Sus ojos pasearon por toda la habitación hasta dar con los míos. Su expresión cambio de una adormilada a una avergonzada. Sus mejillas se tornaron de rojo y sus ojos se abrieron tal vez de la sorpresa. 

–Hola–contestó algo tímida, bajando la cabeza y mirando sus manos. 

–Tenemos que bajar, el desayuno está listo. Puedes usar el baño de aquí–señalé la puerta que estaba a su izquierda–pero tienes que darte prisa si es que quieres que Hanna te dejé algo–me ríe de la expansión que hizo cuando dije eso. 

Ella se levantó despacio con el pelo alborotado pero igual de bien como siempre se veía. Estaba empezando a creer que verse tan bien después de levantarse no era normal. 

Siguió caminando hasta la puerta que daba el baño pero se detuvo. Se giró para verme como queriendo decir algo. Entendí a lo que se refería. 

–Puedes usar lo que sea, no te preocupes–dije regalandole una sonrisa para tranquilizarla–estaré en la cocina esperando. 

Ella sólo sonrió y se metió al baño. Bajé a la cocina encontrandome con Hanna mirando su celular con cara de tonta. Me acerqué lentamente y sin hacer ruido para no asustarla ya que seguía distraída con su teléfono. Cuando me acerqué lo suficiente pude ver lo ella estaba viendo. Era una foto, pero no cualquier foto. 

¡Era una foto mía y de Emily durmiendo! 

¿Cuándo se suponía que había tomado esa foto?. Luego recordé, ese fue el sonido de la cámara que escuché al despertar. 

–Se ven muy lindas juntas–dijo sin apartar la vista de la pantalla de su celular.

Me sobresalté cuando habló e hizo que retrocediera unos pasos. 

–Hanna–dije en modo de reproche, con una mano en el pecho. 

Ella rió. 

–Ahora...–dijo en un tono serio–tú y yo tenemos algo de que hablar–terminó de decir ahora mirándome. 

–S-sí....bueno....ehm–estaba nerviosa, sabía de lo que quería hablar. Pero luego recordé algo así que me aclaré la garganta para que las palabras pudieran salir de mi boca–Luego hablamos, ahora quiero que me pases esa foto–dije intentando parecer tranquila pero en realidad estaba un poco avergonzada por pedir eso en voz alta. Todo se veía mejor en mi cabeza.   

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Las amo ❤️

La Dama y Fields (Emison)Where stories live. Discover now