Pesadilla Letal.

Capitulo 1.

Un miércoles cualquiera me levante temprano preparando mis cosas para ir a la escuela. Mi casa es de dos plantas; arriba las habitaciones, a bajo la sala, comedor y el sanitario. Baje las escaleras, entre al baño para darme una ducha. Entrando a la bañera escuche unos gritos que provenían de afuera, decidí no darle demasiada importancia y me adentre por completo en el agua.

Al terminar de lavarme, camine hacia mi cuarto y me vestí con el uniforme de la secundaria a la que asistó. Mi rutina es arreglarme e ir a despertar a mis padres, cuando iba a realizar lo segundo noto que ya están despiertos, mi madre alterada avanzó rodeando mi cuerpo con sus brazos.

-¿Que sucede?- Cuestione.

-No, no lo sé.- Me aleje de mi madre y sin pensar mis piernas se dirigían a la ventana, al llegar temía que tal vez eran los cuerpos sin vida de los dueños de las voces que escuche mientras comenzaba mis tareas diarias.

Estaban 4 cuerpos acostados en la calle, sus pechos se mantenían inmóviles. Uno de ellos tenia un agujero en su estomago, sangre se resbalaba de su cuerpo formando charcos a su alrededor.

Otro simplemente tenia una herida en el brazo izquierdo, similar a una mordida. Los dos restantes yacían en el suelo boca abajo, lucían intactos.

Escudriñando la calle visualize a dos personas caminando torpemente, con manchas rojas en su ropa y piel. Comprendí que las manchas eran sangre. En el contorno de sus labios escurría un liquido rojo que por lo visto esta en todos lados.

Analice mi alrededor llegando a la conclusión que hace unas horas se pensaba imposible. Invasión de muertos caminantes. Quería acostarme y dormir olvidando este mal sueño, pero debía poner en practica lo que tantas veces pasaban en la televisión o libros.

Dios nos mantenga protegidos.

-Zombies.- Susurro.- Son zombies.. ¡Son zombies!- Molestos me dirigieron sus miradas.

-No.- Hablo mi madre sentándose en la orilla de la cama.- Debe haber una explicación.-

-Si.., es complicado de creer pero sinceramente hemos visto algo de esto antes. Me juzgaban loca y quizá lo estoy, pero podemos salir de esto. Compartiremos equitativamente la comida, ¿Llamaron a los familiares? ¿Ya no hay linea?-Estoy confundida, un poco alegre por no ir a la escuela, creo que no soy normal.

Tomé las riendas de la situación o eso trate, nadie tiene idea de como reaccionar, ¿o si?

Imaginar como están mis conocidos me aterro.

-Calla, no sabes nada y te crees una experta. Esto no es un juego o unas de tus extrañas películas. ¿Entiendes eso?- Reclamó mi padre con dureza. Por primera vez quiero hacer algo de provecho y me critica. Los padres con sus problemas de actitud.

-Claro, si no supiera lo que digo no lo haría.- Actuaré con firmeza desde ahora en adelante, o eso espero.. Solo tengo 16 años sigo pequeña.

-No, obviamente no tratamos de comunicarnos.- Negaron mis padres.

-¿Qué esperamos?- Camine un corto tramo para alcanzar el teléfono y marcar a mis parientes.

Dios, no tengo ni idea de con quienes comenzar, si les llamo a unos y los otros por mientras se encuentran en peligro.

Sin darme cuenta me encontré buscando el numero celular de una de mis tías maternas. Paulett. Ella es madre de 2 hermosas criaturas que apenas llevan 3 años de existencia. Aun no contestaba y preocupada le llame cinco veces, quise intentar una vez mas y al segundo timbre respondieron.

-¿Hola?- No escuche nada mas que respiraciones que en cierta forma me reconfortán, minutos después hablo una persona que seguramente lloraba.

-Todo esta bien, Jo y Roxy no están heridas. Yo tampoco,¿Qué sucede? La gente afuera esta loca.- Al enterarme sobre la buena salud de mis primas pequeñas una porción de mi apuro se disolvió.

-¿Donde están?-

-Encerradas en la casa, no queremos salir.

- Queremos ir con ustedes.. Es solo que es dificíl pero mantenganse ahí en su casa. Adiós.-

-Seguro. Tu mamá, ella.. - Quizá necesitaba saber de su hermana pero corte la llamada aún me faltan muchos por llamar y no tengo un plan para salir.

Trate de hacer más llamadas mas me fue imposible comunicarme con alguien.

- Ya no hay conexión.- Mi mente deseaba crear un ingenioso plan como en las películas para salir en busca de mi familia.- No podemos solo ir por ellos, no es como en las películas aquí estas casas están muy unidas y los muertos vagarán en grandes hordas.

- Descansa.- Saliendo de mi mente escuche las palabras de apoyo de mi padre.

Mi madre sufre de baja presión y con situaciones emocionalmente fuertes se siente exhausta. Mi papá la acostó en su cama y me ordenó ir por un vaso de agua. Así puede tomarse sus gotas medicinales y se sentirá mejor.

Baje corriendo y mientras prepare el vaso de agua mire por la ventana a mi mascota. Una perrita. Observándola noto que ha cambiado, su rostro mas enfurecido, sus movimientos se volvieron mas inquietos. Dejo el vaso lleno en la mesa, llamando a Lana (mi perrita) ella no da señales de verme u oírme.

¿Los animales se convierten sin mordidas? ¿Ellos nos habrán infectado? ¿Alguien la mordió?

Sea cual sea la idea correcta ninguna me ayuda, mi mascota ha muerto y nada lo cambiará. Tomo el vaso y mis pies caminan solos dirigiéndose a la habitación de mis padres. Al entrar mi papá me mira con una mezcla de enojo y preocupación.

-¿Por qué lloras? Creí que tenias todo controlado.- No entiendo su pregunta e ignoro la indirecta. Me muevo de una manera en la que veo mi reflejo en el espejo y limpio las lágrimas que salieron sin permiso tal vez desde que descubrí a mi querida mascota convertida en un moustruo.

-Lana se transformó en una de esas cosas.- Mencionarlo en voz alta me hizo creerlo totalmente.

Mis padres sin entender completamente me miraron con compasión.

Después de como 2 horas era más que suficiente para tratar de analizar lo ocurrido o al menos para ver que no hay salida.

- ¿Tienen hambre?- Mi estómago rugía y supongo que el de ellos también.

-Si.- Contestaron pasados 3 minutos.

- De acuerdo. Iré a cocinar.- Sonreí sin alegría y me retire de su cuarto.

No hay tanta comida y nos limitaremos.

Tome 2 huevos y unos pocos frijoles , preparando huevos estrellados para mis padres, uno para cada quien. Yo quería ahorrar todo el alimento que pudiera y solo agarre un paquete de galletas con chispas de chocolate.

Les deje la comida y regrese a la planta baja, mis padres creen que estoy comiendo un huevo igual que ellos. Si se supieran que no es así se preocuparán.

Mis galletas se terminaron sin siquiera dejarme saborearlas sin embargo es solo una parte de el inicio de esta terrible invasión.

La casa estuvo en silencio todo el día y aproveche para reflexionar este asqueroso suceso. Antes me emocionaban los muertos caminantes ahora los odio por no dejarme saber como están mis familiares.

Para cenar les hago un par de
hot-dogs y para mi unos pocos frijoles.

No duermo bien. La ansiedad constante de si están o no muertos mis conocidos es insoportable.